VALÈNCIA. La clausura de la exposición Discursos premeditados en el Centre del Carme, que cerró el pasado domingo, no solo dará paso a los distintos proyectos resultantes de la convocatorias públicas impulsadas desde el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), pues el organismo aprovechará el proceso de desmontaje de la exposición de la Fundación Caja Mediterráneo para ‘reservar’ el espacio que ocupará la futura cafetería del museo. De esta forma, la sala que hasta hace unos días acogía El vacío es un lugar donde apoyarse, una sección de la macroexposición de la CAM, se dividirá en dos en los próximos días, un espacio ubicado en la planta baja del claustro y que dejará de ser utilizado para proyectos expositivos a la espera de que se ponga en marcha el servicio de restauración.
En los próximos días se levantará un tabique en dicha sala que dividirá en dos el espacio, quedando uno libre para acoger proyectos de ámbito cultural y el otro reservado para una futura cafetería que, aunque no tiene fecha de apertura, sí espera estar a punto a finales del presente ejercicio. Fue el pasado mes de septiembre, cinco meses después de ocupar su cargo, cuando el actual gerente del Consorci de Museus, José Luis Pérez Pont, presentó el proyecto por el que fue seleccionado en el concurso convocado por la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte. Bajo el lema Apoyar el presente para construir el futuro, el documento ya planteaba la intención de abrir una cafetería y una tienda donde se comercializaran “además de publicaciones propias de las actividades realizadas por los centros consorciados, productos especializados y merchandising que será resultado de la colaboración con creadores valencianos como diseñadores, artistas o ilustradores”, reza el texto.
“Esta medida se llevará a término cumpliendo con las normativas específicas que protegen un edificio BIC como en este caso y condicionado a la autorización patrimonial. El propósito de ambas actuaciones es poner en marcha las estrategias que doten al Centre del Carme de estímulos que lo enriquezcan en los hábitos y comportamientos de la vida de la ciudadanía”, concluye el proyecto por lo que respecta a este plan. Si el primer paso es levantar el muro que divida la sala de exposiciones en dos espacios y reservar una parte a la cafetería, a esto le seguirán distintos trabajos para generar las instalaciones necesarias para poder poner en marcha un servicio de restauración para, en última instancia, licitarla y abrir sus puertas, un proceso que se alargará el presente ejercicio.
Renovación de la señalética
Este proyecto hará que la sala ubique su acceso principal a partir de ahora por el claustro renacentista, algo que ya se tuvo en cuenta cuando el pasado mes de enero se renombró el espacio como Sala Carlos Pérez, con la que se reconoce la labor del pedagogo valenciano en el ámbito de la enseñanza artística, al colocar la placa en el portón que da a dicho claustro. La sala cuenta con cuatro naves, de las cuales tres continuarán siendo para exposiciones y una -de unos 100 metros cuadrados- para la cafetería, a la que se prevé se sumen algunas mesas creando una terraza en el claustro. La división es inminente pues, a finales del mes próximo una nueva exposición ocupará el espacio, ya sin una parte. A estos trabajos se sumará una renovación completa de la señalética de la mano del diseñador Eugenio Simó, quien se encargó de generar el nuevo logotipo del Centre del Carme, y un lavado de cara de la entrada al museo, que se ejecutará también en este ejercicio y que albergará la tienda del espacio cultural.