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valència a tota virolla

Qué otra plaza de València debería solapar a la Plaça del Ajuntament

Cómo superar el efecto de asombro en el que la plaza compite contra el uso, siguiendo algunos ejemplos bien cercanos

28/11/2020 - 

VALÈNCIA. En los últimos días una propuesta proyecto de los estudiantes de arquitectura Mario Valle, Marta Brines y José Ángel Sánchez para la Plaza del Ayuntamiento copó los titulares de Twitter hasta el punto de que los responsables municipales salieron al balcón a saludarles con un tomamos-nota-de-ello. La propuesta, engarzando referencias históricas de la plaza y encarando hitos futuros, servía de puzzle conceptual de muchos de los retos que el kilómetro cero de València tiene por resolver. Pero la propuesta, sobre todo eso, servía de erupción de preguntas. Por eso tuvo miles de impresiones y sirvió de espontáneo proceso participativo. 

Vino a reflejar una anomalía por resolver dentro del proceso evolutivo de la Plaça: de qué espíritu debe disponer. Cómo sobrellevar la propia anomalía de que su corazón sea una zona polígono para disparar pólvora un mes año. 

En los últimos meses, con una evidente recuperación de la vida peatonal, la plaza sin embargo ha competido contra el uso de sí misma. Ha sido una atracción. Ir a la plaza para ver la plaza, absortos. Ir a la plaza para formar parte del cambio de la plaza. Ir a la plaza, en lugar de como un acto reflejo, como una acción poderosa. De combate y storytelling. 

La carencia de unas coordenadas definidas, la artificialidad de su propio entorno, contribuyen al enigma: la mística por definir de la Plaça. No solo el qué, sino el para qué. 

Medio por eso, medio porque sí, propusimos a un surtido de incipientes pensadoras urbanas que contestaran al siguiente interrogante:

¿Qué otra plaza -por su esencia- solaparías sobre la propia Plaça del Ajuntament?

Lo que pasó después te va a sorprender.

Julia Cano, Kavalyo

“Descartando las rotondas; los parkings; los descampados urbanizados o no; los espacios invadidos por juegos-gimnasios de niños-mayores; los recintos falleros; los bares al aire libre de covid y de regulaciones; los patios de manzana privados (o semipúblicos si eres semimoderno); la plaza de la Virgen por absurda y la plaza del Patriarca por ridícula, en resumen, descartando plaza como eufemismo, no quedan muchas opciones en la ciudad de València. Puestos a pedir, agradecería unas intenciones previas como las de la plaza del Conde de Buñol, con las herramientas utilizadas en el jardín de las Hespérides y la amabilidad de una plaza de pueblo sin más aspiración que la de dar sombra en verano y sol en invierno”.

Pau Olmo

“Si pense en l’arquetip de plaça com un arquitectura consagrada a unes formes de socialització infinites, en citaria moltes: la plaça de Patraix, la de la Nau, el Negrito, Doctor Collado, Pintor Segrelles i d’altres exemples contemporanis llunyans, també et diria la Sechseläutenplatz a Zürich, Place de la Bourse a Bordeus o fins i tot la Plaça Skanderbeg a Tirana de l’estudi 51N4E.

Totes elles obeeixen a la idea de plaça con un annex de la casa.  Arquitectures que uneixen les petites domesticitats de la gent, a un nou llindar que va més enllà del que és icònic, i on s’estableix un imaginari popular compartit. Espai públics amb jerarquitzacions espacials indefinides on un el buit es converteix en un espai ple de significació, una gran coreografia pública.

On si no és en un estadi intermedi entre la casa i la plaça, on podem trobar un millor escenari de llibertat per provar de remodelar les relacions entre l’espai públic i les seves usuàries per moure’ns lliurement a l’escletxa entre l’arquitectura i la ciutat?”.

Mario Valle

"Aunque a una escala completamente diferente, ojalá poder trasladar la esencia de la plaza del Negrito. No tanto por sus virtudes (que son muchas), sino porque al compararlas surgen preguntas: ¿Para qué queremos una fuente si no podemos interactuar con ella? ¿Cumple su función una estatua cuando no se considera representativa del lugar que ocupa? ¿Para qué tanto arbolado ocultando los edificios si luego no hay sombra? ¿Podemos considerar viva una plaza que hasta ahora solo era de paso? En València somos más hábiles resolviendo las plazas pequeñas que las grandes, creo yo".

Maria Donnini y Maria Grifo, PianoPiano

“La Plaça de l’Ajuntament actual renovada ya es, en sí, un espacio de vida en el que caben actividades planificadas y espontáneas diversas. Debido a su carácter, más que importar una sola plaza, nos imaginamos que es el lienzo perfecto en el que replicar una suma de plazas. A nuestro parecer, debería ser capaz de abrazar estrategias que ya han funcionado bien en otras plazas de Ciutat Vella que acercan el espacio a una escala más humana y cómoda. La plaza de plazas tendría la frescura en torno a una fuente como la Plaça San Luis Beltrán o la del Patriarca, la seguridad del espacio delimitado que ofrece la sombra de los árboles y los muros en la Plaça de la Santa Creu o de l’Arbre y el disfrute transversal en un entorno de monumentalidad mediterránea como sucede en la Plaça del Carme y de l’Arquebisbe”.

Julia Pineda, Júlia Gomar. Creaqció

“Hem decidit importar algunes coses de l'ambient de la Plaça del Rosari, del Canyamelar (Cabanyal). Aquesta inclou elements "assimilables" encara que d'una altra escala: un component monumental, representat per la façana de l'Església, un espai cultural que atrau gent d'arreu de la ciutat com és "El Musical" i converteix la plaça en un espai de trobada del públic a l'entrada i l'eixida i l'aigua com a element central que dóna caràcter, actualment la font ha sofrit una abstracció, però s'ha mantingut la presència de l'aigua ara també com a element de joc. 

El que més ens atrau és que combina aquestes façanes d'usos col·lectius i més representatius, amb la vida quotidiana intergeneracional del barri, i hi ha activitat a qualsevol hora del dia. Aquesta, com tantes altres places dels barris de València, són petites places d'ajuntament dels pobles, que actuen com a referència i lloc d'esbarjo de veïns i veïnes. Ens agrada reivindicar eixe esbarjo quotidià de la plaça de l'Ajuntament, que transgredeix la patrimonialitat monumental i la idea "de dignitat espacial", per un ús espontani i quotidià”.

Paula García-Masedo

“Al inicio del siglo XX el espacio simbólico de gobierno de la ciudad se desplazó desde la zona de la Plaza de la Mare de Déu y de la Almunia, a la actual plaza del Ayuntamiento. La arquitectura se configuró como un manifiesto de la nueva ciudad moderna y capitalista, con el edificio de Correos, el cine Rialto o los novedosos templos del consumo que impulsaron distintos terratenientes, quedando la estación de ferrocarril muy cerca. Se ligaba así en una sola imagen de poder político y financiero, Modernidad y progreso. Toda plaza en la que se ubique el centro de gobierno debe ser un espacio abierto para que podamos congregarnos juntas para dirigir nuestras preocupaciones y exigencias al poder político, así como para celebrar en común. Pensando en un espacio así, pero que sea también un manifiesto frente a la irracionalidad que han demostrado llevar consigo las ideas de “progreso” del siglo XX —y también del actual, pienso que a este centro político y simbólico se podría trasladar un espacio accesible y abierto para poder reunirse, pero que se haya defendido de la urbanización y del urbanismo, un espacio más libre. Imagino un lugar en activa resistencia que sea para el pueblo y no para sus instituciones, como por ejemplo los solares que dan a la ronda norte en Benimaclet y que el vecindario usa para pasear a los perros y donde se han logrado impulsar los huertos urbanos”.

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