VALENCIA. Esta misma semana se hacía oficial el nombramiento de Sara Mansanet (Valencia, 1980) como nueva directora del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina. La que fuera jefa de producción del festival y ejerciera como subdirectora del mismo, además de participar desde hace años en la producción de Cinema Jove, cogía así el relevo natural tras el nombramiento de Carlos Madrid como nuevo responsable de este último.
Historiadora del arte, Master en Gestión Cultural y al frente de distintos proyectos y festivales vinculados principalmente al mundo del audiovisual, Mansanet conversa sobre sus objetivos para la que será la X edición de La Cabina y la primera con ella al frente:
-¿Cómo ha sido la reacción a tu nombramiento?
-El feedback ha sido muy bueno. Quizá demasiado…[ríe]. Para mí era natural. Los días previos al nombramiento de Carlos como director de Cinema Jove ya habíamos hablado de esto y era el único camino posible para no pausar o interrumpir el festival. Para mí lo natural era tomar el relevo, porque en el momento en el que está La Cabina no puede ser dirigido por alguien que no esté vinculado personal o profesionalmente al mismo. Todavía necesita de una implicación del equipo y coordinación del bagaje y del equipo que no convierte a ese puesto precisamente en un cargo meramente operativo. Por eso me sorprende el retorno del nombramiento, aunque me alegre... que el recibimiento haya sido tan bueno por parte de instituciones públicas y gente del audiovisual valenciano.
-Ya que mencionas a las instituciones públicas. ¿En algún momento a lo largo de los últimos meses se han dirigido a ti para ofrecerte, sugerirte o sondearte la posibilidad de dirigir Cinema Jove?
-Directamente, no. Me llegaron mensajes de manera indirecta y desde dentro de las instituciones públicas. Creo que, al igual que cuatro o cinco personas más, sí se me ha hecho saber que mi nombre estaba dando vueltas en torno a esa posibilidad. Pero no. Si la pregunta es si alguien me ha preguntado, me ha propuesto o me ha dicho que se pensaba en mí, la respuesta es no.
-¿Cuál debe ser el lugar de La Cabina en el panorama de festivales internacionales de cine?
-Su lugar debe ser un nombre situado en cualquiera que piense en festivales de cine relevantes de España. Uno más dentro de ese imaginario de certámenes del Estado que aun siendo españoles se conocen fuera sobradamente.
-¿Qué novedades aportará la nueva dirección al festival?
-Todavía es pronto para hablar de ello, pero una de esas novedades, seguro, será la instauración de un Consejo Asesor. El hecho de que sea un aniversario redondo, la décima edición, implicará que haya novedades en torno a ello. Seguramente, alguna tendrá que ver con los carteles, que han tenido un papel muy importante para el festival y le han ayudado mucho a conocerse en la ciudad. Me gustaría contar con los ilustradores que han participado durante este tiempo, con los quieran y puedan, y hacer una retrospectiva. Además, se fomentará la participación de charlas y ciclos con el cine relacionado con Valencia y una revisión de lo que ha supuesto el festival para la producción de mediometrajes a nivel internacional.
-¿Cuál será el papel del anterior director en adelante?
-Su intención es la de colaborar en el comité de selección, pero su voto, que era el quinto además de los cuatro profesionales, ahora mismo recaería en mí. Veremos qué tipo de posición toma para ese último corte o última selección de los 22 o 24 mediometrajes de la Sección Oficial. Veremos si por tiempo y disponibilidad puede y cómo sería ese papel para aconsejar y opinar, pero desde luego no será el mismo que ha tenido durante estas nueve ediciones. Sin duda, escucharemos su opinión.
-¿La llegada de Carlos Madrid a Cinema Jove puede propiciar una interrelación de películas o una suerte de sección que comunique a ambos festivales?
-En el aspecto interno, varios de los que estamos en La Cabina hemos participado en Cinema Jove. Quiero decir que no han sido festivales ajenos a su desarrollo durante los últimos años.Son dos festivales complementarios ya que no compiten; las películas son de diferente formato. Nunca ha habido traspaso de películas y dudo que eso cambie. Es el primer año de Carlos en Cinema Jove y creo que tiene mucho trabajo con el festival como para atender a una relación de ida y vuelta. A mí me parece muy interesante que haya dos puntos de relevancia internacional en Valencia, espaciados en el tiempo y cada uno con su identidad, que ya la tienen y que se ha de explotar.
-¿Cuál sería el objetivo prioritario de la nueva directora de La Cabina para el festival?
-Me gustaría fomentar la relación con los festivales de San Sebastián y Sevilla sobre todo, además de la Seminci [Valladolid]. Lo que le falta a La Cabina es un contacto real y directo con la industria y ese quizá podría ser mi principal objetivo. La industria se reúne y fomenta su actividad en torno a esos festivales, así que esa es la principal motivación para que La Cabina esté presente o tenga unas relaciones con ellos a otro nivel. No por ser solo mediometrajes vamos a estar aislados de la industria, porque podemos encontrar un productor o distribuidor que ‘compre’. Ya ha pasado en el pasado, aunque casi por casualidad. Eso, que las películas se muevan y se compren, solo se puede lograr favoreciendo esas conexiones con otros festivales que ya tienen desarrollado todo este aspecto.
-¿Y que esos festivales tengan una especie de Cabina pop-up, de sección propiciada por la actividad del festival valenciano durante el año?
-Algunos han empezado a abrir tímidamente secciones de mediometrajes, pero creo que sí podemos cumplir ese papel. Hay muchas posibilidades e ideas interesantes. De hecho, la propia Filmoteca de Valencia tiene una dilatada relación con el Festival de Cine Internacional de San Sebastián. Tenemos que apoyarnos en ello para, por lo menos, atacar lo que está a nuestro alcance. No disparemos a todos a la vez, pero a dos o tres sí, y esa posibilidad que comentas es una importante.
-¿Y qué hay de las relaciones de La Cabina con el resto del territorio valenciano?
-Si La Cabina forma parte del circuito valenciano que se está fomentando tanto desde el IVAC como desde el Institut Valencià de Cultura, estaremos más que disponibles. Es más complicado desarrollar esas relaciones nacionales e internacionales, así que hemos de ambicionar ese posicionamiento externo. El posicionamiento dentro de nuestro territorio debe ser más accesible y ahí tenemos que ir de la mano del IVAC y sus sedes en Castellón y Alicante o del IVC y su circuito de distribución.
-¿La nueva directora tiene en mente explotar las relaciones con operadores digitales en España como Movistar+, Netflix, HBO, Amazon...? Por formato, se da por supuesto que sería una relación interesada en ambas direcciones.
-De verdad o con una estrategia, no hemos llamado a esa puerta ni sabemos si puede abrirse o no. Creo firmemente que les puede interesar y, no sé exactamente en qué plazo, vamos a atacar ese ámbito.
-¿Las secciones del festival se mantendrán en su mismo formato?
-Amalgama e Inèdits seguirán, pero Visuals me gustaría ampliarla. En 2015 hubo un solo concierto y proyección. En 2016 nació como sección, pero apenas fue como una prueba con buena respuesta de público. Mi idea es reforzar esa sección hasta al menos cuatro conciertos para ver qué grupos en Valencia podrían participar. Y sin dejar de lado la posibilidad de que sean grupos nacionales.
-¿La Cabina seguirá desarrollándose en sus actuales sedes?
-La vigencia de los centros en los que se desarrolla el festival, con sus dos sedes [el Centre Cultural La Nau y la Filmoteca], se mantendrá. Pero a lo largo del año, seguiremos entrando a otros espacios de la ciudad. Hemos estado en Rambleta y ahora estamos en Las Naves, pero me gusta Veles e Vents y seguiremos con esa idea de itinerancia en las sedes alternativas a lo largo del año. En ese sentido, sí quiero que La Cabina vaya pasando por distintos barrios de Valencia como ya ha hecho hasta ahora.
-¿Qué públicos ha de conquistar?
-La Cabina, en cuanto a públicos, está en un momento estupendo. Ha sido un gran esfuerzo darlo a conocer, desde estudiantes hasta gente cinéfila, en esa horquilla que tenemos desde los 18 a los 55 años. Me gustaría crecer con los estudiantes erasmus porque, aunque hemos ido a por ellos, quizá están a otras cosas. Otro objetivo concreto en cuanto a captación de públicos es el público de fuera de Valencia. Aunque ya han podido venir, por la vigencia internacional del festival, creo que se puede desarrollar en gran medida ese ámbito poco a poco durante los próximos años. Lograr un público de fuera nutrido.
-Para eso, ¿cuál es la relación del festival con agentes turísticos?
-Con Turismo Valencia ya tuvimos un primer contacto de trabajo en la pasada edición. Nos ayudaron a atraer a periodistas internacionales, aunque empezamos demasiado tarde. Nos ayudaron mucho, pero con ellos y con la Valencia Film Office espero empezar a trabajar en primavera para captar no solo a periodistas, sino al público de festivales que ya tienen ciudades como San Sebastián o Sevilla. Personas interesadas en el mejor cine internacional que se está haciendo y que puedan hilvanar un fin de semana o una semana muy interesante conociendo nuestra ciudad y por supuesto La Cabina.
-Uno de los objetivos más extendidos en los festivales de cine durante los últimos años es el de atender a la producción local como estrategia troncal. ¿Lo será para La Cabina?
-No. La producción local no es un objetivo. No como cuota o como peaje. Si como festival sabemos relacionarnos mejor con la industria, los creadores de la ciudad se van a sumar más. Si llegamos a ese objetivo de posicionamiento nacional e internacional del que ya habíamos hablado, estaremos ofreciendo una plataforma indiscutible y más interesante para la producción local. Esa sería nuestra forma efectiva de ser interesantes para ellos.
-¿La Cabina está llamado a convertirse en un festival de la Generalitat? ¿Es interesante para sus posibilidades?
-No lo sé. Tiene sus pros y sus contras. La Cabina tiene una precariedad muy grande y, de puertas hacia fuera es un festival con muy buena comunicación con la ciudadanía y con los amantes del cine, que se desarrolla en un contexto profesional e internacional. Sin embargo, de manera interna vive con mucha precariedad. Si lo asumiera la Conselleria de Educación, Investigación Cultura y Deporte (CEICE) como un festival propio, podría perder esa precariedad, pero logrando un aumento de presupuestos por sus actuales impulsores también. Que la CEICE lo haga ‘suyo’, no sé si es el modelo o el camino. Es algo que dependería de pequeños-grandes factores.
-¿Cómo se ha ido desarrollando el tema de los patrocinios privados durante los últimos años y de qué depende?
-Si nos convertimos en una marca nacional o internacional potente, los patrocinios van a fluir de otra manera. Ya lo hemos notado en las últimas dos o tres ediciones. Hasta ahora ha crecido por cariño y cabezonería por parte de quienes trabajan en el festival. A base de bofetadas y de amor. No ha sido gracias a ningún gran patrocinador, precisamente. Hemos crecido en presupuesto y público y hemos crecido en patrocinios privados mayores y de diferentes partidas. Ya vemos cómo influye que crezca la marca y así seguiremos reforzándonos.
-¿Puede convertirse en una estructura independiente a partir en exclusiva del patrocinio privado?
-Por ahora, no creo que el patrocinio privado vaya a ser el principal. Es muy complicado a día de hoy porque todos los negocios quieren tener muy claro dónde ponen el dinero. Es algo que siempre se trabaja a largo plazo o al menos en los festivales de cine. Cuando tu dossier de prensa es de tres tomos, puedes mostrar un abanico de progreso, un bagaje y una implicación en la ciudad irrefutable, entonces empiezan a escucharte y a entrar. Ahora mismo, no va a ser determinante. Ojalá cambie y me gustaría que fuera mayor, pero no solo para La Cabina, sino para cualquiera de los proyectos culturales de la ciudad que merecen la pena.
-Una parte de los festivales de cine se ha sumado a la incorporación de actividades educativas hasta ocupar una parte relevante de sus recursos y actividades. ¿Es un estrato relevante o lo quiere ser para La Cabina desde su nueva dirección?
-En La Cabina existe una sección que se llama Aula Cabina con dos ediciones. Es muy pequeñita y no se ha comunicado como una rama fundamental, pero viendo algunos mediometrajes entendimos que eran convenientes para ser vistos por público adolescente; Secundaria y Bachillerato. Cabe recordar que nosotros proyectamos en versión original subtitulada y que es difícil que 'ataquemos' a Primaria. Nuestra relación con escuelas de cine, institutos y colegios, relacionándonos con profesores de Historia del Arte por ejemplo, llevó a que los docentes nos preguntaran qué podíamos hacer con ellos. Dos mañanas hacemos proyecciones en la Filmoteca de Valencia, lugar que no han pisado en gran medida porque no lo conocen. Se seleccionan dos mediometrajes por sesión con un dossier didáctico en el que ellos ven las películas en la sala Luis G. Berlanga y ellos pueden sacar sus impresiones e inquietudes. La intención es fomentar esta sección, darle más repercusión y explorar su extensión. Hasta ahora es posible porque la Filmoteca a través de su departamento de didáctica se implica, pero también es una de las verticales que ya han llamado más la atención a patrocinios privados. Es natural que crezca.
-Si el festival sigue creciendo en presupuesto como así ha sido durante los últimos años, ¿qué hará la nueva directora con su estructura: ampliar equipo o remunerarlo mejor?
-Mismo equipo, mejor remunerado. El equipo ya está creado y eso es todo un logro. Quizá pondría un refuerzo en comunicación, pero poco más. Lo que necesitamos es remunerar mejor para que el grupo pueda trabajar más tiempo y hacer más actividades. Ahora tenemos que conseguir una estructura administrativa lógica y fuerte. La gestión cultural tiene que estar bien pagada para que se trabaje bien. Hay pequeños trabajos y se aprende trabajando, pero un festival profesional tiene que tener como base un equipo profesionalizado y por supuesto también en este sentido.
-¿Qué área cree que podría externalizarse dada la entidad del festival?
-Traducción y subtitulación de películas debe ser un contrato externo a partir de ahora.
-La Cabina se ha prodigado poco o nada en la estimulación de públicos a partir de la invitación de creadores y artistas relevantes. ¿Era una decisión de la dirección o del área de comunicación? ¿Qué opina la nueva directora?
-Por presupuesto o por relevancia del festival ha sido muy complicado hasta ahora, sí. Es posible que la dirección o en comunicación ni se lo plantearan, pero la realidad es que ha sido muy complicado lograrlo para el festival. Y se dejó de convertir en una prioridad. Para un festival de este tamaño, si algo no es una prioridad, no sucede. Traer a un par o tres de caras conocidas es un efecto llamada de televisión, radio, prensa y eso se relaciona con la llegada de más públicos. Es evidente. Si queremos estar en el circuito de festivales nacionales, hemos de convertirlo en prioridad, pero quiero dejar claro que no lo veo ni como una licencia ni como un lujo. Si está en nuestras manos, si somos capaces, lo haremos.