ALICANTE. La editora neoyorquina afincada en Barcelona Valerie Miles (1963), reconocida en 2013 como "uno de los profesionales más influyentes en el mundo del libro", será la encargada de impartir la master class que será el núcleo central del próximo Aquae Talent Hub, que se celebra en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche este miércoles. Después de la edición de febrero, la ciudad de las palmeras vuelve a acoger esta iniciativa, que se desarrolla en la Comunitat Valenciana gracias a la alianza estratégica entre Fundación Aquae, Hidraqua y la UMH, y que se ha convertido en un lugar de encuentro donde compartir conocimiento y potenciar el talento; un espacio de reflexión y divulgación sobre emprendimiento e innovación. Con motivo de su visita a Elche, Miles analiza en esta entrevista la apuesta por el talento en nuestro país y el apoyo a la innovación en general, y en el mundo literario en particular.
-¿En qué va a consistir la master class que imparte este miércoles en Elche?
-Vamos a hablar sobre la comunicación, sobre la importancia de las palabras. Aunque tengas una gran idea y mucha pasión, si no sabes comunicarla es como si no la tuvieras. La comunicación es fundamental, y por eso hablaremos de las distintas formas de comunicar ideas, y también sobre qué es la cultura. Sorprendentemente, en 2014 esta fue la palabra más buscada en uno de los diccionarios en inglés más conocidos de Internet. Y por supuesto, también analizaremos qué significa 'innovación' y qué es el talento.
-Usted conoce bien, desde su posición en el sector editorial, tanto el mundo hispánico como el anglosajón. ¿Hay diferencias respecto a cómo se aborda el talento en cada uno de ellos?
-Lo primero que hay que dejar claro es que el mundo editorial mueve mucho dinero, no es baladí. En España se calcula que genera un valor de 2.700 millones al año, mientras que en Estados Unidos ese valor es de 23.000 millones. Y en el Reino Unido, que por tamaño y población se asemeja más a España, es de 4.000 millones. Es una industria, y como tal mueve dinero, poder e influencia. Y en España hay una tendencia, quizá porque es más pequeña o mueve menos dinero, a ser más conservador respecto al talento. Aquí es más difícil emerger, porque se apuesta por lo conocido. El público anglosajón busca la novedad, valores nuevos. Una especie de 'libro del mes'. Por tanto, es más fácil emerger en el mercado anglosajón porque el talento tiene dónde realizarse. Es lo que aquí intentamos suplir con la revista 'Granta', que da a conocer jóvenes valores. No solo jóvenes de edad, pueden ser personas adultas que son nuevas en el mundo literario. Por eso Granta, para permitir que los nuevos valores tengan dónde moverse y facilitar su emergencia.
-Según las cifras que acaba de citar, parece que la industria sí puede seguir viviendo de la literatura. Pero ¿qué hay del escritor, del que está al otro lado? ¿Se puede seguir viviendo de escribir libros?
-Es muy difícil, y yo hasta diría que desaconsejable. Sobre todo porque las cosas que realmente impactan y tienen éxito son originales, pero introducir un valor nuevo en el mercado es difícil. Por eso, si escribir es tu forma de vida, vas a buscar seguir la tendencia, escribirás lo que ya sabes de antemano que va a gustar. Sin embargo, hay una máxima en el mundo editorial anglosajón que es "hay que darle al público lo que todavía no sabe que quiere". Ahí es donde se produce el éxito. Por eso yo siempre aconsejo tener algo fijo para vivir, y que al mismo tiempo te permita escribir. Muchos escritores tienen su forma de vida en un empleo fijo, muchas veces relacionado con el sector, pero no dependen solo de vender lo que escriben.
-La mayor parte del público que asistirá a su master class es gente joven, que cada vez lee menos periódicos. ¿Sucede lo mismo con los libros? ¿Leen suficiente los jóvenes?
-En el mundo del libro esta tendencia no se nota tanto como en la prensa. Es hasta cierto punto lógico porque, por su naturaleza, la información circula muy bien en el mundo digital: te permite informarte a golpe de vista y, como no se trata de textos excesivamente largos, se leen cómodamente en los dispositivos. Es entendible que el mundo digital haya absorbido a los periódicos, porque nuestro ritmo de vida lo convierte en una plataforma idónea para difundir noticias. En lo que se refiere a los libros, los de género, evasión, entretenimiento... tienen salida en el mundo digital. Pero para una novela en la que buscas tranquilidad para leer, se sigue buscando el libro en papel. Y, reconozcámoslo, es más cómodo que el electrónico. Según los estudios de mercado en Estados Unidos, el libro electrónico se ha 'comido' al libro de bolsillo, pero los libros grandes se venden más en papel, y se prevé que el equilibrio se quede como está. En el fondo, en cualquier caso, el libro digital no es más que un nuevo canal, y quizá el problema en España esté en la ausencia de una buena regulación contra la piratería.
-El Talent Hub se celebra en la UMH y está impulsado, entre otros, por su Parque Científico. ¿Cómo valora este tipo de iniciativas destinadas a potenciar el talento, en este caso, empresarial?
-Tenemos el mismo espíritu que la innovación científica en todos los sentidos, y es fantástico que se apueste por ayudar al talento a realizarse. Frente a la creencia de que "si alguien tiene talento, acabará saliendo a la luz", yo le digo que no lo creo: al talento hay que buscarlo, alimentarlo y mimarlo. Por ejemplo, yo soy una anomalía total, porque nací en Estados Unidos y mi idioma es el inglés, y porque soy una mujer en un mundo de hombres. En todo aquello que se le pueda ocurrir sobre mi sector, soy una anomalía. Pero para llegar hasta aquí he tenido mentores, gente que me ha apoyado. Sin su apoyo en momentos concretos quizá no lo habría conseguido. Todos necesitamos una conexión humana, que nos den aliento en un momento dado, es fundamental. Y además, visto desde mi perspectiva, que también imparto clases en la Universitat Pompeu Fabra, me encanta la conexión con los jóvenes, porque también me aportan mucho, y me encanta sentir que puedo influir de forma positiva para desarrollar su talento.
-¿Se puede emprender, ser innovador, cuando se forma parte de un gran grupo editorial?
-Es más difícil, porque los grandes grupos están acostumbrados a seguir las tendencias, a ir por detrás. "¿Qué se vende? Perfecto, queremos más de eso". Pero incluso en estos grupos hay 'kamikazes' con buen olfato que buscan la originalidad. Porque al final los editores saben de sobra que la originalidad también es un factor de éxito, y hay catálogos que lo demuestran: Alfaguara, con sus inéditos de Bolaño, una extravagancia sobre un autor fallecido en la que además se trata de obras muy experimentales, por ejemplo. O en Planeta, tenemos Seix Barral, que publica a autores inéditos, o Destino, especializada en escritos experimentales. Sí se toman riesgos. Es más difícil, pero no imposible. Recuerde que siempre se decía "los suecos no gustan en España", hasta que llegó Stieg Larsson con Millennium y empezaron a gustar.
-Usted vive en Barcelona. ¿Cómo ve a la ciudad como núcleo editorial?
-Pues a ver si no lo estropean. Ya veremos cómo acaba esto, porque Planeta por ejemplo ya ha dicho que si siguen adelante se trasladan a Madrid o a Sevilla. La política puede causar estragos en una situación de 'cuento de hadas' para mi sector, porque Barcelona tiene una larguísima historia editorial preciosa, y sería una pérdida muy importante. ¡Si hasta El Quijote vino a imprimirse aquí! La ciudad tiene un ecosistema interesante, porque es bilingüe y, aunque hay mucha producción en catalán, la mayoritaria se hace en español. Una lengua que permite la conversación transatlántica a la que me he dedicado yo, y que es uno de los idiomas más importantes del mundo por número de hablantes. Esto es un capital tan, tan importante, que parece idiota tirarlo por la borda. Madrid tiene el liderazgo en los libros de texto, sobre todo por Santillana, pero Barcelona es líder en el 'trade'. Está en el centro de un sector muy importante en el mundo, y sería trágico que se echase a perder.