El espacio municipal adjudicará la comunicación por negociado y licitará la cafetería con un canon de 80 euros antes de acoger el congreso International Network for Contemporary Performing Arts
VALENCIA. Un año de transición, de espera al concurso de gestión artística para, finalmente, apostar por la gestión ‘de la casa’. El Teatre el Musical, dependiente de la concejalía de Acción Cultural del Ayuntamiento de Valencia, despide temporada al tiempo que fuerza la máquina para un nuevo curso en el que quieren funcionar al 100% de sus capacidades. Con la convocatoria para elegir coordinador artístico en marcha, son el equipo de comunicación del contenedor cultural y la cafetería del centro, actualmente cerrada al público, los pliegos pendientes aunque, si bien, desde el gobierno local quieren dotar a ambos de especificidades que aporten algo especial que genere en el teatro un punto de encuentro.
Según han confirmado fuentes municipales a Cultur Plaza, uno de los requisitos para la concesión del espacio de restauración será que el proyecto incluya, además de la evidente oferta gastronómica, iniciativas socioculturales propias. Aunque no se especifica de qué tiene que tratar esta ‘programación paralela’ algunas de las posibilidades podrían ser un espacio para lectura o incluir una programación propia de recitales de poesía o lectura dramatizada, entre otros eventos de carácter cultural. Con las instalaciones prácticamente preparadas para iniciar la actividad, el Ayuntamiento ofertará el espacio con un canon "simbólico" de 80 euros al mes.
La puesta en marcha de la cafetería llegará “sí o sí” en el mes de noviembre, un plazo motivado por el acuerdo al que ha llegado el espacio para acoger el International Network for Contemporary Performing Arts (IETM 2016). Así, el Teatre el Musical suma a su programación el encuentro internacional de teatro y salas alternativas, que reunirá en Valencia a profesionales y expertos de las artes escénicas de más de 50 países y que traerá a la ciudad una serie de espectáculos previamente seleccionados por la Red Estatal de Teatros Alternativos.
Si poner en marcha la cafetería o generar un mejor servicio de red Wi-Fi son algunos de los requisitos para haberse convertido en sede del IETM 2016, algo más urgente es rellenar el hueco en el área de comunicación tras la finalización del contrato con la empresa Contexto Comunicación, no en vano la concejala de Acción Cultural, María Oliver, ya declaró a este diario que "tanto la figura de programación como la comunicación y la cafetería deberían estar a pleno rendimiento antes del IETM".
El tipo de contratos menores llevados a cabo para desarrollar esta labor obligaban a la administración a cambiar de proveedor, con lo que el objetivo es ahora ejecutar un contrato por la vía de negociado de un año prorrogable a otro si las dos partes así lo estiman y por una cantidad anual de 30.000 euros (IVA incluido). Con un equipo estable desde el punto de vista temporal y "especializado" en artes escénicas, se espera que el conjunto de piezas sirva para dinamizar el edificio como conjunto más allá de la propia programación 'sobre las tablas'.
Aunque la intención original del consistorio era de la de generar una figura que supervisara Espai Rambleta, Las Naves y el Teatre el Musical, finalmente la convocatorio está destinada únicamente a este último. Una vez publicadas las bases en el Boletín Oficial de la Provincia, se abrirá un plazo de un mes para la presentación de candidaturas (hasta finales de septiembre, aproximadamente). El objetivo es disponer de una dirección artística para el recinto que haga del TEM “algo más que un teatro: un centro cultural y de actividades dedicado a la dinamización cultural, social y económica del barrio, lo que refleja el compromiso y la apuesta del Govern de la Nau con el Cabanyal”, explicó Jordi Peris, portavoz de València en Comú.
El nuevo coordinador tendrá un contrato de alta dirección por un periodo de dos años, prorrogable uno más, y una retribución anual de 38.826,86 euros brutos anuales, en 12 mensualidades. Además, contará con la asistencia de una Comisión de Programación “que completará la visión del nuevo coordinador o coordinadora, con una mirada más plural, social y colectiva –explicó el concejal– acorde a las características de dicho espacio y su función como locomotora cultural del barrio”.