VALENCIA (VP/EP). Pablo Carbonell se "desnuda" íntegramente en el Teatro Talía de Valencia e invita al espectador a montarse en una montaña rusa que repasa su infancia, sus primeros trabajos, las personas que le importan, las ciudades por las que ha pasado y lo que espera de la vida. Lo hace a través de su obra 'El mundo de la tarántula', un espectáculo a medio camino entre el monólogo y musical que se estrena este jueves y permanecerá en cartel hasta el 16 de octubre.
Carbonell ha presentado el espectáculo, coproducido por Pentación Espectáculos y Boullosa Comunicación, en una rueda de prensa junto al director, José Troncoso, con quien ha mostrado una gran complicidad y con quien se ha llegado a subir en la moto de una mujer que intentaba aparcar cerca del Talía en el momento en el que los fotógrafos le estaban sacando instantáneas. Todo entre risas y con mucho humor.
La obra, que el propio Carbonell ha definido como "un diario íntimo", parte de su libro autobiográfico 'El mundo de la tarántula' en el que narra con franqueza, pero también con sentido del humor, los capítulos de su vida. Es la crónica social de un tiempo, un espectáculo íntimo entre el artista y el público.
Carbonell, quien ha participado en la 'Bola de Cristal', en 'Caiga quien Caiga', en 'Hospital Central' o en el 'Intermedio', ha indicado que en la obra se "desnuda": "Hago una entrega total, de desnudo, de comunicación con el espectador sin ningún elemento que pueda amortiguar el golpe. Es algo íntimo. Estoy con las carnes abiertas porque no se adorna la historia ni se pone celofán", ha descrito. Se trata de un espectáculo que tiene solo un personaje, Carbonell, "aunque en el escenario aparece representada mucha más gente", ha dicho, y ha puesto como ejemplos al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy; a la cantante Isabel Pantoja; a los Reyes de España; al cantante Bob Dylan, al escritor y actor Fernando Fernan Gómez o a Pedro Reyes, con quien comenzó su carrera en los míticos años 80 madrileños.
El actor, que lleva más de 40 días ensayando el espectáculo, ha señalado que en escena aparece él hablando con fantasmas, con amigos, por teléfono, consigo mismo, conecta con el niño que fue, canta las primeras canciones que cantó... Se trata de narrar historias y de recordar a personas que le emocionaron y le emocionan. "Hoy estrenamos y tengo una incógnita muy grande: ¿Podré soportar enfrentarme todos los días a estos sentimientos?", se ha preguntado.
"La obra y el libro no tratan solo de mí. Hay mucha gente a la que debo mucho y esto es un homenaje", ha aseverado, al tiempo que añadía que estas personas "están vivas en la obra cuando me desdoblo en ellos o los evoco", ha explicado. También se cuela España y su historia, cuando dio sus primeros pasos de libertad y se busca a sí misma. Y pasa por la Madrid a la que llegó en su época hippie y por la Sevilla que conoció "de pata negra".
En este sentido ha recordado que cuando escribió el libro en el que se basa la obra -con una duración de una hora y 21 minutos- tenía un "pudor terrible" y lo escribió "en la clandestinidad". Luego pudo ver el libro en un escaparate y sintió que se había desnudado, tal y como pretende hacer en el teatro.
El espectáculo, que persigue huir del icono conferenciante aburrido y que tras Valencia visitará Zaragoza, supone un juego teatral que simula a una "montaña rusa", ha explicado el artista: "Se pasa de la comedia y el desenfreno al más profundo desgarro humano". "Hemos quitado la grasa, el colesterol y el peso de la historia que se cuenta en el libro para hacer un obra ligera", ha proseguido.
Habrá improvisaciones, "muchas", ha dicho Carbonell y, de hecho, ha anunciado varias sorpresas para el estreno. "La primera vez que ensayé el espectáculo me duró dos horas y media; la siguiente una hora y 45 minutos porque se me olvidaban cosas. Al final se ha quedado en una hora y 21 minutos. Son 47 páginas del libro, que tiene más de 300. Iré tanteando e improvisando en cada función porque no quiero convertirme en un loro de mí mismo", ha advertido.
"El lenguaje será muy vivo y a mí me gusta jugar mucho. Quiero que eso sea un juego", ha afirmado Carbonell para añadir que el espectáculo también tiene un efecto terapéutico: "Así a lo mejor me ahorro lo que me cuesta mi psicólogo", ha bromeado.
Ha afirmado también que el espectáculo es para todos los públicos, aunque ha advertido de que hay escenas "fuertes", con lo que si van niños, los padres tienen que ser conscientes de que tendrán que explicarles algunas cosas, "aunque actualmente ya están sensibilizados con todo", ha aseverado. Su hija de ocho años verá la obra, ha avanzado.
El director de la obra, Troncoso, ha resumido el espectáculo como una performance en la que el actor juega con su vida y habla con el público: "Es un ejemplo de sinceridad y de disfrute de una vida apabullante y yo quería formar parte de esto", se ha sincerado. También ha descrito el montaje como algo "vital" donde se representa "lo imprevisible que tiene la vida".
Troncoso ha insistido en que en la obra, el polifacético Carbonell cuenta sus propias vivencias, lo que le ha pasado a él, y conecta con el espectador: "Vemos muchas cosas que nos hubiera gustado hacer y de las que nos arrepentimos por no haberlas hecho", ha descrito.