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La Generación Z que se cuela en el guión: ellos y ellas firman el nuevo el cine desde Castellón

27/01/2020 - 

CASTELLÓ. A punto estuvo Castellón de llevarse un Goya este pasado sábado con la nominación de Carmen Arrufat, gracias a su interpretación de Lis en La Innocència. No lo logró, finalmente el premio recayó en Benedicta Sánchez por su papel en O que arde. Sin embargo, la llegada de esta joven de 17 años hasta los galardones más importantes de la Academia de Cine, hacen ver cómo una nueva juventud, llamada Generación Z, está ocupando con decisión la industria cinematográfica. Hay un boom de jóvenes que quieren dedicarse a la actuación, como también los hay de influencers, futbolistas o incluso de algunos que quieren dedicarse a vender joyas. Pero los talentos con los que hablaremos a continuación tienen una cosa clara: ser joven no está reñido con ser profesional. Ellos y ellas firman el nuevo cine desde Castellón, un sector para el que tienen preparados, si el mundo les deja, muchos cambios.

Héctor Gozalbo (Castelló, 1995)

Con 11 años Héctor Gozalbo empezó a formarse como actor ante las cámaras de Aula Cine y TV, una incubadora ubicada en Castelló y dirigida por el profesional Víctor Antolí, donde se dan a conocer todas las herramientas posibles para que jóvenes talentos aprendan a desarrollarse como intérpretes, más concretamente, en el sector audiovisual. De su cantera resuenan nombres como el de Arrufat, pero también hay más jóvenes dispuestos a convertir de este "hobby" su oficio. Entre ellos Héctor Gozalbo, que además de haber interpretado un pequeño papel para el film Nada será igual o El desentierroahora mismo se encuentra rodando Paraíso, una nueva serie original de Movistar+, dirigida por el cineasta Fernando González Molina (Palmeras en la nieve, Tres metros sobre el cielo, Tengo ganas de ti).

Sobre la "fiebre" de actores y actrices que, desde la Generación Z, parece estar tomado el control del sector, Gozalbo opina que muchos de estos se apuntan solo por el "bombazo" que supone formar parte de la profesión. Sin embargo, el intérprete no cree que ahora sea más fácil encontrar un papel. Aunque es consciente de que además de la formación, importa mucho el aspecto físico. "Buscan a alguien que encaje en su perfil. Si es así, ya te enseñarán a interpretar como ellos quieran", sostiene el actor, quien aún así aconseja "no tener prisa" por presentarse a los castings. "Si buscas trabajo cuando aún no estás suficiente formado o no tienes apenas experiencia, y no gustas, no te volverán a llamar hasta pasados unos años. Primero hace falta practicar y apuntarse a una escuela, para ya más adelante buscar un representante y curro", explica.

¿Y con que se queda Gozalbo de esta profesión? "Sin duda con la familia que se crea en los rodajes. Igual te despiertas a las ocho de la mañana y no vuelves del set hasta las doce de la noche. Pasas todo el día rodando, es inevitable que se conviertan en una segunda familia".

Eva Ribelles (Vila-real, 1995)

Puede sonar a tópico, pero lo que atrapó a Eva Ribelles de esta profesión fue la oportunidad de meterse en el cuerpo y la mente de diferentes tipos de persona. Una constante metamorfosis que, además de divertida, puede ayudar a estos incluso en el plano personal. "Te permite conocer tus propios sentimientos. A mi me ha pasado. Ha habido veces en las que no sabía lo que me estaba ocurriendo y me sirvió lo vivido con determinados personajes para aclararme", asegura la vila-realense, que empezó a hacer musicales desde bien niña. Aunque lo que realmente empujó sus ganas de ir más allá fue una actuación que vio del actor Sergio Caballero en la obra de teatro El Congelador. A partir de ahí, empieza a formarse en la Escuela Off de Valencia, el Aula de Cine y TV de Castelló, Azarte en Madrid y en cursos de casting con Javier Luna, Tonucha Vidal o Juana Martínez. "Ahora se le están abriendo muchas puertas a la Comunitat Valenciana porque ha dejado de ser un requisito vivir en Madrid o Barcelona. Aunque todavía queda un largo camino, porque son 'cuatro' rostros los que siempre consiguen papeles", afirma. 

En su caso, Eva Ribelles ha trabajado en diferentes proyectos de teatro y ficción, como El detectiu Morgan; los cortometrajes Confía en mí, 36 horas y Unos Zapatos por estrenar; y la webserie La serie de BetoActualmente compagina sus trabajos en una guardería con el rodaje de Sciptum, una nueva serie de Kevin y Yeray Navarro (de la asociación cultural Peloki), y Soq del cineasta Sergio Tellols. "Es difícil vivir de la interpretación. Por eso estoy ganando dinero para invertirlo en una profesión que no lo da. Es evidente que hacen falta más ayudas, sobre todo por la zona, para que un grupo de jóvenes como nosotros podamos montar una obra de teatro o un corto", expone la actriz, que en su caso ha decidido compaginar este oficio con la educación infantil por la delgada línea que, en muchas ocasiones, separa ambos trabajos. "Escogí Magisterio porque, además de que siempre hay que tener un plan b, con los niños al final es como estar actuando. Les cantas canciones o les cuentas cuentos y los interpretas. Pero tengo claro que mi objetivo es llegar a trabajar completamente como actriz. En cuanto pueda me iré a Madrid para formarme más". 

María Izquierdo (Vila-real, 1995)

"No somos las nuevas generaciones las que lo tenemos más fácil. Yo me he topado con castings que te piden un mínimo de seguidores en Instagram para poder acceder a ellos. No valoran tu experiencia como actriz. Si encajas en el perfil, te cogen, da igual el título que tengas. Esta es una profesión que al final está al alcance de todas las personas y es cierto eso de que igual va alguien por la calle, lo paran y lo cogen para un papel porque les ha hecho gracia. Hay un intrusismo laboral muy grande y plataformas como las redes sociales lo facilitan". Estas declaraciones pertenecen a María Izquierdo, más conocida por interpretar a Desirée en Las niñas, un film de Manuel Giménez de Llano basado en el Caso Alcàsser. Fue unos de sus primeros proyectos cinematográficos, tras formarse con la compañía de teatro local Els XIII y la Escuela de Arte Dramático (ESAD) de Valencia, donde actuó en Romeo y Julieta de William Shakespeare, en una pieza de teatro físico-experimental (DSCREAMinACTIONdirigida por Rafael Ricard y en La traición en la Amistad de Maria Zayas y dirigida por Cruz Hernández. 

Pero lejos de conformarse con los pocos síes que da el sector, de esta actriz sobresalen sus ganas por crear trabajo cuando no lo hay. En 2017 se traslada a Madrid para continuar sus estudios en la Real Escuela de Arte Dramático (RESAD) y decide formar una compañía de teatro, junto a otros compañeros de la carrera, llamada Noche de Camaleones. Bajo su propia marca consiguen llevar la obra Sueños De Rupert hasta el Teatro de las Culturas de Madrid, así como otras salas de la capital e incluso de València. Este es su consejo para quienes estén, como ella, moviendo mar y tierra para hacerse su sitio en el sector: "Aquí no tienes que tener vergüenza por pedir ayuda, porque al final todo funciona por contactos, aunque a mi personalmente no me gusta. Pero, o tienes un buen representante, o tienes mucha experiencia o consigues hacer algo muy bueno y dar el pelotazo. Es un bucle. Y es verdad que hay mucho compañerismo, pero también hay mucho ego. Lo mejor para no fallar es formarse todo lo que se pueda, ir a ver obras de teatro, a reuniones del gremio. En definitiva, hay que dejarse ver porque así conocerás a gente y te saldrá trabajo. La clave es estar en constante movimiento. Y a lo mejor lo que haces un año, en ese momento no te da frutos, pero más tarde sí." La actriz empezará sobre el mes de mayo el rodaje de El que sabemun largometraje de Jordi Núñez, producido por Pegatum Transmedia. 

Hugo Rubert (Vila-real, 1996) 

En la misma línea, Hugo Rubert creó en 2017 su propio musical 19 días y 500 noches. Una obra, patrocinada por el Ayuntamiento de Vila-real, con la que homenajeó al cantautor Joaquín Sabina. Fue además, precisamente ahí, sobre las tablas de un escenario cuando empezó su relación con el mundillo. Interpretando a Lefou de la Bella y la Bestia en el colegio. Todo podría haberse quedado en un recuerdo infantil o en un coqueteo más con el arte dramático, como les sucede a la mayoría de niños durante su periodo estudiantil, pero después de esto Rubert quiso formarse en la Escola del Actor de València. Y sus frutos le ha dado con el tiempo. El joven castellonense formó parte del elenco de co protagonistas de La Banda, film con el que Roberto Bueso y Fernando Bovaira lograron tres galardones en los pasados Premios del Audiovisual Valenciano. 

"Es una faena muy jodida de encontrar, pero la verdad que una vez la encuentras es muy satisfactoria y está muy bien pagada. Hay que decirlo porque es verdad. También, hay que estar muy preparado para aceptar los noes y saber llevarlo. Es un oficio costoso que requiere de mucha perseverancia, constancia, horas de ensayo y ganas", defiende el artista, que en su caso se encuentra actualmente en paro, pero en busca de castings y escribiendo pequeños textos para una, quizás, futura obra teatral. 

Ania Hernández (Castelló, 1995)

A Ania Hernández no le ha faltado nunca el apoyo de su familia. Tanto es así que cuando todavía le daba miedo emprender este paso sola, se apuntó a clases de teatro junto a su padre. Por eso, nada podría frenar que unos años más tarde la joven castellonense decidiera mudarse a Madrid para completar sus estudios. Allí terminó trabajando para la SGAE, haciendo llamadas telefónicas con las que la sociedad reunía datos para sus encuestas. Pero, casualidad o no, gracias a esta rutinaria tarea, conoció al dramaturgo Eduardo Galán, quien más tarde la llamó para hacer el casting de su obra Un marido ideal de Oscar Wilde. Una comedia de enredo que se representó el pasado verano en el castillo de Peñíscola y que próximamente viajará a Canals y al Teatro Olympia de València. Además, la artista está metida en el rodaje del cortometraje Confetide Sergi Miralles y Mila Luengo. 

"Desde que sales de la escuela de arte dramático, te sientes desprotegida, porque desaparece la burbuja en la que estás metida y te enfrentas al entorno laboral sin ningún puente o ayuda. Sé que en mi caso me encuentro en una situación privilegiada, pero mantengo la alerta puesta. No voy a dejar de formarme y a apuntarme a todos los proyectos que pueda. Pero estaría muy bien que la gente del sector dedicará más tiempo a ver nuestros rostros. Somos jóvenes y somos profesionales, hemos estudiado para ello. Que nos den la oportunidad, porque no es fácil", clama en alto la actriz. 

Mar Linares (Betxí, 2003)

Mar Linares tiene claro que si "actuar es vivir, porque cuanto más vives más personajes puedes crear", quiere empezar a hacerlo (a vivir) ya. Y así está siendo. Tras interpretar dos cortometrajes para pequeños proyectos de la UJI y de aparecer como figurante en el film Nada será igual, la castellonense terminó de rodar, hace apenas unas semanas, su primer largometraje: La muerte de Guillem Agulló, una película de Carles Marqués Mercet. "El cine me gusta desde pequeña y me llamaba la atención lo que eran capaz de transmitir sus actores con los personajes que hacían. Por eso me apunté tres meses al Aula de Cine y TV de Víctor Antolí para probar. Podía pasar que no estuviera hecha realmente para ello, solo para verlo, pero me gustó mucho. Sé que quiero ganarme la vida con esto y ya llevo tres años formándome", cuenta Linares, que con mucho camino todavía por recorrer, desprende pasión por esta profesión. "Llevo planteándome muchos meses por qué quiero ser actriz y mi respuesta es, para vivir más veces".

Eso sí, Linares también sugiere qué cosas del oficio se podrían reformular. "Se te juzga constantemente, cuando interpretas el papel ante el director y el equipo, y cuando lo ven los espectadores. Es evidente que es un trabajo para el que hay que estar muy preparado psicológicamente, pero lo que no me gusta es que aún hayan estigmas. Que si buscan a una actriz que interprete a una adolescente popular, tenga que pesar unos 45 kilos. Deberían dejar de juzgar por el físico", sentencia la joven.


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