VALÈNCIA. En tiempos de ola de calor, los museos se reivindican como refugios climáticos, salas de exposición que estos meses de aparente baja actividad presentan algunas de las propuestas clave de su programación anual. Del Siglo de Oro español al arte urbano ‘made in València’ que ha conquistado el mundo, la ciudad presenta en estas semanas un renovado mapa artístico con un buen puñado de propuestas interesantes para explorar en estos días. Una de las sorpresas agradables de la temporada que ha abierto sus puertas en las últimas semanas ha sido la exposición Escena II. Latencias, que explora de manera singular los fondos del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). El proyecto reúne a firmas como Guillermo Ros y sus ratas que roen el mobiliario del museo hasta los ‘patrones’ tridimensionales de Joan Cardells, un recorrido que plantea nuevos diálogos entre artistas en una relectura de la colección del museo que mira a su pasado y, también, a su futuro.

Fanzine y arte urbano

El mapa expositivo actual de la ciudad también pone el foco en esas formas de crear que hasta hace no mucho no encontraban acomodo en las principales instituciones artísticas. El mismo IVAM presentó recientemente la exposición ¡Eso no es cómic! Fanzines: vanguardia e innovación del cómic en España, un proyecto que reivindica la autoedición como el gran espacio de libertad del cómic a través de firmas del presente como Nadia Hafid o María Medem o un viaje por fanzines míticos de los años 70, como La piraña divina, el primero número de TMEO o Ademuz km.6.

A pocos metros, el Centre del Carme despliega Principios, un proyecto documental que revisa la trayectoria de la ‘generación del spray’, aquellos artistas urbanos valencianos -o afincados en València- que han salpicado los muros de la ciudad con grafitis o murales que, dos décadas después, han encontrado hogar en galerías, museos e instituciones de todo el mundo. Comisariada por Vinz Feel Free, el recorrido incluye firmas como el dúo Pichiavo, Julieta XLF o Dulk, entre otros, una muestra que se plantea como una mirada global a su obra -incluyendo una serie de murales creados ad hoc para la exposición- y que llega para reivindicar no solo su obra sino también su presencia e influencia en la Historia del Arte reciente. 
 

De Pedro Orrente a Miguel de Molina
 

Y viajamos varios siglos atrás para hablar de una de las grandes propuestas expositivas que han abierto sus puertas recientemente. El Museo de Bellas Artes de València presenta la primera exposición monográfica dedicada al pintor del Siglo de Oro español Pedro Orrente (Murcia, 1580 - Valencia, 1645), pintor coetáneo de El Greco, Velázquez, Ribera o Zurbarán y que contribuyó de manera significativa en la pintura valenciana de mediados del siglo XVII. El recorrido nos sumerge en una obra que ha sido una “gran desconocida para el público general”, subrayaron desde el museo en la presentación, un paseo en el que destacan piezas como el monumental Martirio de San Sebastián o sus escenas nocturnas. Una exposición imperdible.

Miguel de Molina. Yo quiero ser diferente, en La Nau de la Universitat de València, es la mayor retrospectiva dedicada al artista. Una oportunidad de conocer a un creador total, que revolucionó la copla desde el vestuario hasta la escenografía. Aunque nacido en Málaga, València fue clave en su éxito... y también en su represión. A través de trajes, documentos y memorias inéditas, se reivindica su legado en una España hostil. Esta muestra inicia además un nuevo capítulo en la investigación de su archivo, aún por catalogar, y celebra su audaz estilo, que desafió la norma nacionalcatólica y, a pesar del contexto, se convirtió en un referente eterno de la copla.
 

Entre cine casero, arte contemporáneo y mirada rural

 

El cine doméstico, reflejo íntimo de la felicidad, es el foco de la exposición [Rec]uerdos: la vida a través del cine doméstico en CaixaFòrum València. Desde los años 20, este cine no profesional ha captado momentos felices y cotidianos, creando un lenguaje propio sin filtros ni montaje. La muestra, comisariada por Efrén Cuevas y Núria F. Rius, recorre un siglo de grabaciones familiares, cámaras y soportes, y alerta sobre la importancia de conservar estos archivos. Además, ofrece una mirada al presente y el futuro de esta expresión: en tiempos de redes sociales su naturaleza va cambiando y las fronteras con otros formatos se difuminan, pero el cine doméstico mantiene su esencia, que es mostrar la vida común desde dentro, con valor emocional, cultural y estético.

Otra de las exposiciones que ha abierto sus puertas justo a tiempo para verano es Cos d’aigua, en Fundación Bancaja, un proyecto que recorre una buena selección de obra del artista Juan Carlos Nadal, una muestra que estuvo directamente afectada por la Dana. Y es que, si bien en un principio se planteó un proyecto centrado en obra nueva, el impacto de la riada en su taller impidió su desarrolló, virando en una interesante retrospectiva que, precisamente, habla de las formas del agua a través de distintas piezas en las que se fusiona lo estático y lo fluido. El arte contemporáneo también llena el Museu de la Ciutat, que presenta la exposición Y yo, que no creía en las brujas, en la que el artista valenciano Álex Marco se muestra "como un ilusionista de los albores de la reproducción mecánica de imágenes".

La gran novedad en el Museu d’Etnologia en este verano es la exposición Solsida, una muestra que gira en torno a la despoblación en las zonas rurales, con esa salida de los jóvenes hacia la ciudad como espacio de porvenir. El aspecto más interesante de la muestra es que incorpora no solo esa perspectiva de la ida sino también el regreso de esa juventud a sus orígenes rurales cuando se dan cuenta de lo complicado que resulta en ocasiones vivir en la ciudad. Por su parte, el Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM) exhibe la "excelencia cultural y artística" de Florencia en una muestra en la que se exhiben varias piezas realizadas pr artistas que trabajaron en el taller 'Il Bisonte' fundado por Maria Luigia Guaita en 1959.