Escritura e imágenes para plasmar la última parada de estas víctimas: la libertad
ALICANTE, (EFE). Hacer ver que la muerte del niño sirio Aylan no fue un caso aislado y luchar para recuperar la humanidad de los refugiados a los ojos de la gente es el reto de 'Última parada: libertad', un proyecto fotográfico documental que cuenta la historia de estas personas en su camino a Europa, su pretendida salvación.
Las responsables del proyecto son Raquel Ferrando y Alicia Petrashova, dos alicantinas de 22 años que se embarcarán el próximo 24 de febrero rumbo a Grecia para empezar un viaje en el que recorrerán la ruta de aquellos refugiados que logran sobrevivir al mar y que buscan alcanzar los países del norte del Viejo Continente para pedir asilo. Su intención es acompañarlos en su viaje por Grecia, Macedonia, Serbia, Hungría y Alemania: Ferrando con un bolígrafo y papel en la mano y Petrashova con su cámara de fotos, para después editar un fotolibro y crear una exposición itinerante por toda España.
El objetivo es que "la gente abra los ojos y el corazón, si es posible, con imágenes que hagan que no puedan mirar hacia otro lado", ha explicado Ferrando en una entrevista. Ha asegurado que fue precisamente la imagen del niño sirio Aylan muerto en una playa de Turquía lo que terminó por empujarlas a llevar a cabo el proyecto y ha criticado la rapidez con que se olvidó el revuelo causado por la propia fotografía. En muchas ocasiones la sociedad se acostumbra a situaciones como ésta, fruto quizá de la sobreinformación, pero para Ferrando este drama humanitario es algo que ocurre todos los días: "Como no lo vemos y no lo sentimos cercano, los deshumanizamos y de repente se convierten en números sin más".
A través de su trabajo esperan hacer prender la mecha que despierte en otras personas esa voluntad de ayudar activamente y de luchar "porque todos seamos iguales, que es lo que somos". Insiste en que "si todos aportásemos nuestro granito de arena, al final, se llenaría el granero", opinión que mantiene cuando se le pregunta por la respuesta política a esta crisis humanitaria: "Si toda la ciudadanía quiere ayudar, al final los gobiernos lo harán, para eso nos representan". "Te mortifica lo que está ocurriendo, realmente te planteas cómo es posible que el ser humano haga ciertas cosas. Intentamos entender a todo el mundo, como nos han enseñado en la carrera -ambas se conocieron estudiando trabajo social-, pero es complicado", ha lamentado.
Han sido cinco meses de duro trabajo, investigaciones y preparación para esta aventura humanitaria. El tiempo aquí se agota y, asevera con una seguridad impropia de su edad, que ambas tienen cada vez más ganas de partir a ayudar pese a que les dicen que son "muy jóvenes". "Pero creo que si tienes ideas, ganas y fuerza para hacerlo, hay que tirar para adelante", ha resaltado.
Tal es la convicción en su proyecto, que lo llevarán adelante aún si no consiguen el objetivo de 6.000 euros que se marcaron en la campaña de crowfunding (vkm.is/ultimaparada) para financiarlo, aunque advierte de que de no lograrlo se verían obligadas a recortar parte de la ruta prevista. Por si acaso, cuentan con sus propios ahorros y con la ayuda de amigos fotógrafos que les han cedido algunos de sus trabajos para recaudar fondos, mientras que también han organizado conciertos benéficos en Granada y Alicante y, si todo va según lo previsto, esta semana habrá uno en Madrid.
Más de 62.000 refugiados llegaron a Grecia durante el primer mes de 2016, según cifras de la Organización Internacional del Inmigrante (IOM) y, como dice Ferrando, aquí únicamente nos llegan números pero la realidad es otra: Son personas, con nombres, apellidos y muchas historias que merecen la pena ser contadas.