en el teatre rialto

Paco Zarzoso se sirve del humor negro para indagar en los abusos en la tragicomedia 'David'

27/05/2024 - 

VALÈNCIA. La nueva obra de Hongaresa TeatreDavid, es una tragicomedia con tintes negros sobre los abusos. La propuesta, escrita por Paco Zarzoso, fue reconocida con el premio Max Aub de Teatro en castellano Ciutat de València 2022 y está programada en el Teatro Rialto este próximo fin de semana, del 30 de mayo al 2 de junio.

Àngel Fígols y Enric Juezas protagonizan esta historia de un padre y de un hijo que es, así mismo, la historia de un verdugo y de una víctima, como también la de un verdugo que a su vez será víctima.

El espectáculo le debe su título al nombre de un personaje misterioso que marca un antes y un después en la vida de los protagonistas. La elección no es casual, sino que viene determinada por el pasaje bíblico de David y Goliat.

“En el montaje se habla del dolor que provocan los fuertes a los débiles con el deseo de que los más vulnerables puedan defenderse y no perder la batalla”, argumenta  Zarzoso, que también ejerce de director del montaje.

Su autor era consciente de lo delicado de abordar desde el humor un tema tan sensible y evitar ofender a la audiencia: “La obra trata un tema muy terrible. De ahí que haya una cierta estilización plástica que genera un distanciamiento. Por eso, a pesar de ser muy reales, sus personajes parecen sacados por momentos de las pinturas negras de Goya, del esperpento valleinclanesco o de un circo postexpresionista”.

Habitantes de un mal sueño

A Zarzoso le han servido como inspiración las piezas Esperando a Godot y Fin de partida, de Samuel Beckett, La fuerza de la costumbre, de Thomas Bernhard, y Terrenal, de Mauricio Kartún, todas ellas escritas por autores que admira y que procuran “una poetización del horror con diferentes mecanismos entre los que también está el humor”.

La trama también nos revela cómo muchas personas que infieren abusos han sido a su vez víctimas en el pasado. Con esta información, el autor busca el replanteamiento de los juicios éticos del público tras brindarle una mayor complejidad a las motivaciones de los personajes.

A ese respecto, Zarzoso destaca el trabajo de iluminación de Mingo Albir; escenografía, a cargo de Los reyes del mambo; y vestuario, de Adame. En conjunto conforman un equipo plástico que ha brindado al montaje “una atmósfera de pesadilla, así como una caracterización magnífica de los habitantes de este mal sueño”.

En suma, David es una obra “con un gran aliento humanista”, que ansía romper la cadena de dolor ligada a que muchas de las personas que abusan y hacen sufrir a otros, han sido a su vez abusados y maltratados.

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