ALICANTE. Música. Fundido a negro. Fin de la película. Los créditos comienzan a hacer scroll en la pantalla y el público se levanta de las butacas -con el cubo de palomitas vacío en la mano- para evacuar la sala. ¿Alguien presta atención a los créditos? Pero de verdad, fijándose en ellos, poniendo interés en quién ha desempeñado cada cargo más allá de los y las intérpretes y del director o directora. ¿Quién ha sido el segundo operador de cámara? ¿Y la directora de casting? ¿Cómo se llama el director de fotografía? En este caso, su nombre es Luis Ángel Pérez y pertenece al gremio de 'las profesiones olvidadas' dentro del resonado sector del cine.
"En líneas generales hay un desconocimiento de la profesión, así como de otros aspectos que intervienen en la composición de una película", opina el director de fotografía. Aunque no se posiciona como uno de los cargos más desconocidos dentro del mundo audiovisual, en ocasiones sí se tiene una visión errónea de lo que implica, pues "hay quien piensa que somos gente que hacemos fotos. Pero la dirección de fotografía es una pata importantes en cualquier proyecto audiovisual, porque colabora con los directores y directoras para construir la puesta en escena y para planificar", aclara.
En este sentido, no echa balones fuera y duda de si este desconocimiento lo causa la comunicación del propio gremio o si realmente al público solo le llega "que el cine es un concepto del estreno, en el que las caras visibles son el director o directora de la película y los actores y actrices". Para acercar a la gente estas profesiones cinematográficas más ocultas o que puedan verse envueltas de cierta confusión, Pérez esboza -desde su faceta docente- que "puede que la labor comunicativa empiece desde las escuelas de cine y las universidades".
En la parte más audiovisual, el currículum del director de fotografía destaca por la diversidad dentro del sector, habiendo trabajado en largometrajes, cortometrajes, spots, videoclips, documentales o programas de televisión. En este sentido, el alicantino ha terminado de rodar recientemente una campaña de promoción de la Comunidad de Madrid y un videoclip para la girl band Sweet California e incluso adelanta a Alicante Plaza un proyecto que lleva entre manos: "Estoy preparando un largometraje de comedia dirigido por Vicente Villanueva -director de 'Toc toc'- que rodaremos en Valencia este verano, durante los meses de junio, julio y mitad de agosto".
'Anatomía de un dandy'
Anteriores a esos trabajos se encuentra la película documental 'Anatomía de un dandy' (2020), que estuvo nominada a los Goya 2021 y que contó con el propio Pérez a los mandos de la fotografía. La codirigida por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega ha intentado narrar de manera fiel la vida del periodista Francisco Umbral enlazando tres partes: archivo real, "un proceso de documentación complicado y que se alargó durante meses y meses y meses"; las entrevistas y, por último, las recreaciones de las secuencias, donde se buscó a un actor que se pareciera a Umbral "para generar esa atmósfera detectivesca, para que diera la sensación de que estábamos investigando a un personaje misterioso".
El audiovisual ha tratado de hacer convivir la ficción con la realidad, "uno de los mayores temores" en el planteamiento del documental, según garantiza el alicantino. "Que la recreación funcione durante toda la película suele ocurrir pocas veces. Los directores tenían dudas porque generalmente cuando se hace una recreación suele quedar falsa o poco creíble, lo que resta peso al resto de la narración. Pero nos la jugamos y en el montaje vimos que sí funcionaba, que las entrevistas casaban bien y que no saltaban mucho", cuenta, subrayando el mérito del montaje, "porque la información está bien estructurada, bien montada y bien dosificada".
Pérez establece que una de las mayores complicaciones de 'Anatomía de un dandy' fue la cesión de los derechos para poder utilizar ciertas imágenes o recursos íntimos de la vida del periodista, así como acceder a las fuentes que quisieron colaborar y a la viuda del protagonista, donde la Fundación Francisco Umbral funcionó como nexo. "Tienes que encontrar un vínculo para llegar a la persona, que te escuche, que entienda lo que quieres hacer y que se piense si quiere participar. Es lo complicado de estas historias", establece.
Pese a estas dificultades más vinculadas al storytelling de la película, planteada como un documental coral, el alicantino declara que en el ámbito de la dirección fotográfica lo más complicado de los documentales es la vida real, porque se suele aterrizar en las localizaciones por primera vez y sin tiempo para estudiarlas detenidamente: "Tienes que ser un gran observador y hacer un ejercicio para ver qué ofrece ese lugar y qué se puede aprovechar y potenciar. Son decisiones muy rápidas, en las que cuentas con solo unos minutos para transformar el salón de una casa en un set atractivo para la cámara", manifiesta. Y añade que "hay un cierto punto de improvisación, aunque todos tenemos experiencia y sabemos cómo resolver la situación y buscar el recurso".