VALÈNCIA (VP/EP). El Teatre El Musical de València (TEM) acoge el estreno en España de Evel Knievel contra Macbeth na terra do finado Humberto, el nuevo espectáculo de Rodrigo García, considerado uno de los dramaturgos más importantes de la escena europea, en el que une la cultura popular y literatura clásica. En esta propuesta, el artista incluye una amplía presencia de vídeo, incluso "excesiva" en palabra de su creador; literatura en distintas formas, que muestran la faceta de García como escritor; y música en directo.
Así lo ha asegurado García, que ha presentado el espectáculo -que estará en cartel los próximos días 27 y 28 de enero- en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por la coordinadora artística del teatro valenciano, Olga Álvarez.
La historia, que se mueve entre "el absurdo y el surrealismo" basándose de forma libre en la tragedia clásica de William Shakespeare Macbeth, se sitúa en la ciudad brasileña de Salvador de Bahía, en los puestos más famosos de acarajé, comida típica de la religión afrobrasileña candomblé, donde se encuentran Evel Knievel (un motociclista acrobático que se hizo famoso en América por saltar coches con la moto) y el mítico director de cine Orson Welles disfrazado, a su vez, de Macbeth, explica García.
El director ha tratado de elaborar una ficción con "casos personalísimos" de su infancia" y ha antepuesto a un héroe de la cultura popular como Evel Knievel, que es heroico por "hacer algo temerario y estúpido", a la literatura clásica representada por el personaje de Shakespeare. A estos personajes se unen otros de una serie de la infancia de García, Ultraman y Neronga, que junto a Evel Knievel tratarán de rescatar a Brasil de la esclavitud instaurada por Welles.
Todo esto no es más que un "pretexto para hablar de las cosas nuestras de todos los días", donde destaca la presencia de la literatura, aunque García ha sostenido que está "de forma extraña", ya que en ocasiones aparece con los monólogos y otras a través de palabras escritas en una pantalla, que sirve de decorado, lo que supone una "forma más íntima de llegar al espectador", o juegos tipográficos para "crear ambiente y emociones".
García ha explicado que su nueva pieza es "sosegada, tranquila y calmada", un "intento de elaborar poética más dulce" y achaca el cambio al "estado de ánimo" y a su nueva forma de ver la vida, ya que sus anteriores piezas estaban llenas de violencia inspiradas en la performance de Paul McCarthy.
El director también ha comentado que al principio su obra era "moralista y exponía ideas", pero no llegaba a ser ficción. Esto ahora ha cambiado y el discurso moral se inserta dentro del género.
También han subrayado la importancia que València ha tenido en su trayectoria artística. "Cuando empecé con mi compañía a finales de los años 80 solo trabajábamos en salas alternativas, éramos amateurs, teníamos otros trabajos y ensayábamos por las noches. Uno de los pocos sitios que nos llamaba para actuar fue la Univesitat de València. Este trabajo nos legitimó como artistas", ha rememorado.
Por su parte, Olga Álvarez ha definido Evel Knievel contra Macbeth na terra do finado Humberto como "un ejercicio aproximado de realidad política, ética y social, con elementos poéticos" en un teatro que busca ser un "espacio crítico" y que las obras "no dejen indiferentes" a los espectadores.
En su comparecencia, el dramaturgo ha asegurado estar "muy triste" porque ningún teatro de Europa admita actualmente la presencia de animales en escena, seres muy presentes en su obra, y ha manifestado que los usaba "porque existen y soy libre de hacer poética con lo que me dé la gana".
"Es como si a un pintor le dicen que el rojo no lo puede usar, me han quitado un color, la ley me ha quitado un color de la paleta", ha lamentado, al mismo tiempo que cree que la presencia de animales es "algo normal", pero ha de ajustarse a la ley porque trabaja con dinero público.
Preguntado por la diferencia en las políticas de apoyo a la cultura entre España y Francia- Rodrigo García, que fue director del Centro Dramático Nacional de Montpellier-, el creador considera que es "bestial" y califica de "impresionante" la cantidad de producciones francesas, sin entrar a valorar los contenidos.
El director también ha alabado la cantidad de producciones teatrales, pero ha manifestado que tiene su "cara B", ya que "se nota que el producto es una factura de gente acomodada, no por los contenidos, sino a nivel formal, porque no hay atrevimiento, pesa más lo conservador", ha sostenido.
El dramaturgo cree que hay una "crisis de creatividad" en el país galo, ya que "la idea de riesgo ni figura en el mapa de algunos artistas", y ha afirmado que puede ser porque los artistas "cuentan con medios para trabajar desde su primera obra".