Posiblemente la ensalada que mejor acompaña a los principales
A estas alturas de la vida, cualquiera que vaya a El Pegolí (en Les Rotes, Dénia) sabe perfectamente qué es lo que tiene que probar sí o sí: gambes rojes de Dénia y arroz a banda. Y si ha reservado mesa en la terraza, ya está, cum laude.
Por eso, a veces, uno no lo tiene fácil para elegir el plato con el que abrir boca antes de que llegue lo claro, lo rotundo, el sol sobre la mesa. En esos momentos dudamos, preguntamos, las propuestas de la carta se nos amontonan como fichas de dominó sin saber cuál elegir, y si leemos “Ensaladas”, posiblemente pasemos a la siguiente jugada (les aseguro que hay todavía mucha gente que lo hace).
En El Pegolí han acertado de pleno con este plato, yo diría que salpicado de sabores de antes, con nostalgia, y del tiempo, fresco, luminoso: ensalada de ventresca de atún rojo artesanal, lomo de bonito en salazón, tomate y encurtidos.
Esta es una de las elaboraciones para no dudar, para que uno diga sí a la primera. Productos de la huerta exquisitos, ventresca y lomo en su punto, encurtidos que explosionan su buen sabor.
Ya sé que solo por las gambas de El Pegolí vale la pena ir a El Pegolí —y por el arroz, y por las vistas al mar, y por lo bien que te atienden—. Pero ¿para qué conformarnos?, si podemos acariciar con las yemas de los dedos una ensalada con cuerpo de ENSALADA.