VALENCIA. No habrá concurso para la gestión artística del Teatre el Musical y lo que se inició como un proyecto piloto para la Regidoria de Acción Cultural, se establece como el modelo de gestión para uno de los principales activos de las artes escénicas de la ciudad de Valencia. Así lo ha confirmado la concejala responsable de la decisión María Oliver a Valencia Plaza, además de detallar cuál será la fórmula para este activo que permanecerá controlado desde la gestión municipal al menos durante toda la legislatura.
Las primeras dos temporadas bajo esta fórmula (la del pasado otoño y la actual) han determinado que, como se preveía, la gestión técnica sí saldrá a concurso, pero no la artística: “cuanto más municipalizado esté, mejor”, resume Oliver. Se prepara un pliego para que una empresa gestione las habituales soluciones necesarias para luces y sonido de la sala, entendiéndola “como el espacio polivalente que es”. De hecho, en el periplo del TEM con la gestión municipal controlada desde el Ayuntamiento de Valencia, el hall del teatro y su plaza anexa –y en algún caso, las propias calles del Cabanyal-Canyamelar- han sido parte habitual de la programación escénica. Así pues, esa cuestión quedará resuelta próximamente en un pliego de condiciones para la libre concurrencia.
En cuanto a la gestión de contratación artística, coordinada ahora mismo por Eva Caro, funcionaria resituada en la concejalía para tal efecto, Oliver no descarta convocar una plaza de libre concurrencia en su lugar. La función mantendría la aspiración de servir de coordinador para las artes escénicas a las que el Ayuntamiento quiere apoyar desde Acción Cultural –regidoria que controla esta competencia-, aunque con la principal función de gestionar el Musical. El supervisor de espacios escénicos municipales, cargo que avanzó este diario hace meses, apenas tendría una función más que comunicación y buen entendimiento con Espai Rambleta –de gestión privado, pero espacio público- y Las Naves –dependiente de la regidoria de Innovación-.
Oliver ha asegurado que el presupuesto es el mismo por el que, hace ahora justo un año, hasta seis empresas participaron en el concurso para su explotación privada. Si en mazo fue Crystal Forest, la empresa comandada por el productor audiovisual y escénico José Luis Moreno, la que abandonaba el teatro -tras importantes incumplientos contractuales-, justo hace ahora 12 meses que diferentes corporaciones y uniones mercantiles se lanzaban a por la gestión del centro escénico del Canyamelar. Clece; Olympia Metropolitana junto a Albena Teatre; BAC, S.L., la gestora del Espai Rambleta; la UTE que gestiona el Teatre Calderón de Alcoi junto a Inestable, el grupo Infinity que ya gestiona el Teatre de Gandia y la asociación de teatro aficionado Andta-Caramba. Los poco más de 450.000 euros que se ofertaban en aquella ocasión son los que ahora activan, bajo el control municipal, el teatro.
No obstante, mientras estudian si finalmente se convoca la citada plaza para la creación de un coordinador artístico ad hoc, otros aspectos del centro “se solventarán con contratos menores”, añade la concejala. Por ejemplo, la comunicación y publicidad del centro que se irá cumpliendo por ciclos. En este sentido, el Consistorio también evalúa la posibilidad de lanzar una oferta pública al respecto, ya que cabe cuestionarse si –debido a que tras un contrato menor de este tipo, la administración está obligada por ley a cambiar de proveedor- es efectivo que cambie la solución para las relaciones comunicativas de un espacio escénico en cortos periodos de tiempo.
La opción que si se externalizará es la de la cafetería. Aunque esta idea no ha cambiado desde que, a poco de tomar las riendas de la concejalía Oliver apostara por la municipalización del centro, todavía se desconocen los pliegos para un activo que debería ayudar a que el centro tenga una actividad continuada más allá de la programación.