Tetralogía de los Cuentos Políticos, Matar al Rey o Lazarillo son algunas de las obras a las que podrá accederse gratuitamente a través de la página web y redes sociales de Sala Russafa
VALÈNCIA. Sala Russafa levanta un telón virtual para ofrecer a través de su página web un ciclo de programación que irá cambiando periódicamente, con nuevas propuestas teatrales para adultos y niños, todas ellas de acceso gratuito.
La iniciativa Teatro de manta y sofá se suma a las de otras salas, compañías, centros e instituciones que están ofreciendo cultura manera altruista durante el confinamiento decretado por el estado de alarma.
Y arranca con Buscando al Mago de Oz, escrita y dirigida por Chema Cadeña. La pieza se incluye en la Tetralogía de los Cuentos Políticos, comedias para adultos con música en directo, que parten de personajes e historias de la literatura infantil para hacer un ácido retrato de la sociedad contemporánea.
Precisamente, esta primera propuesta hace un guiño a la situación actual, ya que retrata las triquiñuelas de la política europea cuando varios países - cada uno representado en alocadas versiones de los entrañables personajes del cuento clásico – emprenden un viaje, siguiendo el camino de baldosas amarillas, hacia Bruselas en busca de ayudas para intentar sobrevivir a las consecuencias de un 'tsunami' (que bien podría ser cualquier tipo de hecatombe) que ha puesto patas arriba a la nación.
La pieza se podrá disfrutar a través de la página web del teatro, en la sección de programación, clicando sobre el enlace para visionado gratuito . Y, al igual que ocurre durante la temporada teatral, la cartelera irá cambiando periódicamente para ofrecer nuevas propuestas, como el resto de espectáculos que componen la Teatralogía de los Cuentos Políticos (Alicia en Wonderland, Viaje a Nuncajamás y La Revelación), Matar al Rey o la pieza familiar Lazarillo, entre otras.
Este ciclo digital está compuesto por coproducciones de la sala con Arden, la compañía impulsora del teatro de Ruzafa, y por montajes firmados en exclusiva por la compañía valenciana. Además, se va a invitar a colaborar a otras formaciones que han pasado por el centro cultural.
“Para nosotros es muy importante que se mantenga el valor de la cultura, por eso hemos escogido piezas que ya no están en gira, que ya han terminado su recorrido por los escenarios. Para quienes las vieron en su momento, pueden rememorar el buen rato que pasaron en la butaca. Y los que se las perdieron en el momento, ahora podrán verlas”, señala el director de Sala Russafa Juan Carlos Garés.
El equipo de la sala es consciente de que la experiencia teatral es única porque es en vivo, porque la cercanía de los actores, la emoción del directo y la complicidad con el público también son parte del espectáculo. “Pero, hasta que podamos volver a disfrutar de ese hecho social que es acudir a una función, este tipo de iniciativas nos mantiene en contacto con el público. Y nos permiten aportar un granito de arena a la labor social que está teniendo la cultura en estos momentos”, señala Garés, quien opina que sería de justicia que fuera declarada bien de primera necesidad, como ya han hecho en Alemania o Francia.
“Se está consumiendo mucha cultura estos días, música, literatura, películas, series, cine… y teatro, para sobrellevar mejor el confinamiento. Creo que nos está ayudando a mantener la mente despierta, activa y creativa. Son las virtudes que siempre ha tenido estar en contacto con las expresiones artísticas, pero quizá ahora las estamos notando más que nunca y debería de haber un reconocimiento a un sector que se ha volcado y, en muchas ocasiones, de manera altruista”, afirma el director de Sala Russafa.
El director de Sala Russafa es miembro de la directiva de AVETID (Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo) y está participando de la respuesta coordinada que trata de dar el sector a esta situación, en contacto con las instituciones autonómicas y nacionales.
“Sabemos que las circunstancias han sido sobrevenidas, pero hay que trabajar desde ya para atenuar la crisis en que se encuentran las artes escénicas por la suspensión de las representaciones, que tiene consecuencias para las salas, los actores, las productoras… Son muchísimos los profesionales afectados”, afirma Garés.
Una de las primeras demandas es que las administraciones se pongan al día en el pago de las ayudas concedidas en 2019 que aún están pendientes. “Sería una inyección de liquidez para un dinero que las salas y compañías adelantaron en su momento, endeudándose en muchas ocasiones, con la confianza de que los pagos institucionales llegarían. Ahora que se ha cortado cualquier posibilidad de generar ingresos, sería una manera de aliviar su situación financiera”, propone el director de Sala Russafa y productor de Arden.
Junto a la exención o aplazamiento de tasas fiscales, cita otro tipo de medidas que podrían hacer más fácil el regreso cuando termine el estado de alarma. “Por ejemplo, que nos ayudaran con un programa de desinfección y saneamiento de los teatros, para generar confianza en el público. También con una campaña de comunicación realmente ambiciosa y coordinada para atraer públicos cuando vuelva a alzarse el telón. Hay que poner en valor la cantidad y calidad de propuestas escénicas de València y la Comunidad Valenciana porque va a haber mucha más oferta de lo habitual”, adelanta Garés.
Es un problema con el que tendrán que lidiar teatros y compañías. El aplazamiento de espectáculos va a reunir en el arranque y durante toda la próxima temporada una gran cantidad de obras en la cartelera. “No sé si va a haber público para acudir a tantas representaciones. Pero nosotros estamos intentando mantener todos los compromisos que teníamos con las compañías que iban a mostrar sus obras en Sala Russafa este último tercio de la temporada. Por coherencia y empatía, las queremos reubicar en la próxima. Pero a partir de octubre ya teníamos otras piezas programadas, así que tenemos que hacer un puzle realmente complicado. Pero nos estamos esforzando al máximo que para intentar que ninguna se quede fuera”, afirman desde el teatro. Un quebradero de cabeza que será más fácil de resolver si el sector actúa unido y con la ayuda de las instituciones.