CASTELLÓN. La segunda fase de las obras de la calle Verge del Roser de Morella, Castellón, ha permitido ampliar el hallazgo arqueológico descubierto durante la primera fase, en 2016, en que la que se localizó una necrópolis datada entre los años 945 y 1020 con un cerebro conservado durante 1.000 años, según ha informado el Ayuntamiento en un comunicado.
Los restos se han encontrado al retomar la actuación en septiembre en la calle Porta Sant Mateu, donde se está actuando esta semana. Todo apunta a que el hallazgo sea una continuación de lo que se encontró en 2016 y forme parte de este cementerio islámico.
Este miércoles, el alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés ha visitado el hallazgo, donde los arqueólogos trabajan para ver la magnitud del mismo y realizar los posteriores estudios.
Ripollés ha destacado que se trata de hallazgos "muy importantes en Morella, ya que la parte de la historia islámica es de las menos conocidas y, gracias a los restos que se están encontrando, podemos saber más acerca de nuestra ciudad".
Además, ha comentado que los arqueólogos han empezado los estudios para ver las dimensiones del hallazgo en esta zona y saber si forma parte del mismo cementerio que se fechó entre los años 945 y 1020. El primer edil ha dicho que el hallazgo "afectará mínimamente a las obras, ya que se trata de una obra grande y, mientras se realizan los estudios de los restos, se puede trabajar en la zona de la Porta Sant Mateu".
Los estudios realizados en el primer hallazgo dataron el cementerio entre los años 945 y 1020. Además, se confirmó que es de origen islámico y que estaba situado fuera de las murallas de aquella época. Además, se encontró un cerebro de 1.000 años de antigüedad sobre el que se realizó una réplica en 3D y sobre el que se quiere seguir estudiando para obtener más información sobre la vida en Morella en esta época, de la que hay poca información.