JUEVES 4 DE OCTUBRE EN 16 TONELADAS

The Posies: 30 años de la banda de power pop que más se arrimó al grunge

Los norteamericanos recalan esta noche en València para celebrar su aniversario. Analizamos su trayectoria con las voces de Ken Stringfellow, fundador del grupo junto a Jon Auer, así como con las de otros artistas como Bigott, Juanma Pastor (Johnny B Zero) y Víctor Ramírez  

4/10/2018 - 

VALÈNCIA. En 1988, hace ahora treinta años, dos adolescentes llamados Ken Stringfellow y Jon Auer publicaban su primera colección de canciones, cuidadosamente compuestas y grabadas en casa bajo el título de Failure (PopLlama). Un casete que analizan con perspicacia y el sentido del humor que otorga la perspectiva del tiempo. “Fue un debut dulce y naif, pero bien construido. Éramos dos chavales con una visión. Admiro nuestra determinación, a pesar incluso de que me río de lo obvias que eran en algunos momentos nuestras influencias. Hay algunas canciones que son un robo descarado a XTC y los Beatles”, comenta entre risas Ken, guitarrista y cantante principal de The Posies, con quien hablamos con motivo del concierto que ofrecerán hoy jueves en la sala 16 Toneladas de València para celebrar su aniversario. No es, insisten, una despedida: “En absoluto. Nos encanta lo que hacemos y solo queremos celebrar el duro trabajo que nos ha llevado hasta aquí”.

Stringfellow y Auer vienen a España en esta ocasión acompañados de Mike Musburguer y Rick Roberts, el batería y bajista con el que grabaron obras cumbre de su carrera como 'Dream All Day', 'Burn & Shine' y 'Solar Sister'. Como telonero, el valenciano Ramírez Exposure, con el que les une una larga amistad.

Veinte años, en las inmediaciones de Seattle, a finales de los ochenta. Edad adecuada, momento exacto, lugar idóneo. La onda expansiva del grunge les alcanzó, sin duda; pero de refilón. Su propuesta no encajaba excesivamente en los parámetros del grunge que, por otro lado, siempre fueron flexibles y difusos. El segundo álbum de The Posies, Dear 23 (1990) -publicado esta vez bajo el paraguas de Geffen-, seguía más impregnado por las melodías de la british invasion que por esa mezcla de pesadez heavy, actitud punk y primitivismo garage rock que caracterizaba el 'nuevo sonido' del noroeste de Estados Unidos. Tampoco participaban, por cierto, del ánimo sombrío y suicida de coetáneos como Alice in Chains, Soundgarden o Nirvana.

Lo más parecido a un pelotazo comercial fue en 1993 con Frosting on TheBeater, y concretamente con un single, 'Dream All Day'. Es todavía hoy en día un disco magnífico, donde tocaron techo como magníficos letristas con un don especial para las melodías. El mérito también hay que atribuirlo al productor Don Fleming, que “asalvajó” el sonido de la banda –más distorsión, más energía-. Es probablemente también lo más cerca que ha estado nunca el power pop del grunge. “Creo que es un disco que capturó perfectamente el sonido de una gran banda de directo. Sin fallos. Es un gran documento de cuando era veinteañero. Estoy muy orgulloso de él”, afirma Stringfellow.

Su cuarto álbum, Amazing Disgrace (1996), también tiene grandes momentos, aunque les descabalgó de la ola a la que apenas habían de subirse. Los noventa fueron la época en la que las grandes discográficas vieron por primera vez el filón comercial de la “música alternativa”, y actuaron en consecuencia: con estrategias agresivas, tanto para los fichajes como para las patadas en el culo. Según el relato habitual de la prensa especializada (que no es exactamente el mismo que el que cuenta Stringfellow en este artículo), Geffen priorizó otras campañas de promoción sobre las de The Posies, para despedirlos después por no vender suficientes discos. “Es un disco que reunía canciones de diferentes sesiones, grabadas con distintos productores, pero hay algunas canciones realmente buenas. Me apena un poco acordarme de la mala relación que teníamos Jon y yo en aquella época. Hoy en día yo hubiese sido tenido muchos más recursos para lidiar con los problemas que él estaba atravesando por entonces. Actualmente él está en una situación muchísimo mejor”, apunta el cofundador de la banda.

The Posies salieron de la senda del mainstream, pero nunca dejaron de publicar discos, cambiando de formación en diversas ocasiones, pero manteniendo siempre la estructura bicéfala original. Las carreras en solitario de Stringfellow y Jon, sus múltiples colaboraciones con bandas ajenas –Big Star, REM, Neil Young, etc.-, así como la complicada relación entre ambos, explica por qué la cadencia de publicaciones es de unos cinco años por LP. El último -publicado en 2016 tras el trágico fallecimiento a los 39 años de Darius Minwalla -batería que les había acompañado durante los últimos trabajos- es Solid States. “Creo que es un contundente tour de force. La mayor parte del disco la mezclaron personas ajenas al grupo, pero la producción es nuestra, y captura muy bien el momento musical en el que estamos Jon y yo, como consecuencia de la gran cantidad de producciones que hacemos cada año para otros artistas. Si aplicamos un punto de vista muy contemporáneo cuando producimos a otros grupos, ¿por qué no hacer lo mismo con nuestra propia música?”.

“Sus LPS de la primera mitad de la década de los noventa aguantan el paso del tiempo como magistrales testimonios sonoros de su época, extraordinarios ejercicios de equilibrismo entre la tradición y la rotundidad sonora de aquel periodo, entre la vulnerabilidad confesional y la tortuosa auto conmiseración tan propia de esos años. Ese fulgor se iría apagando –añade sin embargo el periodista Carlos Pérez de Ziriza en su muy recomendable ensayo, Tres minutos de magia. Una historia del power pop y la new wave (Efe Eme, 2018)-, hasta el punto de que los Posies, que siempre merecieron mejor suerte comercial, son hoy en día una marca de culto apenas apreciada en su país y reverenciada en España”.

“Sufrimos en su momento porque no encajábamos del todo en el sonido de la época. En consecuencia, éramos un grupo difícil para el mercado. Creo de todas formas que nuestra decisión de no hacer concesiones a los gustos de la época nos ha sido muy útil en el largo plazo. Somos nuestra propia entidad artística, y la gente que nos quiere, nos quiere por eso mismo”, señala Stringfellow. “Podríamos haber sido más accesibles y haber llegado igualmente en activo al día de hoy, pero siendo más ricos. Como hicieron Weezer o Nada Surf. Pero somos lo que somos, y acepto nuestra condición de artistas periféricos pero distinguibles. Personalmente, creo que deberíamos haber seguido con Geffen por un disco más. Fue Jon el que insistió en romper el acuerdo que teníamos con ellos, lo que nos costó cerca de un millón de dólares en adelantos”, añade Ken, en un claro (e insólito) ejercicio de sinceridad.

 Efectivamente, The Posies ocupan la posición de grupo de culto para minorías, lo que les permite girar a menudo por el circuito de salas. Sobre todo las europeas y en particular las españolas, donde anida su mayor y más fiel base de fans. Es conocida la estrecha relación de Ken con productores como Paco Loco o grupos como Neuman o Ramírez (en cuyo segundo LP, Young is the New Old, ha colaborado). Pedimos su opinión sobre el grupo a varios seguidores.

Víctor Ramírez: “Tienen mucha clase”

“Cuando conocí a Ken yo era un crío muy fanático de grupos como Beat Happening, Blue Boy, The Pastels o Heavenly. Creo que eso le hizo gracia –recuerda Ramírez-. Le pareció curioso que un chaval de 17 años estuviese tan influenciado por un tipo de música tan concreto y fuera de época. De repente me descubre la música de Chris Bell y Alex Chilton, y todo adquiere un nuevo significado para mí. Me gusta mucho haber descubierto Big Star a través de él. Tiene sentido si lo piensas. Creo que las mejores canciones que he hecho hasta la fecha han sido las que hemos grabado juntos, porque entiende muy bien lo que quiero proyectar a través de mi música. Me pongo en su lugar y la verdad es que tiene que ser bastante divertido y estimulante cruzarte con un chaval con habilidades musicales todavía por desarrollar y poder contribuir a potenciarlas desde cero. Eso es lo que pasó. Es muy bueno produciendo canciones, y es por ello que seguiré grabándolas con él”.

“Entre las mayores cualidades de Ken se encuentran la constancia, la tenacidad y sobre todo una gran profesionalidad. Es un luchador que ha sabido mantenerse ahí. The Posies han logrado anteponerse y sobrevivir a las modas, cosa que muy pocos músicos de aquella época pueden decir en voz alta. Si la gente escucha discos como Frosting on the Beater o Amazing Disgrace se entiende mejor lo que quiero decir. Puede que sean discos muy de los 90, pero puedes sacarlos de esa década y siguen sonando igual de bien”, continúa Ramírez. “Ya me gustaría haber compuesto canciones tan enérgicas y emocionantes como 'Flavor Of The Month' o 'Solar Sister' ¿Y lo increíblemente bien que casan las voces de Jon y Ken? ... Mucha clase”.

 

Juanma Pastor: “Su música ha envejecido mejor”

“Conocí a The Posies tarde, porque mi vínculo con el rock norteamericano de los noventa estaba en grupos como Pearl Jam y Nirvana. Sin embargo valoro mucho de los Posies  cómo han sido capaces de sostener a lo largo del tiempo una carrera muy normal, sin necesidad de ser una estrella del rock, ni de ganar millones, ni la presión de tener que hacer hits instantáneos. Es gente haciendo buena música y punto. Me siendo más identificado con ellos en ese sentido. Además, creo que ha obrado mucho en su favor el hecho de no haberse adscrito a los sonidos de la época. Su música ha envejecido mucho mejor que otras bandas”.

Borja Laudo (Bigott): “Uno de los pocos grupos de los 90 que escuché a su tiempo”

“Fue uno de los pocos grupos de los noventa que escuché a su tiempo. Mi primera impresión sobre ellos fue que ¡son la hostia! ¿Mi disco favorito? El de la batidora, ¡nunca he sabido cómo se llama!” [Frosting in the Beater].


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