Hoy es 8 de octubre
VALÈNCIA. El dúo de escultores Coderch & Malavia, galardonados con el Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura en su 52ª edición, expondrán su última creación ‘Gigante de sal’, una escultura en bronce de cuatro metros de altura, al aire libre en la emblemática rotonda de las banderas de La Marina de València.
Con ‘Gigante de sal’ estos artistas figurativos que ya han celebrado numerosas exposiciones individuales y colectivas en países europeos como Alemania, Bélgica o Francia, mostrarán su trabajo por primera vez en Valencia, ciudad en la que están afincados y donde se ubica su taller.
La espectacular envergadura de esta escultura hiperrealista, que se podrá visitar desde el próximo 23 de febrero, permitirá a los visitantes interactuar con la obra. En este sentido, tantos los artistas como La Marina tenían claro que el propósito de sacar esta escultura a la calle era acercar a los ciudadanos una disciplina artística normalmente reservada a las salas de un museo o a las colecciones privadas. “Las piezas se perciben de forma muy distinta en la calle", explican Coderch Malavia.
Además, esta pieza que se inspira en la danza Butoh, un baile japonés sumamente expresivo y que transmite el dolor colectivo que se siente tras una tragedia y el resurgir después de la misma, puede conectar muy bien con la sociedad actual que tiene que replantearse cuál será su papel en la reconstrucción social tras la crisis que está causando la COVID-19.
De este modo, el proyecto profundiza en los cambios que se generan tras las grandes tragedias, cuando surge una conciencia de humanidad y de grupo muy fuerte. En este caso, los artistas tratan de expresar a través del cuerpo retorcido del Gigante de Sal la esencia de la vida: caer y revivir, buscando la comunión entre opuestos y sobre todo, tratando de aprender de nuestros errores.
Los escultores Coderch & Malavia configuran uno de los dúos escultóricos con mayor proyección internacional del momento. Unidos en un mismo destino –tras su paso por los talleres de una gran empresa dedicada a la producción artística– su obra plasma los equilibrios emocionales a los que se enfrenta el ser humano a través del modelado a cuatro manos de figuras realistas que emanan una energía controlada y una belleza atemporal.
Dos mentes creadoras en constante dialogo, así se sienten Joan Coderch (Barcelona, 1959) y Javier Malavia (Guipúzcoa, 1970) cuando se enfrentar a la creación de cada una de sus piezas artísticas. El cuerpo humano y las artes son fuentes de inspiración constantes de las que nutrirse y dejarse llevar para, a través de un método de trabajo propio, esculpir sus obras a cuatro manos. En el proceso, que podríamos tildar de catártico, ambos dejan de lado egos e individualidades para proporcionar peso y volumen físico a lo efímero y permitir al espectador adentrarse en las múltiples capas de conocimiento de cada una de sus esculturas. Su discurso estético radica en un férreo compromiso con la perfección de las formas para conseguir figuras que plasmen las pasiones y frustraciones que mueven al ser humano contemporáneo en constante equilibrio y transformación.