'la unidad'

Una mirilla a los héroes cotidianos enfrentados al terror

La Unidad retrata en Movistar+ a las fuerzas policiales especializadas en la lucha contra el yihadismo

20/05/2020 - 

VALÈNCIA. Este pasado 18 de mayo, la Guardia Civil detuvo a un camarero radicalizado que planeaba atentar en Barcelona guiado por el Dáesh, a quienes había jurado fidelidad. En un panorama mediático anegado por la pandemia y sus estragos, la noticia pasó desapercibida. No hubiera sido así, caso de fraguar los planes del yihadista. Afortunadamente, es la tónica habitual. 

“El éxito de la policía antiterrorista reside en que sigan siendo anónimos. Su trabajo no puede salir a la luz, y si lo hace, es porque ha salido mal. Se están jugando la vida por nosotros, para que estemos bien y, paradójicamente, no se les puede reconocer”, destaca la actriz Marian Alvárez, una de las protagonistas de la serie de Movistar+ que revela su trabajo y sacrificio en la sombra, La unidad

Este thriller policíaco de seis episodios es el resultado de dos años de trabajo minucioso de investigación en los que se ha contado con la colaboración de miembros reales de la unidad de la Policía Nacional que lucha contra el terrorismo yihadista. 

Amenazas globales

La trama está ambientada en localizaciones locales, con operaciones en Melilla, Girona, Madrid y Galicia, e internacionales, con desplazamiento de los agentes a Tánger, Perpiñán, Toulouse y Nigeria. 

“El terrorismo guarda una similitud con la pandemia, su condición global: del mismo modo que ningún país baja la guardia si hay un lugar donde el virus está activo, mientras existan zonas en guerra o sufriendo, no hay región que pueda estar tranquila. Un atentado se puede planificar en cualquier lugar del mundo. De ahí, que hoy en día, los policías españoles tengan que estar en contacto con agencias internacionales como la CIA o el Mosad. Nuestros profesionales son gente que es muy abierta, que domina idiomas, que conoce muy bien el Islam”, detalla el director de la ficción, Dani de la Torre, que junto a Alberto Marini, firma los guiones.

A ambos les sorprendió la imagen cosmopolita de la élite de nuestras fuerzas de seguridad, muy alejada del estereotipo. También les llamó la atención la apariencia normal de un colectivo que no comparte ni con sus parejas, ni con sus allegados, ni mucho menos con sus hijos, los gajes de sus oficio. 

Una cualidad profesional que se da de bruces con la naturaleza del actor, como así lo recalca Nathalie Poza, que da vida a la comisaria jefa de brigada en La unidad: “Uno siempre busca las diferencias y similitudes con sus personajes. Es un buen ejercicio. Y en este sentido, lo más llamativo fue lo de no darse importancia. Me llama la atención que alguien se dedique a un trabajo tan ingrato, porque en mi oficio hay aplausos y premios, pero en su caso, ni los más cercanos responden”.

Mujeres a los mandos

Su personaje lidera a un equipo eminentemente masculino, pero de la Torre niegan que la presencia de personajes femeninos en la serie responda a una igualdad aspiracional, sino real. “Nosotros no íbamos con la predisposición de hacer una serie en la que la protagonista fuera una mujer, pero resultó que el supuesto mundo de hombres que nos imaginamos, lo lideraba una mujer, la inspectora jefe antiyihadista. A las chicas les cuesta llegar a cargos de importancia. De hecho, nuestra interlocutora era la primera que estaba en ese cargo de responsabilidad. Así que hemos querido normalizar la situación”.

La propuesta no cae en clichés, sino que todo resulta orgánico. No hay rastro de las dinámicas autodestructivas retratadas habitualmente en las novelas, las películas y las series policíacas. No hay inspectores alcohólicos, ni infiernos conyugales. Sí, fricciones consecuentes en el hogar, y una sana vulnerabilidad. 

Más allá de la trama, de lo heroico, en la sensibilidad de ellos, de base son personas y tiene que ver con un momento que estamos viviendo como sociedad, la posibilidad de que los hombres mostremos nuestra sensibilidad y eso tiene que ver en gran parte con la lucha del feminismo. Y gracias a esto quizás se están pudiendo escribir tramas donde los héroes puedan mostrar su lado más humano, sensible y real.

“La posibilidad de que los hombres mostremos nuestra sensibilidad en pantalla tiene que ver, en gran parte, con la lucha del feminismo. Gracias al momento que estamos viviendo como sociedad, se están pudiendo escribir tramas donde los héroes pueden mostrar su lado más humano y real”, agradece el actor argentino Michel Noher, que encarna al jefe del Grupo de Investigación en la serie.

Tom Selleck gallego

La unidad pasará a la historia del audiovisual patrio por desmontar mitos y lugares comunes, así como por desencasillar a uno de nuestros mejores actores secundarios, Luis Zahera

El actor gallego, reconocido con el Goya 2019 por su espídico empresario en El reino (Rodrigo Sorogoyen), siempre asoma a la pequeña y a la gran pantalla en papeles turbios. Tanto es así, que de pequeños, siempre que iba a rodar, sus sobrinos le preguntaban cómo lo mataban o a cuántos iba a matar: “He agradecido muchísimo este papel, porque generalmente soy un característico que hace de malo, así que me ha ilusionado variar, y haber conocido personalmente a la persona que interpreto”.

En esta ocasión, Zahera incorpora al jefe del Grupo de Operaciones, un policía rudo y fanático de su trabajo, con unas gafas de vista cuadradas y un bigote poblado que le dan un aire al Tom Selleck de Magnum. Al actor le gusta su caracterización, pero quería arriesgar más.

“Me hubiera gustado llevar el look del policía real, que era un tipo de traje con una melena con raya al medio y un montón de pulseras y anillos de acero quirúrgico. Peleé lo indecible, pero a Dani, la realidad le pareció excesivamente surreal”.

Debe ser una de las pocas licencias que se ha tomado un equipo entregado a revelar la verdad. 

Noticias relacionadas

EL CABECICUBO DE DOCUS, SERIES Y TV 

'Spaced', serie mítica británica sobre el fenómeno eterno: jóvenes precarios

Por  - 

A finales de los 90, una comedia británica  servía de resumen del legado que había sido esa década. Adultos "infantiliados", artistas fracasados, carreras de humanidades que valen para acabar en restaurantes y, sobre todo, un problema extremo de vivienda. Spaced trataba sobre un grupo de jóvenes que compartían habitaciones en la vivienda de una divorciada alcohólica, introducía en cada capítulo un homenaje al cine de ciencia ficción, terror, fantasía y acción, y era un verdadero desparrame