Hoy es 16 de octubre
El negocio llevaba abierto desde 1989 y cambió de dueño hace tres años
VALÈNCIA. En un mundo que parece dominado por plataformas como Netflix, HBO o Prime Video, ¿dónde queda el videoclub? La red que antaño plagara las ciudades ahora suma pocos espacios de alquiler de películas, una cambio de modelo que ha obligado a no pocos a reinventarse para seguir en activo. En este último grupo se encontraba el Videoclub Rados, en Benimaclet, que había buscado reinventarse de la mano del cine de autor para competir con la oferta que ofrecen las plataformas de streaming.
Hoy, sin emabargo, baja la persiana. Después de 31 años alquilando películas, el mítico Videoclub Rados, situado en la calle Emilio Baró, ha tenido que cerrar. Hasta hace tres años, el negocio había pertenecido a la familia Rados, que durante muchos años ostentó la propiedad de una ingente cantidad de videoclubs, aquí en València. Eran los dueños de la cadena Broadway, que llegó a tener un total de 33 locales en la ciudad; de la Videoteca Weekend, que cerró hace en 2018; y del videoclub Boston, que hoy día continúa abierto. En los 90 había más de 200 videoclubs en València, y a día de hoy se pueden contar con los dedos de una mano. Son supervivientes, y como merecedores de tal condición, los que sobreviven tratan de adaptarse a las circunstancias. La familia Rados ya no posee ningún videoclub de aquella treintena, todos fueron cerrando poco a poco. Sin embargo, el Rados, que cierra ahora, fue traspasado a otra persona en 2017, que hoy se ve obligada a sumarse a esa lista de cierres.
A partir de ese año, el Rados se especializó en cine de autor. Ha seguido ofreciendo estrenos y películas taquilleras, pero llenar las estanterías de títulos comerciales es el error que seguramente cometieron todos aquellos videoclubs que han quedado en el recuerdo. Buena parte de su clientela acudía para hacerse con títulos europeos de autor que no son fácilmente rastreables a través de Internet. Sin embargo, tras la cuarentena el Rados se ha obligado a cerrar, un cierre que se deriva igualmente de un conflicto vinculado a la licencia todavía por resolver. En cualquier caso, según ha podido saber este diario, el cierre es definitivo, un cierre que elimina del mapa un nuevo videoclub en València.