VALÈNCIA. La cultura valenciana vive un cambio de ciclo que, además de la batería de ceses y nuevos nombramientos de los últimos meses -y los que quedan-, también pasa por la redefinición de algunos de los principales festivales que dan forma a la programación cultural valenciana. El escenario que se dibuja a corto, medio y largo plazo apunta a un cambio en el mapa de citas culturales vinculadas al sector audiovisual o de artes escénicas, sobre las que -aunque a distintas velocidades- ya se están poniendo sobre la mesa una serie de cambios de modelo que dibujan un mapa bien distinto al planteado hasta ahora.
Tal es el caso del festival internacional de mediometrajes La Cabina, cuya celebración este 2024 pende de un hilo, aunque desde la Vicerrectoría de Cultura de la Universitat de València no están especificando cuál es la situación actual. Los hechos: el Aula de Cine ha estado en stand-by desde hace más de seis meses por un problema con la contratación de personal en La Nau que arrastran en realidad desde hace varios años; a estas alturas del año, La Cabina tendría que haber abierto inscripciones y ni siquiera se ha empezado a organizar nada; la Universitat de València ha decidido fusionar el Aula de Cine con el de Músicas Urbanas (aunque ya hay un Aula de Música), bajo la dirección de Manuel de la Fuente.
Tras la publicación de la situación por parte de este diario de su realidad, varias personas del mundo del audiovisual mostraron su apoyo al festival, que, en todo caso, todavía tiene pendiente definir un futuro con más incógnitas que certezas. En el ámbito audiovisual anda la cosa revuelta, y no es La Cabina el único festival con una conversación pendiente. La pregunta que desde hace meses sobrevuela algunos despachos del Ayuntamiento de València y la Generalitat es: ¿se va a fusionar La Mostra y Cinema Jove?
Fue el concejal de Cultura, José Luis Moreno, quien primero abrió el melón en su primera entrevista tras acceder al cargo: “Yo defiendo una cosa que lleva 20 años encima de la mesa: tenemos dos festivales medianos y nos gustaría que València tuviera un festival grande. (…) A mí ahora me toca potenciar La Mostra, pero cabría la posibilidad de que hubiera una especie de unión de los dos festivales y ver cómo se podría fomentar”. Dicho y hecho, el concejal admitió en una entrevista a Radio Valencia que ya se ha realizado un primer acercamiento al respecto y que, si se empieza a trabajar intensamente, 2025 podría ser el primero en el que se planteara un festival único. En todo caso, el proceso estaría en un momento muy primitivo y simplemente se ha trasladado la buena voluntad de las dos administraciones.
Pero no solo Cinema Jove está bajo la lupa. También Dansa València o Sagunt a Escena están en el punto de mira, siendo todos ellos dependientes del Institut Valencià de Cultura (IVC), organismo que recientemente renovó por completo sus direcciones adjuntas y que tiene pendiente el cambio de director general tras el cese de Abel Guarinos. Sobre estas citas está la duda no tanto de su continuidad sino de su fórmula de gestión. Cabe destacar que en 2021 Cultura, entonces bajo el gobierno del Botànic, impulsó una licitación abierta que dio la dirección a María José Mora y a Inma Expósito (Pro21 Cultural) respectivamente, contratos que finalizan el año que viene. La reciente presentación de Dansa València, que coincidió con el día en el que el pleno del Consell aprobaba el nombramiento de Mora como directora adjunta del IVC, puso la pregunta sobre la mesa: ¿qué pasará con la dirección del festival? La pelota está ahora en el tejado de la Conselleria de Cultura.
“Modelos hay muchos sobre la mesa, tenemos que analizar el resultado y la conveniencia de cada uno de los modelos. Queremos analizar la conveniencia del mejor, no del más urgente […] Tampoco nos hemos planteado si hay demasiado directores en general, a lo mejor hay demasiados, no lo sabemos. Tenemos que valorar”. Estas palabras las firmó el director general de Cultura, Sergio Arlandis, preguntado por este diario por el posible cambio de dirección en el festival. Arlandis apuntó pues a un posible cambio de modelo, insistiendo en que tienen “muchos” sobre la mesa y están a la espera de analizar cuál es más conveniente. Por lo pronto, Mora seguirá asumiendo la dirección de Dansa València al tiempo que lidera la dirección adjunta de Artes Escénicas y Sagunt a Escena continuará caminando hasta agotar contrato, a la espera de conocer por cuál de esos modelos de gestión que tiene sobre la mesa Cultura acaba aplicando en los festivales de su competencia.
El cambio de modelo político también ha tenido efectos directos en la otra escena cultural valenciana, la que se genera en los márgenes. Un ejemplo claro es la recuperación de Cabanyal Íntim, que tras un año de parón por “falta de recursos”, este 2024 regresa con una nueva edición “para mostrar su apoyo a las artes escénicas y por medio de ellas resistir en estos tiempos tan duros para la cultura”. La propia dirección del festival puso sobre la mesa en un comunicado la necesidad de generar una “resistencia” cultural que, en su caso, se traduce en una edición que el próximo mes de mayo pondrá en escena cuestiones como la gentrificación, la gestación subrogada o las “andanzas del exmonarca y su expatriación en Abu Dabi”.