VALÈNCIA. Mucho va a tener que trabajar la 'CNMV singapurense' para tratar de saber si hubo (o no) información privilegiada en Rowsley (RWS), el vehículo cotizado de Peter Lim, después de que éste anunciara ayer la integración en bolsa de dos de sus participadas como son Thomsom Medical y TMC Life Sciences Berhard. Una reestructuración empresarial que queda en casa porque las tres están controladas por el dueño del Valencia CF y que le abren la puerta de par en par para volver a cotizar este miércoles en el parqué... con permiso de la volatilidad claro.
Mucho va a trabajar el supervisor del pequeño estado asiático porque conviene recordar que cuando fue suspendido había una tremenda presión compradora, tal y como publicó este diario, y el valor se había disparado más del 10%. Por lo que todo apunta a que alguien conocía los nuevos planes de RWS, puesto que es una buena noticia al reforzar la capitalización en bolsa y hacerla más grande.
Hasta el propio presidente de la cotizada asiática, Ng Ser Miang, lo reconoció en la nota de prensa. La operación "aumentará significativamente la capitalización de Rowsley en bolsa, generando interés para los inversores", manifestaba Miang. Y no le falta razón porque si algo ha caracterizado a RWS en los últimos tiempos ha sido, sin duda, la falta de interés inversor y basta echar un vistazo al gráfico adjunto para darse cuenta de ello.
Tomando el último cierre antes de la suspensión -al cambio menos de cinco céntimos de euro- y desde sus máximos históricos de septiembre de 2013, la cotización se ha desplomado prácticamente un 90%. Casi nada. Y mirando solo a lo que va de año la caída es del 40% donde en más de la mitad de las sesiones celebradas en bolsa ha cerrado con números rojos, tal y como contó ayer Valencia Plaza.
Es un hecho que potenciar a Rowsley le va a permitir entrar en el radar de los inversores -más allá de los habituales especuladores de turno que 'centimean' al por mayor-, dado que una vez se concrete esta operación a tres bandas la capitalización de RWS va a ser muy superior a los 220 millones de euros (al cambio) actuales. Pero mientras tanto conviene recordar que se trata de una cotizada que hace apenas cinco meses lanzó un demoledor 'profit warrning' -revisión a la baja de resultados- con un 'regalito': la propia empresa recomendaba asesorarse bien antes de comprar acciones por lo que pudiera pasar.
Por no hablar que en los últimos cuatro meses la Bolsa de Singapur le ha pedido explicaciones en un par de ocasiones. Primero sobre sus resultados no auditados correspondientes al pasado ejercicio y no había pasado ni mes y medio cuando volvieron a requerirle información sobre, entre otros aspectos, la remuneración de los empleados que son familiares inmediatos del director o consejero delegado.
Pero volviendo a la operación a tres bandas anunciada ayer -Rowsley, Thomsom Medical y TMC Life Sciences Berhard- busca "adquirir participaciones de control en dos compañías del sector salud en Singapur y Malaysia y ser parte de una expansión de un negocio que es muy grande y creciente debido a la demografía", según el propio presidente de Rowsley, Ng Ser Miang. Un negocio al que ya viró hace casi dos años en el mega proyecto faraónico Iskandar Malaysia... y que en principio le fue bien como este diario dio cumplida información entonces. Pero, tal y como se recoge en el gráfico, volvieron las ventas y la desazón para disgusto del propio Lim.
Habrá que ver ahora si los nuevos planes, que en realidad no son nuevos de crecer en el sector del healthcare, convencen a los bolsistas aunque viendo la cotización prácticamente en zona de mínimos históricos el camino hacia el rebote -¿del gato muerto?- lo tiene despejado a priori. Pero no hay que olvidar que el mercado siempre es soberano...