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cuenta atrás para el plan museológico

El Museu de Belles Arts se rediseña... a la espera del visto bueno de Madrid

13/09/2017 - 

VALÈNCIA. Dicen que la mejor manera de aprender a ir en bici es echar a rodar y encontrar la estabilidad a lo largo del trayecto. Sin ruedines ya, pero con casco protector, el Museu de Belles Arts de València inicia el “ensayo” para la puesta en marcha del deseado plan museológico… a la espera de que el Ministerio de Cultura lo apruebe. Con el final de la exposición de la colección Delgado previsto para la última semana de octubre y su próxima inclusión en la exposición permanente, tal y como acordó la pinacoteca y los impulsores de la colección privada, se acerca el momento de los cambios en el apartado expositivo. La reconfiguración del discurso, sin embargo, será más profunda de lo previsto, pues el museo aprovechará la coyuntura para realizar una “intensa” actuación de mejora y mantenimiento de las salas de la primera planta del edificio y para la remodelación de la colección permanente, tal y como anunció ayer su director, José Ignacio Casar Pinazo.

Los trabajos, que se llevarán a cabo entre el 1 de octubre y el 15 de diciembre, consisten en la renovación del sistema de iluminación; la limpieza de rejillas de impulsión y retorno del sistema de climatización; y reparación de desperfectos en las paredes, así como pintar las salas. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el plan museológico? Fue en febrero de 2016 cuando Casar Pinazo presentó un avance del documento redactado por un equipo de trabajo compuesto por técnicos del centro, un texto del que –por extraño que parezca- el museo carecía. En resumidas cuentas, el plan busca que el museo pase de ser una pinacoteca para asumir una concepción más amplia basada en las Bellas Artes, haciendo hincapié en otros elementos como escultura o artes suntuarias; así como potenciar el discurso valenciano en sus salas. Esto es, sin embargo, solo el principio del camino.

Foto: KIKE TABERNER.

Para avanzar en la aplicación del plan museológico, que prevé una reestructuración profunda de los espacios expositivos –a los que se sumarán las nuevas salas tras las obras de ampliación-, hace falta el visto bueno de papá Ministerio de Cultura… y no es fácil de conseguir. Reunida en dos ocasiones la comisión compuesta por representantes de todos los escalones de la administración, la buena “sintonía personal” de la que presumen todavía no ha derivado en un acuerdo entre unos y otros. Así, desde el gobierno central esperaban un relato cronológico, mientras que Belles Arts plantea un recorrido que resalte el discurso valenciano. “Se va a atender sin que suponga en un menoscabo en la presencia de artistas valencianos”, indicó Casar Pinazo. Los puntos en los que difieren están claros y, es por eso, que el director del museo ha querido girar el timón y centrarse en aquellos elementos poco polémicos para lograr desatascar la situación.

Un ensayo sin poder usar las nuevas salas de exposición

De esta forma, una vez pasen las obras que se acometerán en las próximas semanas en la primera planta del museo, la reordenación del museo llevará a una versión del discurso expositivo que, parece, contentará a unos y otros. Un “ensayo” del plan museológico a pesar de que, eso sí, una vez se apruebe es susceptible de cambios. “Nos interesa este paso intermedio”, incidía Casa Pinazo durante la presentación de los trabajos que se llevarán a cabo, un paso en el que se han tenido en cuenta los aspectos que el Ministerio de Cultura no ha cuestionado. Y será en las próximas semanas precisamente cuando el Museu de Belles Arts haga llegar a Madrid parte de la documentación del plan revisada, una entrega que se alargará hasta noviembre para que, ya en diciembre, el ministerio supervise y apruebe (o no) el texto impulsado desde València. Por supuesto, este ensayo es parcial pues, entre otras cosas, todavía están por ocupar los espacios generados en las obras de ampliación, que se dieron por finalizadas en enero.

Se dieron por acabadas, sí, aunque la realidad aporta en este caso matices. La inversión de 10,8 millones de euros para la remodelación ha resultado insuficiente, un presupuesto que ya fue mermado con respecto a la partida original, recordó Casar Pinazo. De esta forma, se están llevando a cabo actualmente distintos trabajos en las nuevas salas, como un sistema exterior para eliminar humedades, obras que se alargarán un mes y medio. Sin embargo, y aunque los trabajos finalizarán más pronto que tarde, la ocupación del espacio es otro cantar. Así, el Ayuntamiento de València está tramitando todavía la licencia de ocupación, que el museo espera obtener en 2018 –“un periodo razonable”- después de que tenga que aprobarse un nuevo plan de autoprotección del museo por las obras realizadas.

Foto: KIKE TABERNER.

Estas acciones se llevarán a cabo desde el 1 de octubre y hasta el 11 de diciembre, aproximadamente, un periodo en el que el museo "no cerrará sus puertas, tan solo no se podrá visitar la planta primera mientras duren las obras". Es decir, se podrá seguir visitando con normalidad la pintura de los primitivos valencianos, el gótico internacional, el renacimiento valenciano, la pintura flamenca de los siglos XV y XVI, el renacimiento italiano y el castellano, el barroco valenciano, así como la Sala Sorolla. Así, el director del museo también quiso destacar que desde 2003 "el edificio no ha sido sometido a una actuación integral de mantenimiento", un tiempo "excesivo", puesto que estas tareas deberían haber sido hechas "años antes".

En este proceso, además de la colección Delgado también se tiene previsto incluir algunos tapices, esculturas y piezas de artes suntuarias, procedentes algunas de ellas de la 'Colección Orts Bosch', que no se exhiben desde que terminó la presentación de la colección. Así, José Ignacio Casar señaló que con la introducción de las nuevas obras "se plantea una cierta remodelación de los conceptos con los que se presenta la colección en la planta primera". De esta forma, las salas 15 y 16 del actual plano de visita se destinarán a arte italiano y flamenco del siglo XVII, así como pintura flamenca y holandesa; la sala 17 se destinará al arte español del siglo XVII; las salas 18 y 20 se destinarán al arte del siglo XVIII, el Romanticismo y Vicente López; desaparece la exhibición en la sala 19, que es un pasillo en el que se ha considerado que no debe exponerse obra, y la salas 13 y 14 se transforman en salas asociadas a las transversales concurrentes, del tal forma que en ellas se plantea una instalación de carácter museográfico para explicar los contenidos de las salas adyacentes.

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