VALÈNCIA. Liberto Peiró ha sido testigo de excepción en el cambio de paradigma de la industria musical durante los últimos 30 años. En bares autogestionados, en salas semi vacías, en conciertos gratuitos de la plaza del pueblo y en el foso de los escenarios más grandes que se han instalado para albergar un concierto, en todos esos y otros muchos espacios, en primera fila y en media España, sus cámaras Nikon han capturado una inabarcable cantidad de momentos irrepetibles. De hecho, su trabajo es una de las pocas opciones para aproximarse al giro que va de la València que fue parada habitual de giras internacionales hasta la explosión de los festivales para alcanzar su condición de burbuja económica. De eso y de la evolución artística y estética de muchas bandas: hasta 5.000 grupos de todos los géneros (algunos de ellos, retratados en decenas de ocasiones) son los protagonistas de una vasta obra "donde la música suena".
Así lo define Eduardo Guillot, comisario de la exposición En clau femenina. Dones a l'escenari. El centenar de instantáneas mostradas es -hasta el próximo 10 de junio en el Colegio Mayor Rector Peset- uno sugestivo viaje a través de la música, la fotografía y la mujer. Las protagonistas de todas esas imágenes imponen su expresión sobre el que ahora observa y le permiten completar una historia que, a menudo, es una canción. Peiró, previamente, con oficio para encuadrar destellos de personalidad, identidad, actitud, honestidad, crudeza e, incluso, pureza, atrapa un ancho abanico de emociones. Cápsulas de vibraciones que permanecen congeladas para una revisión distinta y que ahora se sirve en cadena: de Madonna a Patti Smith, de M.I.A. a Alison Goldfrapp, o de Beth Gibbons a Terry Laird. En una sola de las paredes de la exposición se agolpan las más próximas Mala Rodríguez, Cristina Martínez (Boss Hog), Cristina Llanos (Dover), Maika Makovski, Cristina Rosenvinge, Najwa Nimri, Lore Nekane (Belako), Leia Rodríguez (Mourn) o Carlota Cosials (Hinds), entre otras.
La muestra sirve de excusa para aproximarnos a la experiencia profesional y personal de Peiró en torno al mundo de la música popular, pero también para cuatro actividades que elevan el tono de lo que se percibe a partir de las fotos: un doble debate cara a cara para Hacer visible lo invisible: Mujeres en el mundo de la música. Bajo ese título, en un momento de especial reivindicación con respecto a la presencia y condiciones laborales de la mujer en todos los roles de la industria musical. La primera ronda será este mismo jueves, 11 de mayo, con la participación de Neus Aulló (Tranquilo Música), Diana Aller y Soledad Vélez; el segundo se celebrará el próximo 1 de junio, con la participación de la directora adjunta de música del Institut València de Cultura, Marga Landete, además de Marta Margalef y Monty Peiró. También se celebrarán dos showcases: el 25 de mayo, con el debut de Cabiria en València, y el 8 de junio con la actuación de Caliza.
Cómo empezó todo
"Los Buenos en Gasolinera. Ese fue el primer concierto al que fui con una cámara. Era el primer grupo de Joaquín Pascual (Surfin' Bichos, Mercromina) y él tocaba el teclado. Arena y Garaje, Planta Baja, Gasolinera , Glop, Roxy, Metropolis... allí fue donde empecé. En estos 28 años que llevo haciendo fotos se ha notado como València ha pasado a quedarse fuera del circuito habitual para grupos internacionales. Ha dejado de tener Arena, sencillamente. Una sala para 3.000 personas con una estructura perfecta. Ahora, si pasan esos grandes grupos, es de refilón; con otros formatos.... acústico... no es lo mismo".
"Iba a los conciertos porque me gustaba la música y la fotografía. Entonces era fácil entrar con la cámara, especialmente en garitos pequeños donde ya te conocían. Pero es que iba a todos los conciertos. Íbamos. Nos daba igual quién tocara. No había internet ni tanta información. Muchas veces, primero los veía y fotografiaba y luego me aficionaba al grupo".
"Al principio, claro, tiraba todo en analógico. Tiraba todo en blanco y negro. Sólo revelaba lo que me pedían porque si no se me podía ir toda la pasta en ello...bueno, no hubiera tenido nunca tanta pasta. Y desde luego no tenía el archivo ordenado, que es algo que hice ya a partir del año 2000. Me tiré todo un verano etiquetando por fecha, sala, grupo y ciudad unos 25 álbumes de negativos".
"En los últimos cinco años he hecho barbaridades de grupos gracias a los festivales. A veces hago 50 bandas diferentes en un festival y, bueno, no me da tiempo a archivarlo todo. No obstante, con los discos duros es más fácil localizar todo aunque no lo etiquetes. Allí hay unas 5.000 bandas diferentes, de las que a lo mejor a 1.000 he fotografiado en más de una ocasión".
Fotogenia
"A nivel mainstream, lo más grande que se puede fotografiar es a los Rolling Stones. La luz es cojonuda y posan para ti. Te dan 10 minutos, entren las canciones que entren en ese tiempo. La primera vez que les fotografié, en Benidorm, estábamos 10 fotógrafos a un lado y 10 a otro con una pasarela en medio. Su road manager, que siempre es la misma mujer desde hace ni sé sabe cuántos años, nos dio una charla y nos lo dejo claro antes de empezar el concierto: nos dijo, vais a tener buena luz, van a posar, pero este es vuestro sitio y no os podéis mover ni un paso. ¡Como hagáis algo raro os sacamos a hostias! Yo, como sabía que Keith Richards tocaba en la derecha, escogí ese lado. Luego resultó que lo tuve arrodillado a un metro y medio de la cámara posándome. Yo iba loco".
"A nivel underground, si tuviera que escoger a una banda con la que haya disfrutado fotografiando, diría Doctor Explosion. Me han dado mucho juego. Por actitud, por gamberros... es uno de los mejores grupos a los que he fotografiado. De València, sin duda La Habitación Roja es al grupo al que más he fotografiado y con los que me lo he pasado muy bien. Con la madurez han mejorado mucho en eso, precisamente, en dar juego. Jorge no para. Se ha soltado el pelo".
"En el caso de músicas, recuerdo fotos en conciertos importantes. Está [en la exposición] la foto de Cristina Llanos en el concierto de Dover en el FestiMad (1997) que fue el petardazo. Un concierto que les cambió la carrera por completo. También recuerdo mucho las actuaciones en el FIB de PJ Harvey en 2001 o cuando Björk, también en un FIB, de repente, sacó a Raimundo Amador en el directo".
"Recuerdo actuaciones muy poderosas también, como Shirley Manson (Garbage), que se come el escenario y para fotografiar es buenísima. Da mucho. También la primera vez que vi a la cantante de los Kills (Alison Mosshart) o un concierto de Boss Hog en el Espárrago Rock: estaba diluviando y a la media hora de concierto, como mucho, le dicen a Cristina [Martínez] que tiene que cortar. Era una carpa de circo y veían que aquello se podía venir abajo, pero estaba a reventar porque todo el mundo se había metido allí. Ella no paraba y le cortaron la luz. Y siguió y todo el mundo con ella, sin electricidad, a pelo. Fue bestial".
"Si tuviera que decir un estilo que de forma natural da juego, supongo que diría el surf o el garaje. Todas las bandas de esos estilos dan juego y puedes buscar fotos muy diferentes, ángulos muy diferentes.... No son como los grupos indies, que se esconden detrás del micro. A veces miro por el visor y digo, <<joder, pero si esta foto la tengo ya varias veces. Del mismo tío, joder>>".
Festivales y mujeres
"El archivo se ha convertido en algo muy importante. Me lo piden mucho para libros, para medios... es una base importante del rendimiento, pero también mi trabajo para festivales de música".
"Llevo años diciendo que son una burbuja, que van a explotar... pero no. Siguen y siguen. Desaparecen unos y siempre hay otros. Es una locura. El primero al que fui fue al Pop Festival de Badalona para la revista On The Rocks. Enseguida a los Festimad, primeros Viña y, bueno, todos los FIB. Diría que soy el único fotógrafo que ha estado currando en todas las ediciones del FIB. ¿23? Llegué a ser fotógrafo oficial cuando allí éramos siete fotógrafos sólo de la organización. Pero cambió de propiedad a Vince Power y este dijo que no le interesaba la fotografía. Bueno, sí, pero no pagarnos. Antes había teatro, cine, las exposiciones de la playa... éramos 25 o 30 en la oficina, siete fotógrafos y se curraba, pero muy bien. Últimamente, donde mejor me lo he pasado ha sido en las últimas ediciones del Low y en el WAM, del que acabo de volver y que lo hace la misma gente".
"Desde mi punto de vista, no he visto gran cambio en el papel de la mujer en esos escenarios. He visto a mujeres en el jazz, en el flamenco, en el hardcore o en el pop. El cambio ahora sí tiene que ver con la reivindicación, pero como artistas, que es a lo que me refiero, yo las he fotografiado con total normalidad, como grandes artistas dando todo lo que tenían. Y no pocas... ahora la sensibilidad es por la reivindicación de equiparación de sueldos y de posición, pero la mujer siempre ha estado presente en el mundo de la música y en todos los estilos".
"En la fotografía de conciertos tardé casi 15 años en encontrarme con una mujer profesional. La primera que conocí estuvo como un año y desapareció. Y de ahí, poco a poco, más... pero muy poco a poco. Ahora más que nunca".
Oficio
"A la hora de hacer fotos, prefiero una sala que un festival, pero el festival da mucho juego. De público no iría nunca a un festival. Siempre lo digo. A mí me gusta más la sala y cuanto más pequeña mejor. Pegado a la primera fila, sin foso. El festival también tiene sus limitaciones para el fotógrafo, ojo, porque son escenarios enormes, te dan tres temas y a veces no quieren ni fotógrafos. Depende del artista. A veces te dejan hacer fotos en el tercer y el quinto tema. A veces, solo el penúltimo... y ahí te quedas, esperando en el foso".
"Hoy mismo estoy recuperándome del WAM que fue el fin de semana pasado, pero mañana tengo un concierto. Ahora hay conciertos todos los días del mes, aunque con respecto a etapas anteriores ya me he centrado solo en Comunidad Valenciana. Antes hacía mucho bolo suelto por toda España".
"En la fotografía profesional de músicos creo que he visto y vivido todas las etapas posibles. Desde mis inicios analógicos a los pseudoprofesionales o las fotografías de móvil. Sí veo cada vez más fotógrafos en conciertos pequeños o en festivales, pero la mayoría es gente que aparece y desaparece. He visto como empezaban muchos, algunos que pintaban muy bien, pero vivir de esto es muy complicado. Yo mismo lo he tenido que compaginar con muchas cosas".
"Esto es duro, sin duda. Muchos fines de semana, uno tras otro... en España no aguantamos muchos ese ritmo. Así, tantos años en la profesión, diría que estamos Xavi Mercader que lleva cinco años más que yo, Domingo J. Casas que lleva 10 más que yo y luego algunos que llevan casi tantos como yo, aunque menos: Alfredo Arias, Juan Pérez Fajardo o Javier Rosa, con el que también trabajo".
"Tardé mucho en incorporarme al mundo digital. No fue hasta 2003 o 2004. En aquel momento la sensación es que perdíamos calidad a cambio de inmediatez, y como yo trabajaba para revistas mensuales... pero cada vez más se querían las fotos para ya, para incluso antes de que acabe el concierto que esté en Facebook. Ahora ya trabajo así, pero recuerdo que hice el cambio tarde porque tenía que rentabilizar todavía equipo. Incluso, hasta 2008 seguí llevando un cuerpo analógico, pero al final, con la mejora de las digitales, ya dejó de merecer la pena".
"Antes hacía muchas fotos promocionales, más allá de los directos. Ahora, no muchas. Todos los miembros del grupo tienen un primo o un novio que hace fotos... aunque sea de aquella manera. Ahora lo que tengo más son blogs semiprofesionales que me piden las fotos gratis. Yo valoro mi trabajo y me toca explicárselo. Rara vez he dado una foto, salvo para algún amigo y fuera del escenario. Pero sí, me piden. Aunque no lo parezca, todavía, constantemente".
Peiró es el actual responsable de la revista mensual Mondo Sonoro en su edición de la Comunidad Valenciana. Ha trabajado y trabaja para otras publicaciones como On the Rocks, Rockdelux, Rolling Stone o Enderrock, entre otras, además de haber sido fotógrafo oficial de festivales como FIB, Low, WAM o Medusa Sunbeach.