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"No es que el capitalismo sea canalla pero sí tiene la propiedad de 'encanallarnos' a todos"

Tras el éxito de 'Sociofobia', César Rendueles regresa con una divertida disección del capitalimo más salvaje en el que marida literatura y economía

15/11/2015 - 

VALENCIA. Profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, César Rendueles es de los que está acostumbrado a ir contracorriente. En 2013, con Sociofobia: El cambio político en la era de la utopía digital (Capitán Swing), se atrevió a cuestionar el discurso dominante sobre esa arcadia feliz que prometían las nuevas tecnologías. Ahora vuelve a las librerías con Capitalismo canalla. Una historia personal del capitalismo a través de la literatura (Seix Barral) que “no pretende ser un canon sobre literatura ni sobre capitalismo, sino el resultado de intentar hacer colisionar mi propio trabajo académico y mis lecturas de manera caprichosa y arbitraria, sin renunciar a un poco de caricatura tanto de la historia de la economía como de la literatura”.

Alguien que ha editado textos de Karl Marx y Karl Polanyi no necesita ocultar por donde van sus inquietudes, pero advierte que su libro “no pretende ser un panfleto contra el capitalismo en sí, sino contra su capacidad  para encanallarnos, para conseguir que hayamos acabado viviendo en un mundo en el que parece que parar ganar dinero honradamente un empresario casi tenga que ir pidiendo perdón si decide cumplir con las normas y no abusar del sistema”, explicó Rendueles antes de la presentación de su obra en la librería Ramón Llull de Valencia el pasado miércoles.

Para alguien que ahora publica en Planeta o que ha aparecido en El País como autor de uno de los ensayos más interesantes de 2013 no tiene sentido ir de o pretender ser un antisistema. “Debe ser una de las contradicciones del sistemas", bromea, "pero el capitalismo son muchas cosas, es Keynes y Von Misses, Estados Unidos y Finlandia, un país rico que ha logrado unos niveles de igualdad que no consiguió ni la Unión Soviética”, añade.

Su lucha, insiste, es contra el discurso dominante. “El problema es que parece que no exista alternativa a lo que hay. Salen unas personas de orden, grandes defensores del libre mercado, y nos dicen que lo que hay es lo que hay, y que el que diga lo contrario es un iluso o que no es realista”. Sin embargo, añade, “de su capitalismo de amiguetes no dicen nada”.  Por la páginas de Capitalismo canalla desfilan, sin orden ni concierto, Robinson Crusoe y Moby Dick, Frankenstein y Nietzsche, Jack Kerouac y Anthony Burguess. Al principio, todo empieza con lo que parece ser una simple anécdota, hasta que va a acercando la lupa y esta se convierte en un ejemplo –la mayoría de las veces salpicado de humor- del mundo en el que nos ha tocado vivir. Un universo lleno de contradicciones como el que representó Martin Lampe, el asistente de Kant que pasó a la posteridad por dejar una nota al filósofo en la que, precisamente, reclamaba su derecho a ser “completamente olvidado”.

Lampe es el ejemplo de esas contradicciones que rodean el mundo capitalista. “Se habla del libre mercado y de la libertad del individuo y luego tenemos, lo mismo en las subprimes que en el caso Bankia, a una serie de personajes que se dedican a pontificar las virtudes del sistemas mientras no se molestan en cumplir ni una sola de sus premisas. Hasta Rockefeller, paradigma de hombre hecho a si mismo, se hizo rico con dinero del gobierno americano. Los buscavidas son una tradición que viene de lejos”, recuerda.

“Lo que encanalla”, insiste, “no es el capitalismo sino lo que hemos hecho de él”. Recuerda que en los años 50, en Estados Unidos, el tipo marginal más alto era del 90%. “Desde el punto de vista de la recaudación parecía que el estado ingresaba un montón, pero no era así. Lo importante es que actuaba como tope a la avaricia, para evitar que los empresarios se encanallaran ya que no tenía sentido intentar apurar hasta el último dólar y el sistema funcionaba… y mucho mejor que ahora”, explica Rendueles.

¿Puede un libro resumir el capitalismo de 2015 ? “Para mí el gran libro que define el momento actual es American Psycho de Bret Easton Ellis, escrito en 1991 y que en la época creo que la gente no supo entender todo el humor negro que tenía. Se vendió como un thriller, pero en realidad era una excelente metáfora de la irracionalidad en la que vivíamos instalados. No creo que Patrick Bateman sea tan distinto que esos señores racistas, clasistas, antisociales y todo lo que quieras que pululan por la City”.

En el otro lado Rendueles sitúa a Diario de una buena vecina de Doris Lessing. “Es todo lo contrario, una viuda que ha triunfado en la vida y un día, casi sin darse cuenta, decide ayudar a una anciana que vive en la casa de al lado. Poco a poco se va implicando cada vez más, sin ningún motivo, y empieza a descubrirse a ella misma”.

Sociofobia (2013) su anterior trabajo fue elegido como mejor ensayo del año por los lectores de Babelia, el suplemento de El País. El diario, en manos del fondo buitre Liberty, paga a Juan Luis Cebrián en un año el equivalente a la dotación de diez premios Nobel. “Pues sí”, se ríe, “es una de las contradicciones del sistema que a veces parece su propia caricatura”, añade.

Rendueles es crítico, pero no el típico cínico que vive del “cuanto peor, mejor”. Hay motivos para ser optimista con respecto al futuro. “Yo creo que sí, no se puede negar que en los últimos meses la realidad política ha cambiado mucho. Es un cambio que será lento, y que tardará en consolidarse, pero es innegable y dudo que haya marcha atrás”.

Por ejemplo, apunta, “en el sur de Europa hemos visto que ha habido una contestación muy fuerte al modelo económico que se ha impuesto desde Bruselas. No es un 'no' nihilista ni un 'no' a Europa, es un 'no' a un modelo económico que lleva aparejado una propuesta de cambio. Y eso es importante”.

Por supuesto, habla de un transito que será lento. "A mí me gustaría que ahora empezaran a salir cooperativas y se fuera imponiendo otro sistemas, pero prefiero pensar a largo plazo", concluye.

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