VALÈNCIA. Las letras también pueden viajar. Si no, que se lo digan al diseñador Miguel Maestro. El impulsor del proyecto Tipos Que Importan, una plataforma concebida para la preservación y divulgación de la rotulación comercial de las calles valencianas, se ha fijado como objetivo llevar las formas del alfabeto más allá, un proyecto con el que ya ha salpicado el mapa expositivo de la ciudad a través de iniciativas como una exposición desarrollada en la galería La Mercería o mediante un corto documental. Pero las fronteras están para cruzarlas y es eso precisamente lo que se ha propuesto Maestro.
Primera parada: Japón. Ha sido la ciudad de Osaka el marco de una de sus más recientes aventuras, con la exposición More than Letters, que ha acogido recientemente la galería japonesa Aqur. Se trata de un proyecto que profundiza en la investigación de Maestro en los procesos creativos relacionados con la letra, una muestra que reinterpreta la gráfica local valenciana, mezclada con la fauna y flora de nuestros barrios, llevando la letra a su “límite expresivo”. “Las tipografías son un reflejo de nosotros, de nuestra evolución; son parte del paisaje urbano que habitamos en nuestro día a día, un paisaje que compartimos”.
Segunda parada: Zaragoza. Es en el marco del festival Retrospectiva, un proyecto cultural de “regeneración urbana” que se lleva a cabo en el casco urbano de la pequeña localidad de Quinto, de apenas dos mil habitantes, donde Maestro ha desarollado su último proyecto. La iniciativa busca generar un paseo artístico e histórico que ponga en valor el arte de la publicidad y los rótulos antiguos presentes en las calles décadas atrás, así como recuperar la memoria colectiva del pueblo, un festival que parece hecho a la medida del diseñador valenciano, que ha desplegado en el municipio zaragozano una instalación cinética que conecta el pasado de la ciudad con su futuro.
El hallazgo de una vieja caja de metal de la vieja fábrica de regaliz que antaño fue uno de los pilares de la economía local fue el punto de partida del encargo a Maestro, a quien se le encomendó realizar una intervención artística que ofreciera una nueva mirada a ese pasado industrial del municipio. Esta pequeña caja de metal sirvió de inspiración para la creación de un luminoso rótulo que gira con el movimiento del aire, un guiño que, siendo el logotipo de la empresa Zan un gallo, juega con la idea de veleta. Esto inspiró la creación de un dispositivo que hace girar tanto al gallo como a la palabra ‘Regaliz’, acompañado de los rayos característicos que adornaban la caja, ilustrando las palabras ‘Delicioso Producto’.