VALÈNCIA. El IVAM corona a Carmen Calvo con el premio Julio González 2022. El museo de arte moderno ha seleccionado a la artista como receptora del galardón, convirtiéndose en la tercera mujer que lo recibe, tras Annette Messager en 2018 y Mona Hatoum en 2020, y la primera valenciana. El premio llega, además, meses después de que Calve interviniera su fachada con la obra de gran formato Los cielos están cosidos, una pieza que habla de la lucha por la igualdad de género a través de un rostro femenino anónimo tras una cuerda que evoca al viandante a todas aquellas mujeres que son "anuladas, manipuladas o víctimas de injusticias".
“Es una mujer anónima, no importa su edad. Pero es actual: una mujer con todos los problemas vigentes de ahora”, explicaba durante una entrevista reciente con Culturplaza. De hecho, que sea la tercera mujer en recibir el premio no es baladí, pues el propio museo ha destacado que esta entrega también tiene que ver con el "firme compromiso" de trabajar por la igualdad entre hombres y mujeres. "Me gusta mucho citar a Estrella de Diego, porque sabe mucho de este tema y se expresa muy bien al respecto: dice que se han dado pasos, pero son mínimos [...] Y tenemos que seguir. Ha habido una avanzadilla anteriormente, y ahora las jóvenes tienen que continuarla", explicaba Calvo hace unos meses.
El galardón reconoce, de una parte, “cómo su obra está profundamente arraigada en su entorno físico y cultural, está centrada en el reconocimiento de la importancia del papel de la memoria en la construcción de la identidad, tanto individual como colectiva”, destaca el director del IVAM, José Miguel G. Cortés. Sus pinturas y esculturas están hechas con objetos de la vida diaria, objetos recogidos de aquí y de allá que muestran las circunstancias y los deseos de la vida ordinaria, obras que suponen una ventana abierta al mundo que buscan revelar aspectos desconocidos de uno mismo. “Carmen Calvo reúne todos aquellos elementos que hacen de su trabajo y de su personalidad un caso único en el seno del arte valenciano, español e internacional”, añade Cortés.
El premio también reconoce también “carácter combativo" de Carmen Calvo”. "Es una mujer que lleva muchos años luchando por los anhelos y deseos de las mujeres en la sociedad contemporánea. Una mujer que relaciona íntimamente su vida y su obra, que cree sinceramente en lo que piensa y lo que crea. Su visión feminista es un elemento de primer orden en estos tiempos de incertidumbre", explican desde la institución.
Por su parte, el conseller Vicent Marzà ha destacado de Calvo también su papel reivindicativo, en el que es un premio "a su feminismo vital". "Con este reconocimiento nos resituamos para visualizar aún más la aportación de Carmen Calvo al arte valenciano e internacional, y la resituamos a ella como creadora multidisciplinaria, con una capacidad brillante de uso y mezcla de materiales muy diversos que armonizan serenidad y rotundidad en un mensaje que explicita la importancia del papel de la memoria en buena parte de su obra”.
Nacida en València en 1950, estudió en la Escuela de Artes y Oficios de su localidad entre 1965 y 1970, y en la escuela de Bellas Artes de San Carlos de València, entre 1969 y 1972. Admiradora y seguidora de artistas como Giotto, Piero della Francesca, De Pisis, Jean Arp o Joan Miró, formó parte de la generación de artistas que en los años 70 del siglo XX protagonizaría una auténtica revisión de los presupuestos estéticos heredados del Informalismo y la denominada Crónica de la Realidad del franquismo tardío.
Desde los años ochenta, en que participa en New Images from Spain (1980, The Solomon R. Guggenheim Museum), su obra ha estado presente en relevantes muestras que han difundido el arte español, destacando su presencia en la Bienal de Venecia de 1997.
Influenciada por el surrealismo, la obra de Carmen Calvo lucha por reconstruir - a través de objetos dispares de rastrillo entre los que se encuentran fotografías de anónimos álbumes familiares- la memoria de un universo cotidiano perdido con el devenir del tiempo. Esta labor de reconstrucción requiere en su obra un paciente proceso de recopilación de material y de asociación y estructuración de fragmentos encontrados, es decir, un auténtico proceso que desemboca finalmente en la creación de una imagen con un alto poder de evocación. “Es una obra hecha con el corazón y las entrañas, una obra sentida, amada y vivida. Una obra en la que cualquier persona se puede identificar”, subraya José Miguel G. Cortés.
La artista valenciana fue galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas en el año 2013 y es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de València. Su obra forma parte de las colecciones de los más prestigiosos museos y colecciones.
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