VALÈNCIA. (EP) La escritora Cristina Peri Rossi ha asegurado durante la entrega del acto del Premio Cervantes 2021 que, en caso de escribir "los versos más agradecidos" este día, "no salvarían a los que mueren por las bombas y los misiles en la culta Europa".
La autora uruguaya, quien ha hecho un repaso a su pasado marcado por el exilio y la influencia de lecturas como El Quijote, ha reconocido que a veces se le "ensombrece el ánimo por el miedo a que la maldad y la violencia sean una constante de la existencia humana y la lucha entre el bien y el mal se eternice".
"El siglo XX empezó casi con una Guerra Mundial y terminó con otra local, la de los Balcanes", ha recordado la autora en unas palabras leídas por la actriz Cecilia Roth debido a la ausencia de la galardonada en la ceremonia.
Peri Rossi ha añadido además que hay otro riesgo a que esa lucha entre el bien y el mal también "sea ridiculizada, como ocurre en el mismo libro de Cervantes", y ha rescatado unas palabras del poeta Paul Valery.
"La guerra es una masacre de personas que no se conocen en beneficio de personas que se conocen pero no se masacran", ha citado la autora uruguaya, matizando no obstante que la escucha de un aria de 'Sansón y Dalila' o de la canción 'Algo contigo' de Susana Rinaldi le hace "recuperar una parte de la fe en el bien".
"Mientras algunos se dedican fanáticamente a hacerse ricos y a dominar las fuentes del poder, otros, nos dedicamos a expresar las emociones y fantasías, los sueños y los deseos de los seres humanos", ha señalado, para luego apostillar que "los motivos de las guerras parecían siempre los mismos: el ansia de poder y la ambición económica". "Algo típicamente masculino", ha añadido.
Peri Rossi ha remarcado que su exilio de la dictadura uruguaya llegó porque, "como Casandra, había advertido y denunciado su llegada". "Y como castigo, mis libros, y hasta la mención de mi nombre fueron prohibidos; salvé la vida milagrosamente y vine a parar a España, donde otra feroz dictadura oprimía la libertad", ha explicado.
"También en el barrio fui conociendo a muchos exiliados españoles, porque además de una guerra cuyos motivos yo no conocía, en España había una terrible dictadura que había matado a miles y miles de personas y hecho huir a otras miles. El mundo parecía un lugar muy peligroso fuera de Montevideo", ha recordado.
Peri Rossi ha indicado que por entonces convirtió "la resistencia en literatura, como hicieron tantos exiliados españoles". Y ahí ha recuperado un pasaje de El Quijote, el de Marcela. "En lugar de renunciar a la sociedad, como Marcela, desde mis libros, desde mi vida he intentado como doña Quijota desfazer entuertos y luchar por la libertad y la justicia, aunque no de manera panfletaria o realista, sino alegórica e imaginativa", ha apuntado.
"La literatura es compromiso ya lo dijo Jean Paul Sartre y compromiso es todo, desde un artículo contra Putin o un homenaje a las mujeres violadas y martizadas en Juárez, hasta los relatos de Cortázar", ha destacado la autora de 'La insumisa', que también ha hecho un alegato feminista a través del personaje cervantino.
"Yo misma me irritaba cuando Don Quijote confundía molinos con gigantes, y llegué a pensar que Cervantes en realidad ridiculizaba a su personaje para probarnos que la empresa de cambiar el mundo y establecer la justicia era un delirio. Hasta que en los capítulos XII, XIII y XIV del libro me encontré con el relato y el discurso de Marcela", ha reivindicado.
Para Peri Rossi, Cervantes "desacraliza la belleza como atributo femenino", y convierte a Marcela en una heroína trágica. "Para conservar su libertad frente a los hombres que quieren poseerla, dominarla, renuncia a la vida social, aislándose del mundo, huyendo de los hombres. Por supuesto, esta heroína, posteriormente, sería calificada de histérica, frígida y neurótica al no asumir el rol que le asignaba la sociedad patriarcal", ha lamentado.
Es por ello que entiende que la "comprensión" que manifiesta Don Quijote hacia un personaje femenino real hacía pensar que "la locura puede ser un pretexto de exclusión de aquellos que esgrimen verdades incómodas". "Es una lección que evidentemente aprendí, pagando un precio muy elevado, hasta el día de hoy, pero si volviera a nacer, haría lo mismo", ha añadido.
"¿No es compromiso satirizar, por ejemplo, los excesos de la técnica, el morbo de los platós de televisión o los ritos festivos de los fanáticos del fútbol? Tan compromiso como escribir un poema lírico que exalta el deseo entre dos mujeres o entre un hombre y una mujer. La imaginación también es compromiso cuando no anticipación", ha afirmado.
La escritora no se considera una "cronista de la realidad". "Me he sentido muchas veces como Casandra, en la Eneida, vaticinando un futuro y unos peligros que pocos veían", ha defendido.
Además, ha reivindicado el sentido del humor como "el sexto sentido de la literatura" y ha rechazado una literatura "solemne. La vida puede ser una tragedia, un drama, pero se puede ironizar y satirizar sus hábitos y costumbres", ha concluido.