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Soledad Vélez: “Pasar del inglés al castellano fue especial, mágico y natural”

25/03/2018 - 

VALÈNCIA. No os dejéis confundir por su aspecto antropomórfico y su cabello ondulado, en realidad, Soledad Vélez (Concepción, Chile, 1988) no es una humana, sino un pájaro. Quizás por ello su música se encuentra siempre en pleno vuelo, tratando de encontrar nuevos horizontes de libertad.

Y tal y como les sucede a muchas otras aves, Vélez también atraviesa cada cierto tiempo una época de urgente migración. Así, con 18 años abandonó su Chile natal y cruzó un océano para instalarse en València, ciudad en la que reside desde hace una década. Su segunda migración no implicó cambiar de latitudes, sino de ritmos: tras triunfar con el folk en álbumes como Wild fishing (2012) o Run with wolves (2013), decidió apostarlo todo a la electrónica. Un compromiso que quedó marcado a fuego en Dance and Hunt (2016). No parece descabellado afirmar que la jugada le salió bien.

Ahora, la chilena se encuentra inmersa en una tercera migración, en este caso idiomática, pues ha abandonado el inglés -lengua que le había acompañado a lo largo de toda su carrera- para emprender su propia ruta en castellano. Llega así Nuevas Épocas (Subterfuge, 2018), un decálogo de canciones magnéticas tejidas minuciosamente a base de sintetizadores y teclados en el estudio El Álamo Shock. “Se llama Nuevas Épocas porque lo son para mí, lo son siempre para todos”, asegura Vélez sobre su último trabajo, que sale a la venta el próximo 20 de abril.

-El propio título del disco evoca un inicio de ciclo y, de hecho, es la primera vez que grabas un álbum completo en castellano, ¿qué otras primeras veces podemos encontrar en Nuevas Épocas?
-También es la primera vez que comparto las tareas de producción, hasta ahora siempre me había encargado yo sola y en esta ocasión he podido trabajar con Guille Mostaza. Esto ha sido muy interesante para mí. Resulta muy enriquecedor poder trabajar así con alguien que me gusta mucho, estar los dos solos, encerrados en el estudio y construyendo estas canciones. Por otra parte, es la primera vez que canta en mis discos alguien que no soy yo, ya que he tenido la oportunidad de colaborar en el tema Cromo y Platino con Gerard Alegre de El último vecino.

-Te defines a ti misma como “una pequeña tormenta” y aseguras que tiendes a la melancolía, ¿esa vertiente de Soledad Vélez está presente en este trabajo?
-Creo que siempre se va a notar esa oscuridad en mis canciones porque forma parte de mí y es algo con lo que he aceptado que vivo. Ese halo de tristeza no se va, así que he aprendido a llevarlo conmigo y a crear a partir de él.

Fotos: EVA MÁÑEZ

-A nivel visual es un disco muy simbólico, en especial la portada en la que aparece una pantera negra…
-Decidí incluir esa imagen porque me parece muy sugestiva la figura de la pantera negra como un tótem con muchos significados. Me siento muy identificada con ella porque simboliza la luz de la noche, la energía, la fuerza. La pantera representa también todos los miedos y todas las cosas oscuras y hace que dejemos de sentir temor. Me gusta mucho y creo que define muy bien el disco. 

-Desde el principio de los tiempos, hay un debate en la escena musical española sobre si tiene sentido o no que canten en inglés grupos cuya lengua materna es el castellano. ¿Te has sentido parte de esta polémica?
-Lo cierto es que siempre me sentí muy a gusto cantando en inglés, nunca sentí rechazo. Estaba muy cómoda componiendo en inglés porque era lo que me nacía y para mí eso es primordial a la hora de dedicarte a algo artístico. Sí es verdad que era una cuestión por la que me preguntaban harto, a veces parece que si no cantas en tu lengua materna debes justificarte de algún modo, pero no era algo a lo que le diera importancia. 

En mi caso, durante mi infancia escuché mucha música en inglés y fonéticamente empecé a relacionar esta lengua con la música. Hasta hace poco me salía mucho más fluido y natural cantar y componer en inglés, aunque eso ahora ha cambiado…

-Efectivamente, porque en este nuevo trabajo te has pasado por completo al castellano. ¿A qué se debe este viraje?
-Hace un año me fui de viaje a Latinoamérica, estuve tocando en Ecuador y en Chile y creo que esa experiencia supuso para mí un antes y un después. Estar en mi país y pasar tanto tiempo escuchando música chilena fue algo que caló en mí de una forma muy especial.  Me reencontré con mis raíces, con los músicos folklóricos de allá… Además, en esa época estaba preparando un concierto en homenaje a Violeta Parra y eso también me influyó muchísimo.

Al final, dejé de sentirme identificada con el inglés y empecé a sentirme más atraída por el castellano, que, al fin y al cabo, es mi idioma. Fue muy especial, mágico y natural. Y eso es lo que más me importa, que haya surgido de una forma muy natural. 

Fotos: EVA MÁÑEZ

-De todas formas, tú ya habías cantado en castellano el tema Pequeño vals vienés en la película La Novia de Paula Ortiz (2015), pero supongo que no implicaba el mismo nivel de compromiso que construir un trabajo completo en esta lengua.
-Claro, eso fue algo puntual, aislado, no fue como el tributo a Violeta que Parra con el que sí que tuve que cantar mucho en castellano. 

-¿Te has despedido definitivamente del folk o mantienes todavía abierta la puerta para reencontrarte con él en próximos trabajos?
-A mí el folk me gusta muchísimo -bueno, me gusta toda la música en general- y claro que no le cierro la puerta. No me he despedido de él para siempre, pero ahora mismo estoy en otro lugar a nivel creativo.

-¿Los cambios en tu estilo han venido acompañados de cambios en tus referentes musicales?
-Más que de referentes concretos, yo hablaría de sonidos que me han impactado cuando los he escuchado, aunque luego quizás no recuerde el nombre de la banda ni los títulos de las canciones. Me sucede algo parecido a lo que pasa cuando te encuentras por la calle con alguien y no recuerdas su nombre, pero te acuerdas de su cara y de la sensación que te produjo cuando le conociste. Eso me pasa con la música cuando la hago tan mía. 

-La naturaleza está muy presente en toda tu carrera, especialmente desde su faceta más salvaje y menos bucólica: aparecen lobos, montañas… ¿Es también un elemento fundamental en este último disco?
-Está presente, pero de una forma distinta a los otros discos. En Nuevas Épocas no hablo de la naturaleza en sí como pasaba en anteriores trabajos, sino que me centro en los sentimientos: relaciones, amor, desamor…Digamos que habita en el disco, pero de un modo mucho menos descriptivo que en ocasiones anteriores. 

En cualquier caso, la naturaleza resulta muy importante para mí porque es pura, real y sin artificios. En la naturaleza hay verdad. Intento tenerla siempre muy presente en mi vida y la llevo muy dentro de mi corazón.

-Como has mencionado antes, en Nuevas Épocas cuentas con la colaboración de Gerard Alegre, pero también de Joe Crepúsculo, que aporta sintetizadores y bajos en el tema Ven para acá, ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?
-Es mencionarlo y se me alegra el corazón. Fue muy bacán. Somos muy amigos, les quiero un montón a ambos. Joel es como un guía espiritual para mí, le admiro muchísimo y considero que es uno de los grandes genios que hay en España actualmente. 

La colaboración con Gerard surgió durante los últimos días que pasé en el estudio de grabación, a última hora. Lo soñé y al día siguiente le escribí explicándole mi idea y le dije,” ¿tú lo ves?”. Para entonces la canción ya estaba grabada y terminada, pero llegamos a tiempo de rehacerla incorporando su voz. Creo que, gracias a él, Cromo y platino ha quedado maravillosa. Por cierto, Gerard quería que la llamara Titanic, pero no acababa de convencerme la idea jajajaja.

Del corte Pa’ Siempre has dicho que es una canción “chamánica”, ¿a qué te refieres?
-Por una parte, por las repeticiones que aparecen en el tema. Pero también por la referencia a la cordillera de los Andes. Creo que la montaña tiene un efecto sanador, te pone en tu sitio y hace que relativices lo que sucede en tu vida. 

-¿Mantienes contacto con la escena musical chilena?
-Sí, claro. Además, en los últimos años he hecho muy buenos amigos músicos allá. Además, en ese viaje a Chile del que te hablaba antes pude compartir tiempo con un sinfín de artistas como Javiera Mena, Gepe, Fakuta, Perrosky …Fue súper divertido.

-Llevas más de una década fuera de Chile. Muchas veces cuando alguien pasa tanto tiempo lejos de su lugar de origen acaba sintiendo que no pertenece a ningún sitio, que es extranjera tanto en su patria natal como en el país en el que reside, ¿has sufrido esta experiencia?
-Hubo una época en la que sí pensaba que no pertenecía a ninguna parte y me notaba muy desorientada. Pero luego con el tiempo empecé a sentirme parte de ambos sitios…Y creo que es muy bonito, muy enriquecedor.

Fotos: EVA MÁÑEZ

-Tras una década instalada en València, ¿cómo crees que ha evolucionado la esfera musical de la ciudad?
-Al principio, cuando llegué, no conocía a nadie de este ámbito, pero poco a poco fui haciendo amistades, relacionándome con artistas locales…Creo que hace unos años hubo un boom de bandas muy importante que salieron de repente. Y ahora, la verdad es que me siento muy orgullosa de la escena musical valenciana, me parece que últimamente se están poniendo en marcha muchas propuestas y actividades, se trae a muchas bandas de fuera… Además, se están empezando a utilizar para eventos musicales espacios que antes era impensable usar, por ejemplo, el Centro de Cultura Contemporánea del Carmen o la pérgola de La Marina, creo que eso es algo que debemos resaltar.

-València no suele ser la primera opción para los artistas extranjeros que se instalan en España, la mayoría suele optan por destinos como Madrid o Barcelona…
-Sí, mucha gente me pregunta por qué elegí quedarme acá. Yo siempre asimilo València con Concepción, mi ciudad, que no es capital, pero tiene de todo y me gusta mucho. Las grandes urbes me agobian y además creo que València está muy bien situada. 

-En entrevistas anteriores has comentado que a lo largo de tu carrera te has tenido que enfrentar a varios episodios machistas dentro de la industria musical. ¿Crees que está situación está evolucionando?
-Creo que está cambiando, que hay una mayor toma de conciencia al respecto. Pero es cierto que cuando eres una mujer joven, trabajas sobre un escenario y quieres sacar tu proyecto adelante, te comen. Últimamente me pasa menos, pero me sigue pasando. Y cuando sucede algo que considero inadmisible doy un golpe en la mesa, no me callo nunca. Supongo que con la edad todas nos vamos haciendo más duras. En cualquier caso, estoy muy contenta porque creo que el movimiento feminista cada vez está teniendo más visibilidad, mucha gente empieza a informarse mejor y a reflexionar sobre el tema.

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