en su 12º edición

El sector editorial valenciano resiste en la Plaça del Llibre

21/12/2024 - 

VALÈNCIA. Resistencia y resiliencia son las dos palabras que mejor representan esta 12º edición de la Plaça del Llibre, que este año se ha trasladado a La Nau de forma excepcional. La cita de este festival literario en valenciano, que estaba prevista para el 26 y 27 de octubre en la plaza del Ayuntamiento, quedó pospuesta por el paso de la Dana. Ahora, gracias al apoyo de la UV, se celebra hasta el próximo 22 de diciembre en el interior del claustro de la Nau en el que se pone en valor, más que nunca, la resistencia del sector editorial valenciano. Este encuentro que llega en un momento en el que el sector necesita sentir la calidez de sus lectores y compañeros y que para el director de la Plaça, Rafa Domínguez, supone un gran reto de adaptación que han superado con éxito.  

“Vemos muy importante poner los libros en común y mantener la Plaça otra edición más. Mantenemos la idea de compartir el espacio de forma colaborativa y presentarlo como una gran biblioteca de editoriales valencianas en la que buscamos que los libros tengan la mayor exposición posible. La idea sigue viva, aunque el formato sea diferente”, apunta Domínguez, quien destaca que aunque está feliz con el resultado de esta edición, se sienten un poco insatisfechos: “Estamos muy contentos de hacerlo aquí -resguardados en la Nau, aunque otra opción era el Botànic- pero no estamos contentos del todo. Aspiramos a estar los primeros en la carrera, en la fecha y el espacio que nos corresponde y en ubicarnos en una Plaza como dice nuestro nombre”.

Esta adaptación, hecha en tiempo récord, ha permitido que 51 editoriales valencianas puedan exponer sus libros en las mesas de la Nau. Contar con este material ha sido casi un “milagro”, considerando que algunas editoriales valencianas, cuyo stock quedó afectado por la Dana, pudieron enviar sus libros a la Fundación FULL antes del fatídico 29 de octubre. Este envío ha permitido que la Fundación se convirtiera en el almacén de los libros que ahora se exponen en la Plaça, y que han podido salvarse del barro: “Muchos de los libros que están aquí no están en distribución porque han desaparecido, eventos como este ayudan a las editoriales y los autores afectados a mantener el ritmo. Lo que pretendemos es darle una oportunidad de circulación a estos títulos y encontrar una manera de salir del fango a nivel emocional y cultural”, destaca Alicia Sellés, presidenta de la Fundación, “queremos generar un espacio en el que lectores, escritores y compañeros del sector puedan encontrarse e interactuar”. 

Haciendo memoria a lo largo de la historia de este encuentro, Sellés explica que ya están acostumbrados a la resistencia, ya que ni en la pandemia se detuvieron: “Tenemos una gran historia de resistencia a pesar de tener solo doce años, y esto refleja el esfuerzo y el cariño que se vierte sobre el evento. Esta es la Plaça de emergencia en la que hemos tenido que reprogramar todo por segunda vez, pero también es una edición en la que hemos sentido mucho esfuerzo por parte de las editoriales y los implicados en las actividades que han hecho verdaderos malabares para poder cuadrarlo todo”. 

Entre las actividades de esta edición se encuentra, como no puede ser de otra forma, la presentación del libro Renàixer del fang que cuenta con la presencia de las librerías de La Moixeranga de Paiporta Arantxa Carceller y Eva Vázquez y la ilustradora afectada Cristina Durán. Quedarán arropadas también por el editor de Andana, Ricard Peris, y el editor de Ara Llibres Joan Carles Girbés. Un acto que para Domínguez supone un punto de encuentro clave en un momento en el que hay que “poder ponerse en común y resistir todos juntos”.

“Es una alegría poder juntarte con tus compañeros en un momento como este y poder celebrar la resistencia y que sea vean las caras en un espacio amable como la Plaça”. Este encuentro, tal y como lo contempla Teresa Val, directora general de la Fundación FULL, es muy importante para dejar ver la alianza que hay entre autores, instituciones y lectores. También para mantener la entrega se los premios de la Fundación: en la categoría de Trayectoria Literaria para Ramon Guillem a título póstumo, el de Trayectoria Editorial para la editora Dolors Pedrós de Edicions 96 y Difusión de la Cultura Valenciana a la familia de Vicent Andrés Estellés. 

“No celebrar la Plaça significa no poder reconocer a nuestros premiados y no queríamos dejar eso pasar. Para la Fundación es muy importante celebrar el reconocimiento a estos perfiles y que podamos encontrar un punto en común para hablar de su trabajo. Hemos tenido que adaptarnos a estas fechas antes de Navidad y a un nuevo espacio, pero es igual de emocionante entregarlos en este momento”, destaca Val. Una de las premiadas, Dolors Pedrós, explica que este encuentro y reconocimiento le ha llegado en un momento muy emocional como una de las personas que viene de las comarcas afectadas: “Venir a València y ver normalidad, libros y cultura y pensar cuanta gente no puede disfrutarlo es atroz, pero eventos como estos nos enseñan que hay que celebrar la vida. La cultura es un bálsamo para la desgracia y el dolor y desde la Plaça han hecho un esfuerzo increíble para que todos podamos estar aquí”.

En este encuentro, y en el acto de entrega de premios, también se encontraban amigos y editores como Jesús Figuerola, de Perifèric Edicions, quien como “público” del evento considera que el libro valenciano tiene que estar “más que nunca” en el centro: “Que se haga la Plaça es fundamental porque el libro en valenciano tiene que ocupar el centro de las ciudades. Que se haya podido celebrar esta edición es un milagro navideño para el sector en el que tenemos que celebrar el esfuerzo y regalo que se hace desde la organización. A pesar de tener unas fechas tan extremas, han conseguido que el libro en nuestra lengua materna siga presente entre nosotros”. Eso sí, tanto Figuerola como Pedrós, Val, Sellés y Domínguez tienen una reivindicación única e inamovible: que los libros vuelvan a la plaza grande de la ciudad, donde tienen que estar. Que esta edición sirva solo como una respuesta de emergencia y que puedan seguir ocupando el centro como han hecho en pasadas ediciones. 

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