VALÈNCIA. Han pasado más de cincuenta días desde que la Dana azotara València en aquel fatídico 29 de octubre, una riada que también tuvo sus efectos en los sectores culturales, inundando teatros o talleres, pero también paralizando la actividad cultural de ciudad por completo. Tras el 'shock' inicial, la agenda se ha ido retomando, tanto por lo que respecta a las programaciones como a los actos públicos. En estos días, por ejemplo, el conseller de Cultura, José Antonio Rovira, acudía a una multitudinaria inauguración en el Centre del Carme, se han recuperado citas aplazadas como la Plaça del Llibre o se ha presentado la programación del Belles Arts, entre otros eventos.
La agenda continúa y, entre las citas a recuperar, también estaba pendiente la entrega de los Premis de les Arts Escèniques Valencianes del Institut Valencià de Cultura (IVC) de 2024, cuya celebración estaba inicialmente prevista en noviembre en el Teatre Principal de València. Tras una primera suspensión por la Dana, la Conselleria de Cultura desvelaba esta misma semana a través de un comunicado a prensa el palmarés y su decisión de realizar un "acto íntimo" en el Rialto, una sala mucho más pequeña que el Principal, pues sería sin público. Tampoco sería retransmitida por À Punt, como sí pasó el pasado año.
Si bien el IVC ha justificado esta decisión como una señal de respeto a los afectados por la Dana, el malestar en el sector de las artes escénicas ante este movimiento ha sido más que notable, especialmente en unos días de recuperación de la agenda cultural y social en la Generalitat. En este sentido, desde el sector escénico han vivido como un acto que “les resta visibilidad” en un momento en el que necesitan “mucho apoyo entre compañías y profesionales”, al tiempo que han afeado que el anuncio les llegara el pasado martes vía correo electrónico.
Pero no es el único cambio. En este formato de ceremonia reducido los premiados no podrían intervenir tras recibir su galardón, algo que desde la Plataforma d’Associacions de les Arts Escèniques de la Comunitat Valenciana han calificado como "una acción que les censura", en un momento en el que el sector está completamente “maltratado”. Es por ello que varias asociaciones han decidido congregarse frente al Rialto con las bocas tapadas para denunciar las nuevas condiciones de estos premios, a modo de protesta.
Una acción que para Jessica Martínez, gestora de Comitè Escèniques y representante de la plataforma de Asociaciones de Artes Escénicas, implica mostrar su indignación ante la censura de estos premios que “les invisibilizan”: “Pasamos de un acto público a uno privado y limitado en el que los premiados no tienen posibilidad de intervención. Desde las artes escénicas queremos que se nos vean porque lo que hacen con estos premios es escondernos del resto del mundo”.
En respuesta a este nuevo formato de la gala planteado así “por respeto a las víctimas de la Dana” Martínez argumenta que desde el sector sienten que hay otras formas de ayudar como proponer una gala homenaje o acciones benéficas para los afectados, de hecho ya se han dado eventos similares, como la gala 'Amunt el Teló per València', que tuvo lugar en Barcelona. “Estamos con las víctimas y muchos de nuestros socios han resultado afectados, pero organizar así los premios no es la solución. Sentimos que somos la última mierda de la cultura y que no quieren que hablemos porque estamos indignados ante un gobierno que no cuida a las personas. Pasados casi dos meses de la Dana no tiene sentido limitar la asistencia del sector y del público, sentimos que invisibiliza nuestro trabajo, como pasa siempre”.
Además de mostrarse con la boca amordazada algunos actores y directores, a pesar de estar invitados, han decidido no asistir a la gala a modo de protesta como es el caso de Jaume Policarpo, premiado por Mejor Dirección Escénica por su espectáculo Édip Rei, que también ha ganado el premio a Mejor Espectáculo de Teatro. Policarpo se ha quedado a las puertas del Rialto apenado por la gestión del IVC que “ha quitado la magia a los premios”: “Quienes lo reciben se sienten mal y quienes no también, por sus compañeros. Es una lástima celebrar una gala en la que no puedes dedicar el premio a tus padres ni celebrarlo con los otros nominados, se pierde toda la ilusión. Emplear la Dana como coartada es desolador porque la ciudad se está reactivando poco a poco y parece que las escénicas son las únicas que siguen afectadas”.
Para presentar la gala Álvaro López-Jamar, director general del IVC, comenzó explicando que el acto es crucial para celebrar las “trayectorias y galardones de los premiados” y que mantenía un formato más “íntimo” en respeto a las víctimas de la Dana. María José Mora, directora adjunta de artes escénicas del IVC, quiso señalar la importancia de celebrar los premios este 2024 para “no dejar pasar la oportunidad de ensalzar la creación valenciana y para tener el reconocimiento del público”, que no se encontraba presente en este acto íntimo. La entrega de premios en total tuvo una duración aproximada de media hora, ya que los premiados se acercaban a recibir el premio, hacerse la foto con este y se marchaban sin hacer el discurso, dejando un acto bastante empobrecido y sobrio.
El momento álgido de la gala vino de la mano de Xavo Giménez, cofundador de la Teta Calva encargado de recoger el Premio de Honor para la dramaturga María Cárdenas. Un galardón a título póstumo en el que Giménez quiso dedicar, en nombre de María, el premio a los jóvenes creadores que “ven el teatro desde el gallinero” y que deciden empezar en la profesión, aunque lo hagan “con ceguera y sin una hoja de ruta clara”: “María amaba estar dentro del enorme bosque del teatro, entre toda la maleza, y estaba muy agradecida por el trabajo de los actores jóvenes”
En nombre de María, también quiso dar las gracias a todos los asistentes que le dedicaron una ovación de casi cinco minutos y quiso protestar también por el formato “silenciado y sombrío” de estos premios: “Hablo por quienes querrían hablar y no tienen voz para hacerlo. No os preocupéis amigos, la palabra nos espera y el cuerpo nos llama. Vivimos una entrega de premios vacía, injusta y triste, que no nos representa”, apuntó el dramaturgo, quien también quiso desvelar unas de las últimas palabras de Cárdenas apuntadas en sus libretas personales, que van apareciendo por la casa “poco a poco y de sorpresa”: “Escribir es mi madera flotando en medio del océano”. Unas palabras que resonaron con especial fuerza en una gala en la que los premiados pudieron hacer sus propios discursos de agradecimiento ni reivindicación.
Premio de Honor: María Cárdenas, de la Teta Calva.
Mejor espectáculo de teatro: Édip rei, de Bambalina Teatre Practicable.
Mejor espectáculo de teatro musical: Libre, Nino Bravo como sólo Melomans te lo puede contar... ¡y cantar! de Melomans.
Mejor espectáculo de danza: Sempere, de Otra danza.
Mejor espectáculo para niños y niñas: Princeses, cavallers i dracs el dia que deixàrem de ser xiquets, de Bramant Teatre y Escalante.
Mejor espectáculo de artes de calle: Arrós, de Anna Mateu.
Mejor espectáculo de circo: Llar, de Federico Menini.
Premio nuevos dispositivos escénicos: Meme-antes todo esto era campo vol. 2, de David Orrico y Colectivo Nerval.
Mejor dirección escénica: Jaume Policarpo por Édip Rei (Bambalina Teatre Practicable).
Dirección coreográfica: Paula Serrano por En la oscuridad, todo se mueve.
Mejor texto: Paco Zarzoso por David.
Mejor versión, traducción o adaptación: Adrián Novella por La vídua valenciana.
Mejor composición musical: Edu Comelles por Verde casi negro.
Mejor actor: Enric Juezas por David.
Mejor actriz: Laura Useleti por Cinco minutos.
Mejor bailarín: Sebastián Rowinsky por En la oscuridad, todo se mueve.
Mejor bailarina: Ángela Verdugo por Mata baja. Debajo del sudor hay personas.
Mejor intérprete de circo femenino: Laura Zamora por Verde casi negro.
Mejor intérprete de circo masculino: Federico Menini por Llar.
Mejor vestuario: Ana Garay por Peter&Pan.
Mejor iluminación: Mingo Albir por Verde casi negro.
Mejor escenografía: Luis Crespo por En la oscuridad, todo se mueve.