La sexta edición del certamen aprovecha su madurez para situarlo como una cita de relevancia para la cultura y la acción social. Las artes vivas ocuparán la vía pública a través de la danza, el teatro, la música y el arte del 1 al 21 de mayo
VALÈNCIA. La envidia más extendida en torno al Festival de Edimburgo por parte de gestores culturales de todo el mundo es la que tiene que ver con cómo la ciudad se ha apropiado de su identidad. Durante el mes de agosto, una de las pocas ventanas al tiempo apacible en la ciudad escocesa, las creaciones culturales de vanguardia, estrenos de compañías muy importantes, directos de distintas música, ópera y mucha expresión de calle se apropian de la conversación en pubs, carnicerías y hasta de sus medios de comunicación. De una manera natural, quizá por la perseverancia de insistir en ello desde 1947, la ciudad entiende que aquello que sucede es suyo, pese a que la programación está comisariada artísticamente o pese al escaparate comercial en el que se ha convertido para artistas, promotores y demás agentes.
Es posible que la cuestión climática, la que permite que los espectáculos de teatro de calle -por ejemplo- se puedan celebrar con normalidad en València desde marzo hasta noviembre, pueda distorsionar esa posibilidad. También la relación de la sociedad con la cultura, aunque este aspecto abriría un debate demasiado intenso como para prologar la conversación que sigue. Sin embargo, si tuviéramos la necesidad de identificar el símil del Festival de Edimburgo para la capital valenciana, la referencia a las artes vivas, al impacto con la acción social, a la cantidad de actividades y su dirección artística, aunque a sus directoras les parezca un atrevimiento, ese evento reflejo sería el Festival 10 Sentidos.
Desde este primero de mayo y hasta el día 21, artistas de la talla de Maguy Marin, Mats Ek, Ana Laguna, Rocío Molina, Poliana Lima y proyectos de tal impacto como los de Candoco Dance Company agitarán València. El Festival 10 Sentidos, con un tres producciones y un certamen coreográfico propios, con representación de las escénicas locales (La Coja Dansa, Teatro de lo Inestable), conciertos interactivos y la capacidad de manchar desde la Filmoteca hasta el Palau de la Música, desde la Plaza del Ayuntamiento hasta los Poblados Marítimos -una veintena de sedes-, ha escogido para este año el lema PorMayores. La razón: "fijar la mirada en el paso del tiempo y reflexionar sobre cómo cada ser humano se enfrenta a esta situación en su vida, asumiendo nuevos roles y nuevos escenarios que no siempre son sencillos de encajar".
De su vasta programación y del momento de madurez que alcanza el festival en su sexta edición -no sin haber sufrido una profunda crisis y revisión de su modelo, entre su cuarta y quinta entrega- hablamos con sus directoras.
-10 Sentidos es un festival independiente, así que hablemos sobre la financiación privada. ¿Que no haya una cervecera o una marca de alcohol sosteniendo el festival, es algo buscado?
-Meritxell Barberá: "Buscadísimo. Pero si hablamos de financiación, lo que debe quedar claro es que si el festival no tuviera los recursos suficientes no se haría. La cultura tiene un valor increíble para nosotras y nunca tiraríamos piedras contra nuestro propio tejado".
-Inma García: "Si no tuviéramos el dinero suficiente, reinventaríamos el modelo. En cualquier caso, somos muy guerreras para eso".
-¿Y cuál es la cifra de la sexta edición?
-Inma García: "A falta de celebrarse el festival, hay un porcentaje que siempre puede variar, pero la cifra es algo superior a los 200.000 euros".
-El festival nació con el patrocinio de la Fundación Mapfre que desapareció entre la cuarta y la quinta edición. ¿Qué supuso esa pérdida?
-Inma García: "Lo cambió todo. Nos sirvió mucho para replantear el modelo y revisar la estructura y el objetivo de lo que estábamos haciendo. Para nosotras no dejó de haber festival y por eso nunca comunicamos que se suspendiera o que se aplazaba... seguimos trabajando, pero con esa reflexión".
-Meritxell Barberá: "Fue un punto de inflexión por completo. Nos obligó a revisar el contexto y lo que habíamos hecho hasta entonces. Lo que no íbamos a hacer era dejar de hacer el festival con la entidad que ambicionábamos. Y lo que no iba a cambiar, y así es, es que desde el que pone un vaso hasta el que hace la mejor representación de su vida cobra".
-Y, de repente, Caixa Popular.
-Mertixell Barberá: "El festival se hubiera caído si no hubieran entrado para la quinta edición. Nuestra relación con ellos es... Para ellos, ser el patrocinador principal de 10 Sentidos es un gran esfuerzo. El año pasado hicieron un acto de fe enorme y por ello nuestra relación con ellos como patrocinador es muy directa. Sienten el festival suyo, que es algo que nosotras casi exigimos. Ahora bien, que las complicidades personales surjan o no, no lo puedes intuir hasta que no ruedas de manera conjunta. Y esta vez no podía haber sido mejor".
-Volvamos al punto de inflexión. ¿Para qué ha servido?
-Inma García: "Ese ambiente hostil propicia una reacción y hace que te pongas las pilas. Después de seis ediciones, hemos establecido unas relaciones con Madrid y Barcelona para generar modelos, para asociarnos hacia proyectos europeos. Eso va por un lado, por otro lado, el festival ha alcanzado ser algo más que un escaparate para exhibir piezas maravillosas; es un festival para generar debate".
-Y lo hace a través de una infinidad de talleres, de encuentros con colectivos sociales de todo tipo más allá de la programación artística. ¿Tenéis miedo a dispersaros? ¿Cuáles son los objetivos de 10 Sentidos en este crecimiento? ¿Por qué tiene que tener un lema -en este caso PorMayores-, qué le aporta y cómo lo condiciona?
-Mertixell Barberá: "En estos momentos, a nosotras nos parece poco estimulante ponerle etiquetas a las artes. Nosotras nos enfocamos a la contemporaneidad de las artes vivas... más que a las escénicas. Buscamos ese concepto más global de ofrecer estímulos a la ciudad combinando grandes figuras, compañías emergentes y acción social. Tener un lema no es un capricho. No etiquetamos la programación porque sí. Tiene que ver con cómo surgió el proyecto: estábamos con Taiat [Taiat es la compañía de danza de las directoras] en Londres y vimos a Candoco. De repente, vemos todo un código con una mujer que no tiene brazo, un chico en silla de ruedas... salimos muy impactadas. No teníamos ni idea de la danza integrada y acabábamos de terminar el Master en Gestión Cultural. Fue súper revelador y dijimos: esto tiene que ver con el proyecto que tenemos que llevar hacia delante. Y vimos con Candoco que aquella danza no era indulgente, que todas esas realidades sociales se tenían que mostrar con naturaldiad y en un contexto. El contexto es el lema y cada año es importante porque logra romper barreras aproximándonos a todas las realidades que componen el entorno. Y de eso va 10 Sentidos, de esa oportunidad de reflexionar y recapacitar a través de las artes vivas".
-Inma García: "Nos gusta generar controversia. Nos gusta crear dinámicas que se escapen de lo convencional... sí, tenemos ese impulso. Yo creo que es importante ver que en el festival suceden cosas que a nosotras, como coreógrafas nos gustaría ver, pero también como público. Y esa es nuestra apuesta para València".
-¿Por qué València? Con Taiat habéis tenido ocasión de estableceros en otras ciudades y quizá tendríais otra proyección internacional.
-Mertixell Barberá: "Elegir València fue un acto consciente. Nos empezaron a ofrecer establecernos en otras ciudades, como dices, con otras condiciones. Es una decisión meditadísina, que costó y con la que no podemos estar más de acuerdo desde entonces. Hemos tenido la suerte de viajar y seguimos viajando mucho con la compañía o por nuestra cuenta y Valéncia es una ciudad maravillosa. Cuanto más viajamos, más lo pensamos, más lo hablamos. También pensamos, ¿qué sucedería si todo el mundo que tiene la oportunidad de desarrollarse fuera se va? ¿Qué ciudad queda? Hay muchos casos de elección consciente en esta ciudad que la hacen como es y creo que ya hay un movimiento cultural que se distingue y que tiene mucho de esto. Además, tenemos muy presente que hay ciudades pequeñas o medianas que son lo que son en el calendario de las artes porque personas independientes decidieron quedarse y establecer un espacio, un encuentro, un festival: Aviñón, Bruselas, Edimburgo, Düsseldorf... salvando las distancias, nosotras creemos en ese modelo".
-Las ciudades que mencionas se han apropiado en el mejor de los sentidos de esos festivales. También desde las instituciones públicas. ¿Cómo es vuestra relación con los espacios públicos para programar actividad o para recibir ayudas?
-Mertixell Barberá: "En este momento, en todo lo que tiene que ver con lo institucional, estamos bien apoyadas. Sería mezquino decir lo contrario. ¿Qué nos gustaría que hubiera más apoyo económico? Por supuesto, pero como cualquier otro festival o cualquier otro sector. Nos apoyan todas las instituciones en este momento y es una apertura que ha ido creciendo en estas seis ediciones".
-¿Qué os da miedo de la relación de los festivales con las ayudas?
-Meritxell Barberá: "Me da miedo la endogamia valenciana y que puede suceder en otras ciudades. Me da miedo defender lo valenciano porque es valenciano. Es decir, porque sí. Una cosa: puedes ser valenciano y que tu trabajo no mole. Uno tiene que ser lo suficientemente válido para ver eso. Hay que apoyar a la creación valenciana en su justa medida. O sea, de momento, más. Pero uno debe ser consciente de quién es en el mercado o en el escenario en el que se mueve. Apoyar las cosas porque son valencianas, porque sí, porque es de aquí sin más, eso no".
-¿Y sobre las políticas culturales? No solo como directoras de 10 Sentidos, sino como empresarias de una compañía de danza contemporánea.
-Meritxell Barberá: "Lo único que pido es que nos ayuden a todo el sector a internacionalizarnos más y mejor. Cambio la posibilidad de hacer 30 bolos en la Comunitat por tres fuera. A los creadores valencianos creo que nos cuesta mucho de momento tener ese tipo de intercambios y relaciones internacionales habituales, generalizando. Es ahí donde más me gustaría que incidieran las políticas culturales porque es donde hay más futuro para todos, aun estando establecidos aquí".
-València tiene una docena de festivales tan solo durante el mes de mayo. Algunos de ellos, como 10 Sentidos, con artistas internacionales, estrenos, etcétera. ¿Cómo se convive con esa competencia de agenda?
-Inma García: "No nos molesta para nada. Nos estimula. Creemos que cada uno tiene su camino y su discurso y ha de encontrar su espacio. Nos preocupa, eso sí, cohabitar en fechas con los de escénicas. De hecho, ha sido error nuestro por una semana tocarnos con Cabanyal Íntim, pero como es un festival que nos gusta, hemos intentado unir fuerzas y compartir una parte de programación. Es síntoma de que hay necesidad de contar, de estar y de hacer. Es también fruto de una reacción ante una ciudad que hace apenas unos años estaba más muerta. Supongo que sobrevivirán aquellos que tengan algo diferente que contar y logran la financiación necesaria".
-No tiene por qué ser necesariamente así. Puede que algunos se mantengan sin más a partir de un crowdfunding y sin pagar a los artistas. Se puede intuir que ya es así.
-Mertixell Barberá: "Bueno, a nosotras ese modelo no nos interesa para nada y nunca lo apoyaríamos. Nunca haríamos un festival sin dinero y ya hemos comentado antes que es imprescindible que todo el mundo cobre por su trabajo".
-¿Cómo convive Taiat Dansa con el Festival 10 Sentidos?
-Meritxell Barberá: "Yo he empezado a vivirlo como un proceso de creación más. Ahora mismo ya estoy trabajando en 2018. Es cierto que le roba tiempo a Taiat, pero le aporta muchísimo más: todo lo que significa tener la visión desde el otro lado, tener la dirección artística de un evento así, entablar relación con Maguy Marin, por ejemplo, desde ese punto de vista y tener esa proximidad, por ejemplo, es de un valor incalculable para Taiat".
-Inma García: "El año pasado, en el sentido más práctico, fue una locura: tuvimos cinco actuaciones de Taiat durante el festival. Una de ellas en Berlín. Claro, no pudimos estar y nosotras siempre estamos en los bolos de la compañía. Es duro. Este año solo hay una actuación, porque intentamos trabajarlo, pero renunciar a actuaciones, en estos momentos, es imposible".
-Meritxell Barberá. "Y también todo lo que vivimos como compañía, el trato, los gestos, los detalles o los errores de festivales o lugares donde actuamos, los digerimos para 10 Sentidos. Eso sí, debe quedar claro que son dos trabajos diferentes para el que se necesitan dos habilidades muy diferentes. Podría no surgir, pero de momento, surge y funciona".
-Otra cosa que podría no haber surgido, pero aparentemente funciona, es vuestra relación. Es como un matrimonio de muy larga duración. ¿Cómo ha sido esta progresión profesional conjunta?
-Inma García [ambas ríen]: "Cuando pasas desde los 15 años juntas... mira, con tus relaciones, a veces las abandonas o te abandonan por la propia evolución de la persona. El novio que dejas porque ya no eres la misma persona. Pero nosotras hemos evolucionado juntas. Hemos ido creciendo juntas. Supongo que eso explica que nos vayamos comprendiendo en distintas etapas".
-Meritxell Barberá: "Sé que es raro y es inhabitual. Me imagino que nos lo curramos mucho ambas para que funcione, para hacerlo fácil. Somos muy hermanas y nos caemos fatal día sí y día no. Gestionar todo eso es importante y saber leer a la otra persona, para que no salpique al trabajo. Y sentir que te sigue gustando compartir todo con tu compañera".
-Aun así, volviendo a 10 Sentidos, el festival ha alcanzado esta entidad por la consolidación de un equipo:
-Meritxell Barberá: "Es lo más importante. Saberte menos inteligente que el resto y saber delegar es esencial para que eso haya ocurrido. Diego o Marta tienen una influencia total en lo que sucede en el festival. El equipo ahora mismo es lo más valioso y lo que hace posible que nos metamos en una producción así. Es lo más difícil de conseguir, porque ha de compartir discurso artístico contigo y convivir con situaciones complicadas. Lo hemos conseguido y pienso que ha sido lo más difícil y lo más importante de estos primeros años".
-Un equipo para resolver decenas de producciones en 22 días de programación ¿Por qué toda esta extensión en el calendario?
-Meritxell Barberá: "Porque así lo marcan los contenidos. Escogemos las obras y las ponemos en el calendario, pero no hacemos más días por hacer".
-Inma García: "El año que viene podrían ser 12, claro. Menos... lo veo difícil [ríen]".
-A unas horas de iniciarse la sexta edición de 10 Sentidos, ¿cuál es vuestra principal preocupación?
-Meritxell Barberá: "Nuestra máxima obsesión ahora mismo es que la gente conozca el festival y se llenen las salas, los talleres... todo. Que todo el mundo lo conozca y tenga la oportunidad de vivirlo. Por eso hemos hecho tantas charlas como nadie se imagina para presentarlo en todo tipo de espacios civiles, universidades, espacios públicos... con todos. Estamos convencidas de que quien le da una oportunidad al festival 'se queda'. Esperamos sumar más público así".
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