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ENTREVISTA CON EL ACTOR

Eduard Fernández: “El ‘crowdfunding’ no es romántico, es una pena”

El laureado actor protagoniza en el Principal Panorama desde el puente, un drama basado en el texto de Arthur Miller que viaja a la Nueva York de los años 50

17/04/2016 - 

VALENCIA. Cuando el joven Eduard Fernández hacía de payaso en las calles de Barcelona pocos podían imaginar que con el tiempo se convertiría en uno de esos actores en los que uno siempre puede contar. Consistente y sólido, a lo largo de su trayectoria ha nadado entre las tablas y la gran pantalla. En ambos casos, laureado por sus proyectos. Los primeros pasos profesionales los dio en la histórica compañía catalana Els Joglars donde, durante cuatro años, aprendió de la mano del dramaturgo Albert Boadella. "Uno de los mejores, una auténtica maravilla", afirma Fernández. 

Unido a su maleta, sus zapatillas cogieron el polvo característico de una compañía convertida en un la suma de un puñado de trotamundos. "Fue el inicio de mi carrera, salí al mundo. Con ellos monté y desmonté escenarios, pisé muchas tablas. Eso es impagable". Más de 30 años después y con un bagaje cargado de experiencia aterriza en el Teatro Principal de Valencia, donde protagonizará del 20 al 24 de abril la pieza Panorama des del pont (A View from the Bridge), una versión del libreto escrito por Arthur Miller, estrenado el 29 de septiembre de 1955 en el Coronet Theatre de Broadway. La trama se sitúa diez años después del desenlace de la Segunda Guerra Mundial en una Nueva York que se ha convertido en receptora de inmigrantes ilegales partidos de Europa.

Foto: David Ruano.


Entre estos, Eddie Carbone, un trabajador de origen italiano que vive obsesionado por la pasión devastadora que siente hacia su sobrina, a quién recogieron él y su esposa, tras quedarse huérfana. Su obsesión por la joven le llevará a enloquecer y a romper la ley del silencio establecida entre los trabajadores, mayoritariamente inmigrantes, del puerto de Nueva York, poniendo en peligro la situación de dos de sus camaradas. "Hay cuestiones en las que los seres humanos no evolucionamos, como el control del dolor, la envidia, los celos… Esto forma parte de Eddie", explica el actor.

Inmigración y machismo

La pieza nada entre los asuntos sociales y pasionales. A pesar de que el texto tiene más de medio siglo, el movimiento migratorio y las tensiones generadas por éste remite a la gestión de la Unión Europea de la crisis de los refugiados o, por la ciudad donde se localiza la trama, a las polémicas declaraciones del candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, al respecto de este asunto. También el machismo y la idea de supremacía masculina encarnada en un Eddie Carbone dispuesto a todo por tener a su sobrina, Katie. "El tema de la inmigración impregna toda la obra, está presente todo el rato, pero yo creo que lo principal es la idea de que Eddie pueda meter en una urna de cristal a su sobrina. La vigencia depende de que la obra sea buena y esta es un clásico".

Carbone se convierte en uno de esos personajes con los que en un primer momento parece difícil empatizar, tosco y encarnación de algunos de los sentimientos más difíciles de gestionar. "Es un personaje que despierta un cierto rechazo. Es machista e invasor, aunque al final la empatía surge a través de su sufrimiento. Carbone va directo a lo peor, se boicotea a si mismo, es víctima de su propia enfermedad. Su amor le lleva a hacer lo que peor está visto en su mundo: delatar. A la vez tiene su gracia, es ingenuo y muy puro"

Foto: David Ruano.

Traducido por Joan Sellent y bajo la dirección del francés Georges Lavaudant, el texto se presenta de forma austera, con una escenografía parca en elementos y que deja el peso en el reparto que, además del propio Fernández, lo completan los actores Jordi Martínez, Mercè Pons, Marina Salas, Marcel Borràs, Pep Ambròs, Rafa Cruz y Sergi Vallès. "Es un muy buen director de actores, no he querido llevarlo al naturalismo, está creado como una tragedia griega. Los actores estamos desnudos, sin escenografía. No hay espacios donde apoyarse, donde disimular", añade el artista. 

Un sector cambiante 

Entre los últimos proyectos del intérprete, ganador de dos premios Goya a mejor actor y actor de reparto, está la película Ovidi: el Making of de la pelicula que nunca se hizo, en homenaje a Ovidi Montllor, "el mejor recitando", explica Eduard Fernández, que afirma ha sido un "honor" pronunciar sus palabras. Financiada en gran parte gracias a una campaña de micromecenazgo impulsada por la plataforma online Verkami, con la que consiguieron más de 30.000 euros, la cinta es otro ejemplo de muchos proyectos culturales que hoy se hacen realidad gracias a este tipo de iniciativas.


Sin embargo, el actor se muestra contundente con respecto a este tipo de fórmulas de financiación que, si bien son novedosas, responden a una falta de ayuda tanto por parte de la administración como por las empresas, cada vez más ahogadas. "El crowfunding no es romántico, es una pena", asevera. Sin embargo, y a pesar de las dificultades, Fernández es de los que siguen estrenando. Sus próximas cintas ya tienen nombre y fecha de salida: la comedia La noche que mi madre mató a mi padre y El hombre de las mil caras, junto a José Coronado. 

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