VALENCIA. Besen a alguien. Háganlo con pasión, sin miedo. Ahora repitan el mismo movimiento sin partenaire y delante de una cámara. Extraño, ¿verdad? Este es uno de tantos ejercicios que propone la artista Rosana Antolí (Alcoi, 1981) en la galería de arte contemporáneo Espai Tactel, una exposición que busca descontextualizar aquellos movimientos cotidianos que repetimos día sí, día también. El punto de partida, y también título de la muestra, es el videoclip del tema Rock it, publicado por Herbie Hancock en 1983, un trabajo que parte del absurdo de la repetición de los movimientos de unos robots con mucho de humano. Es así como el público deviene espectador de la obra y, también, de sus propios movimientos, un análisis de lo diario y lo repetitivo para terminar de poner cara al “existencialismo absurdo”, indica la creadora.
Imposible no recurrir a la figura de Sísifo cuando de repeticiones y absurdo trata la cosa. Según la mitología griega, el fundador de la ciudad de Corinto fue condenado a subir una enorme roca a lo alto de una colina para, cuando estuviera al borde de la meta, tener que volver a iniciar el camino. Y así toda la eternidad. Frente a la angustia de esta historia, Antolí presenta la repetición vista como una danza, una coreografía congelada paso a paso en la que ninguno es exactamente igual que el anterior. Esto se refleja en piezas como Everyday Symphonies. My daily objects movements, en las que dibuja movimientos repetidos como el giro de muñeca al abrir una puerta con llave; o My Canvas is the Dance Floor. How to Register a Dance, lienzos en los que marca los pasos para ejecutar un baile. Cojo la manzana, la como, la tiro.
Ejecutada con mangueras de plástico y motores giratorios, la escultura que abre la exposición presenta, además del concepto de repetición en el continuo giro de la manguera, el de oposición, plasmada en el choque de los tubos. La resistencia, también entendida desde el punto de vista político, en un sistema en el que al final se vuelve a tropezar con la misma piedra. Otra vez las repeticiones. Si esta pieza da la bienvenida al espectador, el final abre la puerta a un nuevo mundo. Se trata de Desplazamiento de habitación: Elephant Man, una pieza que representa al hombre elefante capturado por el filme de David Lynch, un retrato acompañado de una da las frases de la película: “I’m not an elephant, i’m not an animal”.
Rock it se puede entender como la “segunda parte” de la muestra When lines are time/ Cuando las líneas son tiempo, que llevó la obra de Antolí al Espai 13 de la Fundación Joan Miró en Barcelona, una exposición comisariada por Martí Manen, responsable del pabellón español de la edición 2015 de la Bienal de Venecia, y que se integraba en una programación anual pensada en torno a la reflexión sobre cuestiones de temporalidad, proceso y producción en la práctica artística contemporánea. En ambas se acerca al dibujo, la instalación, vídeo y la acción desde el punto de vista coreográfico, siendo la de Espai Tactel su primera exposición individual en Valencia, tras haber pasado por la LagerHaus62 (Zúrich, 2015), el Centro Cultural España Córdoba (Córdoba, Argentina, 2014), elCasal Solleric (Palma de Mallorca, 2013), el Instituto Juan Gil-Albert (Alicante, 2012) y el Centro de Arte Tomás y Valiente (Madrid, 2008).
Si bien por lo que respecta a las exposiciones colectivas destaca aquella celebrada en el CAC Wifredo Lam (La Habana, 2016), por haber podido coincidir con sus admirados “dinosaurios” del arte, su largo periodo en Londres, donde este año volverá a exponer, habla de una carrera que, sin renunciar a los proyectos en España, quiere forzar su presencia exterior. “Me motiva medirme con los artistas de fuera”. Así, también ha participado en exposiciones colectivas como las celebradas en el CCEMx (México D. F., 2016), CCEN (Managua, 2016), Josée Bienvenu Gallery (Nueva York, 2016), Herbert Read Gallery (Canterbury, 2015), Museo ABC (Madrid, 2015), The Ryder Projects (Londres, 2015), Alserkal Avenue (Dubái, 2015), MUA (Alicante, 2015), Caryl Churchill Theatre (Londres, 2015), Fundación Cultural Providencia (Santiago de Chile, 2014), DA2 (Salamanca, 2014), Delft Museum (Delft, Holanda, 2014), Friktioner (Uppsala, Suecia, 2014), Local Projects (Nueva York, 2013), Volta (Basel, 2013), Buzzcut Festival (Glasgow, 2013) y CCAI (Gijón, 2013).
La alcoyana presenta un proyecto sobre el movimiento que va en consonancia con el que en pocas semanas será su compañero de viaje, el artista Fito Conesa. Antolí y Conesa serán los dos artistas con los que la galería valenciana Espai Tactel, proyecto de Ismael Chappaz y Juanma Menero, aterriza en la feria ARCO Madrid, concretamente en la sección Opening, para espacios con una trayectoria de menos de siete años, siendo una de las dos españolas que se suman este año al programa y la única galería valenciana que se estrena en la feria en la última década. Carreras paralelas las de los jóvenes creadores, ambos seleccionados por el jurado de los premios Generación 2017 de entre 600 aspirantes, una convocatoria destinada a artistas menores de 35 años que resultará en una exposición colectiva que mostrará la obra de los diez elegidos el próximo mes en La Casa Encendida (Madrid). De igual forma, los Tactel viajan a Madrid con un ‘bonus track’, pues también contarán con un espacio en Casa Leibniz, uno de los proyectos satélites de ARCO, en el que expondrá Antonio Fernández Alvira.
La artista, que actualmente forma parte de una exposición colectiva en el IVAM, ha sido la ganadora del Beca Velázquez 2024/2025