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aniversario de un referente

La Gramola cumple 26 años: más de un cuarto de siglo de Rock&Roll

14/04/2017 - 

ELCHE. Seguramente el 13 de abril de 1991 no sea una fecha que la gente de la provincia tenga guardada en el imaginario colectivo como sí pasa con otras. Sin embargo, dentro de la esfera del rock ‘n’ roll, y dentro de Alicante, sí que es una efeméride bastante significativa. Fue el día en que se inauguró La Gramola de Orihuela, una de esas salas de referencia para rockeros, mods, heavys, punks, garageros o amantes del rock urbano. Porque La Gramola ha vertebrado durante 26 años parte de todas esas ramificaciones del rock ‘n’ roll a través de conciertos de forma ininterrumpida desde su apertura. 

Ayer la sala cumplió 26 años y, cómo no, la forma de celebrarlo fue, y lo seguirá siendo, apostar por música en directo. Ante las olas que van y vienen, ante las tendencias superficiales dentro de la música que pegan fuerte durante unos años y después se olvidan fugazmente, el rock ‘n’ roll siempre resiste. Como La Gramola.

El punto de partida de este aniversario que ya supera el cuarto de siglo empezó ayer con el directo de Jodie Cash Fingers, un conjunto barcelonés que aunque es nuevo, está formado por viejos lobos del lugar como Moisés Sorolla, miembro de los clásicos Los Rebeldes. Como era lógico y no podía ser de otra forma, la formación elegida para tocar el día del aniversario tenía que ser alguna que representara todos esos estilos por los que apuesta la sala: country, blues, surf… y en su música confluyen estos géneros. Estuvieron presentando su disco Rollin’ Swingin’, un trabajo que lo mismo te puede noquear en algunas baladas o hacerte mover el bullarengue gracias a su interpretación del swing o el surf.

Una fiesta que tendrá su continuación a partir de mañana con el ya célebre Kararocker en el que cualquier asiduo o asidua puede subir al escenario a cantar (o a berrear, según gustos) su clásico preferido, ataviado de pintas varias para meterse en el papel: peluca a lo Robert Plant, hombreras glam o pinchos metaleros si se tercia. 


Y al día siguiente, el domingo, La Gramola contará con el insigne Hombre Lobo Internacional, un licántropo de Palma de Mallorca que empezó su andadura en 2014, tocando en las lunas llenas en los tugurios de la ciudad. Coloquialmente es lo que se conoce como un hombre orquesta, aunque él prefiere autodenominarse como one wolfman band. Porque sí, lo toca todo. Con todo. Además de cantar, aporrea la batería con los pies y la guitarra con las manos. Son las secuelas de "haber sido mordido de pequeño por el rock ‘n’ roll clásico, el blues y el punk", como relata. Así que a final de semana se podrá disfrutar de sus epés en los que exhibe ese sonido chatarrero que cruza el psychobilly, el horror punk y el blues. Además suele versionar a los Cramps y a los Trashmen. Es decir, un hombre lobo versionando a los Cramps y a los Trashmen. Cita ineludible.


Con estas y con otras actuaciones son con las que La Gramola se ha granjeado su prestigio rocknrollero a nivel nacional, recientemente con conciertos como los de The Fleshtones o Dead Bronco. Algo que no es fácil, como asegura el dueño del lugar, José Ballester: "Dirigir un bar de rock&roll durante 26 años no es fácil, yo no soy hostelero, siempre dije que soy un tío del R’n’R y la pasión por la música es lo que me empuja, aunque además se requiere constancia, evolución y capacidad de adaptación". Y en este sentido hace referencia a la necesidad de no bajar la guardia para lidiar con autoridades, público y circunstancias que se pueden dar prácticamente en todos los ámbitos. También incide en que no es fácil mantener una identidad (algo que caracteriza a La Gramola) sin doblegarse, su filosofía es la de "vivir sin más historia que la que te inventas, es sólo R’n’R", asevera Ballester, al igual que hacían los Rolling Stones.

Como tanta otra gente que vive cerca de la música, ya sea produciéndola o difundiéndola, Ballester reconoce que a pesar de las adversidades, "tener la oportunidad de hacer algo que te apasiona es lo más gratificante", y aquí hace también referencia a su compañera Mar Torrado con la que saca adelante la sala codo con codo. En cuanto al público, durante estas más de dos décadas de camino, otro punto fuerte es ver que la gente responde. Y a pesar de que la fidelidad sea algo temporal por las circunstancias personales, siempre hay un público para La Gramola. "El rock&roll tiene un público muy especial, pasa como con los partidos de izquierdas, con tanta tribu anda muy dividido", apunta. 

Así que como decíamos más arriba, punks, mods, metaleros o garageros, La Gramola siempre estará ahí para todos esos parroquianos como estos últimos 26 años, dando cabida a todos los estilos para seguir siendo un eje vertebrador del rock ‘n’ roll en la provincia, superando adversidades que no lograron evitar otras salas míticas como el Cure Antidisco Bar. Larga vida a La Gramola y al Rock ‘n’ Roll.

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