VALÈNCIA. Los personajes de “Joliet” Jake y Elwood Blues nacieron en 1974, el día en que el cómico John Belushi viajó a Toronto en busca de nuevos talentos para un programa de radio y conoció a Dan Aykroyd. La sintonía entre ambos fue instantánea. Aykroyd era un apasionado del blues y quedó fascinado con los conocimientos de Belushi acerca del rock. Todavía sin nombre, el dúo que posteriormente sería conocido como The Blues Brothers acababa de formarse. Esa noche firmaron un pacto para trabajar y después se corrieron una juerga monumental, la primera de muchas de las que estaban por venir. Su debut tuvo lugar cuatro años después, el 22 de abril de 1978, en el programa de humor Saturday Night Live, programa en el que llevaban tres años trabajando como humoristas. Incluso habían llegado a actuar, vestidos de abejas, interpretando el clásico “I’m A King Bee” de Slim Harpo. Belushi, convertido en un ávido coleccionista de blues, se inventó el alter ego de “Joliet” Jake Blues, cuyo contrapunto escénico no era otro que su hermano Elwood. Tras ser presentados por Steve Martin, ofrecieron una actuación electrizante, un derroche de energía que fusionaba su amor por la música negra con el humor más gamberro. Poco después, el propio Martin los invitó para que lo telonearan durante una semana en su espectáculo en directo en Los Ángeles. El primer día, con Mick Jagger, Robin Williams y Joe Cocker entre los invitados, el público enmudeció al terminar el concierto, estallando en aplausos segundos después. El acontecimiento musical que eran los Blues Brothers trascendió la pequeña pantalla. De inmediato, Atlantic les hizo una oferta para grabarles un disco.
A pesar de haber nacido entre chistes y parodias, la propuesta musical de Blues Brothers era rigurosamente seria. Y respetuosa. Su objetivo era recrear la música negra con gusto y dedicación. Para asegurarse de que no erraban, antes de meterse en el estudio de grabación le pidieron consejo a Doc Pomus, uno de los grandes compositores del género. Este les recomendó que llamaran a grandes figuras de las sesiones de grabación de los sesenta, como Steve Cropper, que había tocado en Booker T & The MG’s. Fue él quien les convenció de que olvidaran las versiones de oscuros temas de blues y se decantaran por el soul. Cropper enseguida se dio cuenta de que tenían talento, pero, sobre todo, vio que se creían sus personajes al cien por cien y que también sabían cómo meterse al público en el bolsillo. Su popularidad aumentó al interpretar viejos éxitos como “Soul Man”, de Sam & Dave, propiciando de paso que renaciera el interés por un estilo que en ese momento parecía olvidado. A Briefcase Of Blues, primer álbum del grupo, apareció en diciembre de 1978. En una época en la que la música estaba dominada por la música disco, las grandes baladas de rock y la new wave, Jake y Elwood triunfaron en su sagrada misión de revivir el blues. El propio Ray Charles, que acabó colaborando con la pareja, dijo años después, que, gracias a ellos, el rhythm & blues volvió a ser popular en las listas de venta. El debut de los Blues Brothers es uno de los discos de blues más vendido de la historia.
El éxito los llevó a abrir el Blues Bar en Manhattan, donde amigos como Bowie, Coppola o los ZZ Top se dejaban caer cuando tenían ganas de correrse una juerga discreta. En poco tiempo, Belushi, que nunca fue comedido, desarrolló una alarmante adicción a las drogas. En octubre de 1978, y tras pasar una noche de fiesta con los Stones, sus pulmones se llenaron de líquido y estuvo a punto de no contarlo. ”John era una superestrella -comentaría Aykroyd años después-. A consecuencia de ello, todo el mundo quería proporcionarle lo que fuera necesario con tal de que estuviera contento. La gente le conseguía drogas porque querían complacerle. Si hubiese sido un simple fumador de porros aún seguiría vivo”. Tras el éxito discográfico llegó Granujas a todo ritmo (1980), película dirigida por John Landis, que contaba con cameos de James Brown, Aretha Franklin y Ray Charles, figuras históricas que de alguna manera fueron homenajeadas y reivindicadas por sus dos pupilos. Gracias a eso, muchos de los autores de las canciones que interpretaron en sus discos cobraron royalties por primera vez. La película también batió récords de todo tipo: por la cantidad de coches destrozados durante las muchas persecuciones que tenían lugar a través de las calles de Chicago; y por el desmesurado consumo de todo tipo de sustancias que tuvo lugar durante el rodaje.
Granujas a todo ritmo fue uno de esos grandes éxitos de taquilla que, a su vez, se ganaron el estatus de película de culto. “Son la combinación más peligrosa desde que alguien juntó a nitro y a glicerina”, rezaba el eslogan publicitario, haciendo referencia a sus dos protagonistas, que en una misión para difundir el sagrado mensaje del blues y el soul por el mundo, están a punto de destruir Chicago. El éxito acompañó también a la banda sonora, The Blues Brothers, Music From the Soundtrack (1980). Ese mismo año publicaron otro disco más, Made In America, un nuevo hito comercial que mantuvo al dúo de gira, el colofón de dos años vertiginosos. Por supuesto, nada de eso contribuyó a que Belushi frenara su ritmo. Llegó a ingresar en una clínica de desintoxicación, pero no pudo evitar volver a las andadas. Murió de una parada respiratoria en 1982. Desde entonces, y de manera intermitente, Aykroyd mantiene vivo el grupo, actuando con Jim Belushi. Protagonizó con John Goodman Blues Brothers 2000 (1998) y es el conductor del programa radiofónico House of Blues. “Nunca imaginé que seguiría haciendo esto –dijo-. Es como un bufete de abogados con un socio fallecido que sigue funcionando. Nuestros personajes ya forman parte del subconsciente colectivo. Cualquier puede ponerse un sombrero y unas gafas negras. Cualquier puede ser una blues sister o un blues brother”. En 2005, la viuda de John, Judith Belushi Pisano, escribió Belushi: A Biography. En 2022, Libros del Kultrum la tradujo al castellano Como una moto. La vida galopante de John Belushi, firmada por Bob Woodward. A finales de mayo, Kultrum pondrá a la venta Blues Brothers -Granujas a todo ritmo- Vida y milagro de una amistad épica: El musical de acción, escrito por Daniel de Visé.