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València a tota virolla

Ponga València en el mapa: nuestros planos favoritos (de ayer y hoy)

La obsesión por capturar la complejidad de la ciudad. Recorrido por algunas de las mejores representaciones nuevas (o no tanto) de la ciutat

29/12/2018 - 

VALÈNCIA. Una máxima así bien directa: desde que ya no tratamos de poner tanto a València en el mapa, se hacen más planos propios. Profusión de la València representada.

Rafa Solaz, responsable de la librería anticuaria Solaz, la joven mirada sobre una historia bien adulta de València, de la humanidad, curiosea -como recordando vivencias en primera persona- aquel reflejo que Abraham Ortelius hizo de la ciutat en 1584 (“es un mapa muy raro en comercio y está coloreado de época”). Desde aquella obra de uno de los grandes cartógrafos del siglo XVI, hasta hoy mismo, han caído los siglos pero se mantiene la esencia de plasmar sobre un documento todo lo que cabe, incluso lo que no cabe, en una ciudad. 

Hay otros dos planos que seducen a Solaz. El de la Guía del Turista de Galiana, de 1929, “una de las más relevantes de principios del XX”, y el plano republicano publicado bajo los auspicios de la Sociedad Valenciana Fomento del Turismo, en 1931, en el que los nombres de las calles dan un vuelco ostensible.

De la plasmación de Ortelius a la de Mike Hall han pasado cerca de 434 años. Hay un espíritu idéntico por capturar las calles. Hall es uno de los más relevantes ilustradores y diseñadores gráficos especializados en cartografía. Hace poco tiempo, puso a València en su propio plano. El cartógrafo Santi Hernández Puig, al habla, lo incluye entre sus favoritos.

Él mismo vio en la cartografía el poder de sintetizar una complejidad tan enorme como es una ciudad: “Siempre me he sentido atraído por la cartografía por su capacidad para condensar y representar de manera esquemática realidades territoriales muy complejas. En mi casa siempre había a mano un gran atlas con el que pasar las horas leyendo el mundo e imaginando rutas y viajes a su alrededor que, por otro lado, nunca se llevaban a cabo. Más tarde, la cartografía se convirtió en un soporte esencial para el desarrollo de mi labor profesional en el ámbito de la ordenación del territorio y del paisaje. Pero creo que el momento de inflexión llegó cuando fui consciente de que yo mismo disponía de herramientas a mi alcance para diseñar mis propias cartografías y, más concretamente, cuando descubrí que a través de ellas era capaz de construir relatos e incluso de articular discursos críticos de una manera muy eficaz”. Su página muestra bien esa eficacia.

Mapa de Mike Hall.

Paralelamente la creativa Laura Gargallo, en su derivada como ilustradora, se ha enfrentado al ejercicio de la plasmación urbana a través del diseño. 

Por eso a través de sus ojos -los planos y los mapas ahora se miran más que se tocan- y los de especialistas como el editor de Disseny CV Paco Ballester, demos paso al gabinete de nuestros favoritos. 

Polièdrica guia de Benimaclet, de Juanma Martínez: “Es uno de los pocos mapas ilustrados que existen de Benimaclet, que, a pesar de ser uno de los barrios más característicos y vivaces de la ciudad de Valencia, no suele tener protagonismo en la ilustración autóctona”, señala Laura Gargallo. “Me gusta por el estilo geométrico, los colores planos, y la forma curiosa de aplanar las fachadas. Además, da protagonismo a lugares del barrio que suelen estar abarrotados de vida, como las Bodegas Seguí, el CIM (Centre Instructiu Musical), la plaza de la iglesia, o el bar Tulsa”. 

Plano de València, de Mike Hall: “Trabaja con mucha delicadeza y sentido de lugar aquellos espacios que representa, como en el caso de València, de la que, además de un plano general, ha diseñado una serie decorativa a una escala más detallada de los distritos más emblemáticos como Benimaclet, Ciutat Vella o l’Eixample”, reseña Santi Hernández Puig. 

Mapa de Rogelio López Cuenca.

No/W/Here: Valencia, Radical Geographics, IVAM, Rogelio López Cuenca: Lo selecciona Hernñandez Puig porque, “al margen de las representaciones más o menos objetivas de la ciudad, me parece fundamental que en una ciudad que acumula tantas tensiones y conflictos urbanísticos y sociales como la nuestra, existan discursos críticos, a poder ser colaborativos, localizados en el plano. Una muestra de este tipo de posicionamientos es “No/W/Here: Valencia”, una de las piezas de la exposición Radical Geographics que acogió el IVAM hace tres años, en la que su autor Rogelio López Cuenca construía un retrato de buena parte de los conflictos a escala urbana y territorial de la ciudad, así como de los movimientos de oposición vecinales que habían tomado parte en los mismos”. 

Mapa de València, Virginia Lorente: Lo selecciona Paco Ballester por su concreción para plasmar València casi como un estado mental, la síntesis de aquello que vivimos bien cerca y que, por supuesto, requiere un proceso bárbaro de esquematización. Como señala Lorente, la plasmación de “la València que queremos”.  

Cap de França, Cabanyal, Canyamelar, Abraham Mondría (Barraca Crafts): “Me gusta -plasma ahora Laura Gargallo- la mezcla entre plano e ilustración. Sobre el plano se representan tradiciones, platos y lugares propios del barrio, como la Semana Santa marítima, la titaina o Les casetes del Marqués de Campo”. 

Mapa de Rafa Borràs.

Plano de València y sus alrededores de 1882 (Ponce de León, Tamarit, Bentabol, Samper): Eh, un poquito de retrospectiva. “Se trata -observa Hernández Puig- de una de la representaciones históricas más conocidas de la València metropolitana de finales del siglo XIX. Además de por su belleza, este plano me resulta imprescindible para entender la València actual a escala territorial: sus relaciones con el mar, la Huerta, el río Turia, la Albufera y con el resto de municipios que más tarde serían absorbidos como barrios de la ciudad o integrados en su área funcional”. 

Les séquies de l'horta de València, de Rafa Borràs (Minim): Todo un golpe, de vista, para reclamar la atención sobre un valor casi clandestino: el entramado extenso de acequias. “Me gusta que se dé visibilidad a las acequias de l’Horta de València, algo tan nuestro y que pocas veces viene representado. Además, me parece original que se muestre en forma de líneas de metro: es como una fusión entre lo antiguo y lo contemporáneo”.

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