VALÈNCIA. “Una vez vi esto en un museo”. “La mujer de la foto es Valie y es una artista feminista q tituló a esto Body Sign Action en 1970”. “Me gustó tanto q años más tarde yo me lo tatué también”. Estos mensajes fueron publicados en Instagram hace algo más de un año. En la fotografía que acompaña al texto aparece la artista austríaca Valie Export, una imagen en la que enseña un tatuaje que dibuja la pinza que conecta el liguero y la media, una acción con la que la creadora buscaba reflexionar sobre los considerados como símbolos femeninos, tanto por lo que respecta al propio liguero como al hecho de que una mujer se tatuara en aquellos años. “En el tatuaje, la liga aparece como signo de una esclavitud pasada, la vestimenta como represión de la sexualidad, la liga como atributo de una feminidad que no elegimos”, relataba la propia Valie Export en un manifiesto de 1970. Medio siglo después, fue la cantante Rosalía la que decidió tatuar sobre su piel el mismo dibujo, un homenaje a la austriaca que dio la vuelta al mundo al mostrarlo en la portada de su álbum ‘Motomami’ y que poco después compartiría con sus seguidores a través de redes sociales.
Lo que podría ser una anécdota sirve, en cierta medida, para iniciar la reflexión sobre la idea de lo popular y su conexión y/o representación desde el arte, concepto sobre el que gira la nueva exposición del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). Y es precisamente la fotografía de Valie Export, la misma que compartió Rosalía, la que sirve para presentar el proyecto comisariado por Pedro G. Romero, una muestra que reúne aproximadamente 1.500 obras de arte –en su mayoría pertenecientes a la Colección del IVAM- bajo el paraguas de una misma pregunta: ¿qué narices es aquello de lo popular? La respuesta, claro, no es tan sencilla como uno podría imaginar. “Lo popular no es lo famoso. No es la cultura de masas. No es el arte del pueblo. No es el folklore… Pero, a la vez, es todo ello. Son ideas muy diversas”, refleja el comisario, que presentó este miércoles el proyecto junto a la directora general de Patrimonio Cultural, Pilar Tébar; la directora del IVAM, Nuria Enguita, y Manel Vallés, director comercial territorial de Banco Sabadell.
Este concepto, incide Enguita, es “escurridizo y complejo”, sí, pero también clave para comprender las poéticas del presente. No es fácil acotarlo pero tampoco se puede obviar. Y en ese océano es en el que llevan buceando desde 2020, cuando Romero recibió el encargo para el diseño de la exposición. “Hoy presentamos una lectura a contrapelo de la colección del IVAM, que la recorre con preguntas totalmente nuevas: pueblo, popular, populacho, populismo, la gran cuestión de nuestro tiempo: entre los populismos varios y la cultura de masas, ahí anida nuestro presente”, explica la directora del museo. El punto de partida del recorrido se sitúa a finales del siglo XIX, con una pintura de Pinazo de 1895 en la que retrata una mascletà, un camino en el que se acaba encontrando con artistas como Duchamp, impulsor del conocido como ready-made, o la lucha feminista de las Guerrilla Girls y su todavía necesaria pregunta: “¿Tienen que estar desnudas las mujeres para entrar en el Met?”.
Teresa Lanceta, que hace apenas unos días recibía el Premio Nacional de Artes Plásticas; Alexander Rodchenko o la imagen que creó Joaquín Sorolla para el diario El Pueblo, de su amigo Vicente Blasco Ibáñez, son otras de las 300 firmas que acoge el IVAM en un macroproyecto expositivo que descompone el concepto de popular para reflexionar sobre y desde él, una gran exposición que tiene un núcleo común pero toma forma a partir de distintos satélites. En este sentido, explican desde el museo, la muestra parte de una tesis: aquellos grupos que no tienen representación política tienen un exceso de representación simbólica. “Pensemos en los migrantes latinoamericanos, que son sujetos desposeídos de sus derechos, y construyen un imaginario cultural de donde viene el trap, que todo el mundo identifica como lo popular”, explicó el comisario.
Así pues, el relato global de la muestra incide en aquellos “sujetos políticos” pertenecientes a grupos tradicionalmente reprimidos, como las mujeres, los migrantes o el colectivo LGTBI. Así, relata el comisario, en esta exposición “están los que apenas hablan y los mudos, los que no tienen voz”. El recorrido también pone especial atención a los imaginarios del mundo árabe con piezas de artistas como Anna Boghiguian o Marta Sentis; de los afrodescendientes, con ejemplos de Kara Walker, Zanele Muholi o Yinka Essi Graves & Miguel Ángel Rosales, entre otros, o del mundo gitano que representan artistas como Helios Gómez o Moholy-Nagy.
La selección de obras y artistas, que funcionan casi como una suerte de “coro” visual, pone especial atención al periodo de las vanguardias de los años veinte y treinta, del que hay una gran presencia de autores en la colección del IVAM, así como el ciclo del arte pop de los años sesenta y setenta con ejemplos como Richard Hamilton, Estampa Popular o la colección de juguetes de José María Gorris que cierran un recorrido que comienza y termina con aquellas piezas que mejor representan el concepto de ‘lo popular’. Otro apartado reúne piezas de DADÁ, Joan Miró, Georges Grosz o Cristina García Rodero y, a continuación, las experiencias de Henri Michaux bajo los efectos de la mescalina o el trabajo de las valencianas María Jesús González y Patricia Gómez en un antiguo hospital psiquiátrico.
Una exposición con banda sonora
La muestra es, también, sonora, pues cuenta con un recorrido musical al que se puede acceder a través de códigos QR, un proyecto sonoro para el que el artista Niño de Elche, en colaboración de Xisco Rojo, ha realizado una quincena de temas vinculados a distintas piezas, entre los que se encuentran artistas como Josep Renau, del que ha seleccionado la pieza Primer mandamiento: Amar a Dios sobre todas las cosas, de la serie Los diez mandamientos, o un cartel de ACTV firmado por Quique Company. "Estamos trabajando en un posible disco", avanzó Enguita sobre el proyecto. Además, otras tantas piezas han sido ‘emparejadas’ por el comisario con canciones existentes, vínculos entre lo plástico y lo musical que ha llevado a conectar obra de Javier Mariscal con ‘Senyoreta X’ de Julio Bustamante, mientras que el pasodoble de José Padilla hará lo propio con la obra de Luis Baylón. El tercero de los pilares sonoros del proyecto expositivo tiene como protagonista al compositor Jaroslav Jezek, cuyas partituras sonarán acompañadas por las ilustraciones realizadas por el arquitecto Frantisek Zelenka.