VALÈNCIA. En 2017, 20 años después, todavía parece inverosímil que un joven de 27 años filmase Boogie Nights. Paul Thomas Anderson parecía haber estado preparándose toda la vida para acometer el rodaje de un film del que ya hizo un falso documental cuando tan solo tenía 17 años. Entonces ya logró tener alguna interpretación interesante sobre la historia en torno a la industria del cine porno, un director obsesionado con el argumento de esas películas y un joven deseoso por encontrar en sus cualidades físicas una salvación a la rutilante vida de la clase media estadounidense.
El deslumbrante reparto no se sobrepone a una dirección con un buen número de referencias a Scorsese, todo ello sustentado en una poderosa banda sonora que acabaría editándose en dos LP y que acompaña este viaje a través de una de las mejores películas de los años 90. Este es su aniversario de cine:
El valenciano Diego Coleto estudia el arte de lo feo en _GLY, un proyecto que engloba un podcast a modo estudio y una publicación en la que aúna su investigación sobre un estilo (por lo general despreciado) que ahora está ganando terreno entre las nuevas generaciones