El Círculo de Bellas Artes ante su posible desaparición: Cultura le exige 1,8 millones
El Círculo de Bellas Artes ante su posible desaparición: Cultura le exige 1,8 millones
La conselleria y la asociación debaten sobre la posibilidad de que la colección de arte de la entidad sirva de pago para evitar la deuda de 1,8 millones
VALÈNCIA. Pausa en el ‘caso Círculo de Bellas Artes de València’. La asociación privada debe hacer frente a una cuantiosa deuda, de 1,8 millones de euros, fruto del incumplimiento de un acuerdo del año 2000 por el que recibió una golosa subvención de la Conselleria de Cultura para la rehabilitación de su sede. Su presidente, Gerardo Stübing, declaró que la entidad no tenía la capacidad económica para hacer frente al pago e, incluso, afirmó que supondría el cierre de la entidad en el caso de que la administración no aceptara la colección de obras de arte como pago de la misma, una opción planteada en el recurso presentado por la entidad el pasado año. El tira y afloja entre la entidad y la administración se ha reforzado con una traca durante este mes de enero, con el fin de plazo para el pago voluntario cerca, una tensión que ahora se ha relajado. Este viernes Stübing ha mantenido una reunión con el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, en la que ha cambiado el tono de conselleria, reacia hace unos días a buscar otra vía de solución al pago de la cantidad, un encuentro en el que se ha llegado a plantear que la colección pueda pasar a formar parte de los fondos del Museu de Belles Arts.
¿Supone esto que Cultura acepta la colección como pago? No. Al menos, todavía. Durante el encuentro la administración ha instado al Círculo a iniciar los procesos necesarios para que la administración valore la propuesta de tomar la colección como pago, una colección compuesta de aproximadamente 150 piezas entre las cuales se incluyen obras de Sorolla o Pinazo. “Hemos encontrado un camino”, expresa el propio presidente de la entidad artística, quien destaca la “disposición a solucionar el problema” tras haber criticado anteriormente la “falta de voluntad política” para dar salida a la situación de la centenaria institución cultural. “Pedimos que el apoyo no se centre solo en el valor de la colección. El Círculo tienen tanto o más valor, es un patrimonio intangible”, defiende Stübing en declaraciones a este periódico, en las que lamenta la situación a la que ha llegado la entidad. Ahogada por las deudas vendió su sede en 2016, una venta que se realizó sin el consentimiento de conselleria, una de las cláusulas incluidas en el acuerdo para recibir la subvención de rehabilitación del edificio. Esto llevó al gobierno autonómico a exigir el pago correspondiente, 1,8 millones de euros.
La apertura de esta vía está condicionada por varias cuestiones administrativas, pues la aceptación como método de pago no será directa por parte de Conselleria de Cultura. “Con esto se abre la posibilidad de que se valoren los fondos”, explican a este diario desde la administración, un proceso que podría finalizar con la inclusión de los mismos en los fondos del Museu de Belles Arts de València, que ya incluye colecciones privadas como, por ejemplo, la de Pere Maria Orts. O no. En este proceso se deberá tasar la colección de la centenaria institución con el fin de fijar su valor y determinar si es de interés para la administración valenciana, una tasación que en un primer nivel se llevará a cabo por técnicos de la Generalitat pero que, desde la conselleria, se propone ampliar con profesionales de otras entidades más allá del museo, como la Real Academia de Bellas Artes San Carlos.
Comienza así un nuevo camino para encontrar una vía “legal y satisfactoria” que evite la desaparición del Círculo de Bellas Artes de València, que desde hace años va dando tumbos. Fue en 2016 cuando vendió su sede, un palacio gótico situado en la calle Cadirers, al Grupo de Idiomas Enforex-Don Quijote, para poner fin a sus deudas, una operación que se prometía como una nuevo punto de partida para una entidad en agonía económica y con una evidente pérdida de influencia en el campo cultural. Este reinicio, capitaneado por Gerardo Stübing, quedó en pausa al ser conocedores de la nueva deuda al haber incumplido el acuerdo con conselleria, una situación a la que se enfrentan desde hace meses, tal y como avanzó Cultur Plaza en primicia.
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