ARQUITECTURA Y DISEÑO  

'Black Mirror' transforma una mansión de L’Eliana en la residencia futurista de un astronauta

Este gran chalet, situado en una zona residencial a unos 20 kilómetros de la ciudad de València, se construyó a mediados de los años setenta y ha sido escenario de numerosas campañas de publicidad y rodajes para otras series y películas como Llenos de Gracia o El Sustituto

11/05/2023 - 

VALÈNCIA. Es una obra arquitectónica y de diseño insólita, única en su clase. De esas que detienen el paso de los coches y congregan a curiosos alrededor. De las que levantan rumores y fomentan leyendas. Muchos la han admirado desde la calle, pero pocos han tenido la oportunidad de explorar el interior de la gran mansión de L’Eliana que se hizo construir a mediados de los años setenta Miguel Camañes, un poderoso promotor inmobiliario valenciano, ya fallecido, que vendió la propiedad en la década de los noventa.

Durante los últimos años se ha convertido en una localización muy demandada para el rodaje de campañas publicitarias, películas y series, tanto nacionales como internacionales. Bottega Veneta, Palomo Spain y Worldly Studios son algunas de las firmas de moda que han ambientado sus colecciones en esta enigmática casa, cuyo estilo arquitectónico parece compartir muchos elementos con la corriente norteamericana de los años 60 y 70 conocida como space age, pero incorporando al mismo tiempo algunos otros de idiosincrasia local. Sus innumerables detalles constructivos y decorativos -enormes acristalamientos de perfiles curvilíneos de madera de mobila, una piscina interior de techos acristalados, paredes revestidas de tela de Hermès o lámparas originales de diseño italiano de los años setenta- pueden distinguirse claramente tanto en campañas publicitarias como en escenas de películas españolas recientes como Llenos de Gracia (Roberto Bueso, 2022), protagonizada por Carmen Machi, o El Sustituto (Óscar Aibar, 2021), con Ricardo Gómez y Vicky Luengo.

El último equipo de rodaje que pasó por L’Eliana fue el de la serie británica Black Mirror, cuya sexta temporada se estrenará a nivel mundial el próximo mes de junio. A finales de abril, la productora de la popular serie distópica creada por Charlie Brooker lanzó un teaser oficial en el que pueden apreciarse algunos fotogramas grabados en el salón de esta inconfundible casa. En estas imágenes podemos ver a la actriz Auden Thornton (This is Us, True Story) y al actor norteamericano de origen sueco Josh Hartnett (La dalia negra, Black Hawk Derribado, Pearl Harbor), dos de los miembros del equipo artístico que estuvo rodando el pasado año en la citada mansión, transformada para esta ficción en la residencia familiar de un astronauta que vive junto a su mujer y sus dos hijos.

La localización no podía ser más certera. La planta baja de esta casa, sostenida en voladizo por cuatro pilares redondos que emergen desde el sótano, proyecta claramente la ilusión óptica de “flotar” como una nave espacial (parece ser que Camañes quiso en un principio que el cuerpo central de la casa girase sobre su eje, un deseo que no pudo hacerse realidad). Diseñada en 1975 por el arquitecto valenciano Pascual Genovés, esta construcción no solo tiene las dimensiones propias de una gran mansión -casi 7.000 metros cuadrados de parcela, de los que más de 1.300 corresponden a la casa-, sino también la magnificencia de una residencia retrofuturista. Es sin duda una “bombonera” para cualquier serie de ciencia ficción.

Un mes de rodaje 

El equipo de producción de la serie británica se quedó prendado de ella, hasta el punto de variar completamente su plan de rodaje inicial para darle más protagonismo. En un primer momento, esta localización iba a utilizarse únicamente durante algunos días para grabar unas escenas que quedaban para cerrar otro capítulo de la nueva temporada. Pero, una vez sobre el terreno, cambiaron de idea. “Estaban tan maravillados que decidieron darle a la casa un capítulo entero y buscar una residencia más convencional en Málaga para rodar la parte que les faltaba”, comentan fuentes vinculadas al rodaje.

Un equipo técnico internacional formado por cerca de setenta profesionales -sobre todo alemanes, ingleses y españoles- trabajó durante cerca de un mes en la preproducción. Concretamente, en la redecoración de las estancias. Cambiaron todos los muebles, panelaron parte del salón para que no apareciese la piscina en los encuadres y cubrieron con más de un centenar de metros cuadrados de moqueta dorada el suelo hidráulico rojo original de la casa. Para ello, enviaron previamente desde Inglaterra varios tráilers cargados con todo tipo de mobiliario y alquilaron una nave industrial cerca de Feria Valencia para almacenar el material, que después trasladaban discretamente en furgonetas hasta la L’Eliana.

“El nivel de detalle con el que trabaja esta gente llega a puntos increíbles que los espectadores nunca llegan a saber. No hay ningún elemento de bulto. Por ejemplo, según el guión, la casa del astronauta tiene muchas estanterías llenas de libros. A pesar de que no  juegan un papel importante dentro de la trama, y de que no iba a haber primeros planos de los lomos, llenaron las librerías con decenas y decenas de libros en inglés, todos ellos con temáticas relacionadas con el espacio. Libros que por supuesto se habían traído de Inglaterra”.

Casi todo el trabajo se centró en la decoración, porque después el equipo artístico solo rodó durante seis días. Después se dedicó una semana más a retirar y recolocar el mobiliario, así como para repintar porque -¡atención, spoiler!- en esa casa se grabó una escena de asesinato y muchas paredes quedaron teñidas de sangre.

La arquitectura y el diseño de la era espacial

La era espacial tuvo un impacto muy fuerte en la estética de los años setenta, tanto en arquitectura como en el diseño de interiores, indumentaria, artes gráficas y textiles. Era la respuesta a una concepción optimista del futuro, directamente relacionada con la carrera espacial norteamericana -y el hito de la llegada a la Luna del Apollo 11 en 1969- y la consiguiente confianza en los avances tecnológicos.

Esta corriente -que, también en arquitectura, se incluye a menudo como una forma del llamado styling- jugaba con el concepto de ingravidez, sugerido por la experiencia espacial de los astronautas, mediante la búsqueda de equilibrios y la utilización de materiales que transmitían liviandad, como el cristal, los plásticos transparentes o el plexiglass. Esta nueva estética se caracterizaba por las formas curvilíneas y aerodinámicas, con las que se trataban de trasladar los conceptos de modernidad y velocidad a la vida cotidiana. Eran los años de Star Trek, de 2001: Odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968), Barbarella (Rober Vadim, 1968) y tantas otras obras imprescindibles de la cultura popular del momento.

La icónica mansión de L’Eliana, diseñada pocos años después de la eclosión de este estilo en el mundo anglosajón, parece ser una de las aproximaciones más claras a esta corriente que existen en España.

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