Érase un ‘clown’: el filme ‘Pa-ra-da’ se estrena en España con su protagonista

VALÈNCIA. Érase una vez un clown viajó de París a Bucarest, un hombre de nariz roja que se topó con un escenario gris. Consumo de drogas y prostitución entre pequeños de aproximadamente diez años eran los primeros y más palpables problemas a los que se tuvo que enfrentar. Llegaron más, sí. “Solo soy un payaso de calle”, respondía Miloud Oukili cuando le trataban de convencer de que era un ejemplo para los niños con los que no hacía tanto se había topado en su viaje a Rumanía. Esta suerte de cuento (spoiler alert) con final feliz, no es tanto una fantasía sino una historia real que ha conmovido a todos aquellos que la han conocido, llegando Oukili a recibir el premio UNICEF2000 por su compromiso con los menores. Ahora llega a España con el estreno de PA-RA-DA, la cinta sobre su vida que se exhibirá por primera vez este viernes en la sala Matilde Salvador del Centro Cultural La Nau.

El film, ópera prima de Marco Pontercorvo, hijo del director de La batalla de Argel, pasará a partir de las 19 horas, aunque su estreno no es más que un generador de conversación y experiencias en torno a la historia que contará con la presencia del propio Miloud, que llega a España de la mano de Plataforma per Russafa y el Vicerrectorado de Cultura e Igualdad de la Universitat de València, coorganizadores del ciclo Cine y Educación. De esta forma, el debate estará guiado por el crítico de cine Daniel Gascó una vez finalice la proyección, una conversación que contará con la participación de Mia Zemfir, una de las niñas rumanas rescatadas por Miloud, que ahora tiene 30 años. Será el sábado, entre las 10 y las 15 horas, cuando los dos invitados impartan un taller de clown en la sede de Plataforma per Russafa, ubicada en el número 39 de la calle Literato Azorín.

Más allá del taller, lo cierto es que la historia del franco-argelino habla por si sola. Su aterrizaje en Bucarest lo enfrentó a una realidad desconocida que, sin embargo, no es lejana, la transición de un país cuando habían pasado pocos años de la muerte de Nicolae Ceausescu. Apenas había puesto un píe en Rumanía cuando pudo identificar la violencia de un país que le puso cara a cara con la mendicidad infantil. Es en ese punto en el que decide ganar la confianza de los chavales que en un primer momento lo miran con distancia a través de la magia de un circo del que explota, a través del entretenimiento, la vertiente social y que le sirve en última instancia para generar un espacio seguro. “Esto es mi casa”, repite en una de las escenas mientras rodea unos árboles con una cuerda. Más que una casa, hogar.

Educación y cine

Sin embargo, este camino no lo hace sin dificultad. Miloud encuentra su hueco con el favor de los chavales pero contra la postura burocrática de las ONG y con una administración que no está dispuesta a ponerlo todo a favor. La áspera historia culmina con la creación de la asociación PA-RA-DA que hoy sigue en activo educando a través del arte de ser clown. Este supone uno de los pilares con los que Plataforma per Russafa decidió poner en marcha un ciclo de cine y educación que aborde temas sociales. “La educación tal y como la hemos concebido hasta hoy es una castración. Su objetivo es imaginar un hombre que nos convenga. ¿Y qué hombre conviene a todos? El hombre sumiso”. Con esta frase de Roberto Rossellini pusieron el punto de partida a un viaje cinematográfico que incide en la relación con el “otro”.

Así, la proyección de PA-RA-DA se enmarca dentro de un ciclo de cine que presenta cuatro largometrajes europeos inéditos en España, cintas que hablan de la comunicación con personas con discapacidad mental, sordos o refugiados políticos. Ya la primera proyección era una declaración de intención, siendo con Si può fare (2008) de Giulio Mamfredonia que gritaron aquello de: ¡sí se puede! La cinta que reivindica la figura de Miloud Oukili llega después de la proyección de Le pays des sourds (1992), de Nicholas Philibert, y antes de La mia clase (2013), de Deniele Gaglione, que cerrará el ciclo.