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peregrinos del techno

El Medusa cumple 10 años convertido en la 'meca' de la electrónica en València

10/08/2024 - 

VALÈNCIA. En el año 2014 la playa de Cullera se “vistió de largo” para acoger, por primera vez, el Medusa Sunbeach Festival. Lo hacía para celebrar una primera edición que ya contaría con nombres como el de Christian Valera, Los Suruba, y una veintena más de artistas que completarían el primer cartel de este festival, ahora considerado como uno de los mejores de la escena de la electrónica en España. Diez años más tarde, en esta nueva edición, el festival Medusa cuenta con 4 escenarios más y “sopla las velas” junto a 130 artistas, entre los que se encuentran leyendas vivas de la electrónica como Hardwell, Dimitri Vegas, Afrojack o Amelie Lens. 

Estas estrellas comparten escenario con veteranos valencianos como Dj Pive o el alicantino Miguel Serna, que no se han saltado ninguna edición. Así, sin olvidarse de quienes estuvieron desde el principio, y poniendo siempre la mirada en los grandes festivales de toda Europa, es como este festival valenciano -ubicado en la playa de Cullera- se ha convertido en una cita clave para los amantes de la electrónica y el techno, convirtiéndose en un peregrinaje casi obligatorio para los fanáticos de este género.

Edición tras edición el festival ha pasado de contar con 25.000 asistentes en 2014 a 170.000 este año, y tal y como lo explica el director y fundador del festival, Andreu Piqueras, su voluntad de seguir creciendo se basa en su ansia de querer mejorar pase lo que pase: “Lo importante para nosotros es aprender de la experiencia e ir mejorando día a día, el proyecto ha ido creciendo gracias a nuestro amor por la música y por el sueño de seguir trayendo año tras año a los mejores nombres”, añade el director, quien sueña con "fichar" el año que viene como headliner a Armin Van Buuren, uno de los productores más destacados de la escena. 

Para subir el nivel del Medusa desde su equipo de proponen como meta alcanzar el nivel de otros festivales como el Tomorrowland. Lo hacen también apoyándose los unos en los otros, para poder superar cualquier adversidad. Echando la vista atrás Piqueras recuerda cómo consiguieron levantar cabeza tras el momento más trágico de la historia del Medusa: el accidente desolador de hace dos ediciones, cuando por culpa de una fuerte racha de viento una parte de uno de los escenarios principales se acabó desprendiendo provocando la muerte de un joven de 22 años, dejando a 32 personas heridas. El director y fundador del festival recuerda que en ese momento no se veían capaces de “volver a la carga con el festival el año siguiente ni con la misma filosofía” y la señala como la peor experiencia de la historia del festival, de la que consiguieron levantar cabeza como equipo.

El escenario del Medusa en su primera edición y (deslizando) el escenario del 10º aniversario, en la playa de Cullera

Desde el presente, y con motivo de adaptarse a los nuevos públicos y a las formas de “consumir música”, Piqueras señala que el festival se ha empezado a concebir más desde el punto de vista de recinto y experiencia. Lo que arrancaba sobre polvo y arena ahora da un salto cualitativo al césped y con la vista puesta en las zonas de descanso, atendiendo así a quienes pueden llegar a pasar hasta doce horas dentro del recinto: “Los festivales ya no son lo que eran y tenemos que adaptar las zonas. Es una locura estar al día de todas las tendencias en el mundo de los festivales, pero lo importante para nosotros es darle al público la posibilidad de hacer cosas y no aburrirse”, apunta el director.

Uno de los asistentes más fieles del festival, Juan Gramache, que estuvo en la primera edición con 27 años, considera que el festival no solo se ha afianzado edición tras edición, sino que ha conseguido fidelizar al público que viene de “toda España” a disfrutar de la música electrónica. “Es como una meca, la gente viene de todas partes para poder disfrutar del festival porque en España no hay nada igual”. Su fanatismo por la electrónica y la música techno le ha llevado a invertir sus ahorros en viajes y entradas conciertos para poder seguir a sus artistas favoritos por todo el mundo. Los mismos artistas que, desde hace años, también se congregan en el cartel del Medusa y "al lado de su casa".

“Hay un muy buen nivel y es increíble poder pagar la entrada del festival completo y que cueste menos que un concierto por separado de algunos de los artistas que vienen”, apunta, destacando también que la experiencia dentro del recinto cada vez está mejor pensada para los asistentes. Del primer año recuerda encontrarse “rodeado de arena” y pagar veinte euros por entrar en un escenario que emulaba un espacio circense, en el que pudo disfrutar de veinte horas de música ininterrumpida. En esta edición, en la que casi no hay un momento de pausa, celebra también que la estética esté mucho más estudiada y que los escenarios y el equipo de sonido mejore año tras año.

 

Detrás de las cabinas, artistas como Dj Pive o Serna, destacan que el festival no hace más que subir el nivel y que “aunque siempre se puede mejorar” se nota progresivamente como se invierte más en imagen y sonido, haciendo que su trabajo sea mucho mejor sobre el escenario. Tal y como lo señala Piqueras, la mejora del festival se tiene que ver tanto por dentro como por fuera, por lo que no solo se trata de mejorar la estética, sino de buscar la manera de que el festival no deje de ascender y cumplir con la demanda del público y los artistas. “Intentamos que cada vez se venda una experiencia más única y diferente y para poder traer cada vez a artistas de más nivel intentamos que los escenarios estén completamente adecuados. Para nosotros era inimaginable el nivel que hemos alcanzado en tan solo diez años”.

Este nivel lo corrobora Dj Pive, que como quien dice es “hijo del festival”, que le ha visto crecer y desarrollar parte de su carrera musical. Lleva subiéndose a los escenarios del Medusa, de forma ininterrumpida, desde el año 2014 y en estos diez años ha visto que el festival nunca para de mejorar y "renovar sus públicos", mientras siguen teniendo cabida los de siempre. Aunque considera que el espacio ya cuenta con un muy buen nivel para la edición del próximo año, pediría un escenario “un poco más grande” y más espectáculos, como el de pirotecnia y drones que se prevé para este año y que se podrá ver sobre el cielo de Cullera si el calor lo permite. 

Como artista celebra haber tenido un lugar en el que poder crecer y ver como el Medusa se ha convertido en un festival que abarca todos los géneros mientras sigue respetando sus orígenes en la electrónica. “Es un festival que cuenta con una parte comercial, una techno y una house mientras ponían música remember y hasta reggaeton. Todo eso lo hace mientras sigue manteniendo el foco en los grandes artistas del techno y la electrónica”.

Uno de los sets de Dj Pive
Cabe recordar que en ediciones anteriores del festival han llegado a acudir artistas del panorama nacional como Supersubmarina, Carlos Sadness y hasta la banda valenciana Smoking Souls -en el año 2016- que se subieron en su momento al Oceanic Indie Stage. 

El valenciano Serna celebra también que el Medusa no tienen nada que envidiarle a los festivales internacionales que hay ahora mismo, ni en cartel ni en estética: “Hay unos escenarios espectaculares y un sonido increíble, es una suerte tener un festival de la talla como el Medusa y que sigan trabajando como lo hacen ahora. Para los artistas que siguen contando con nosotros es un honor poder ver caras conocidas de verano en verano”, apunta el artista, que desde 2014 peregrina a la meca de la electrónica cada mes de agosto, con las ganas venciendo al calor. 

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