palau dels valeriola

Esta es la joya patrimonial en ruinas que ha comprado Hortensia Herrero

La vicepresidenta de Mercadona adquiere el palacete, que data del siglo XVII, tras años de abandono y un proyecto fallido de conversión en hotel  

23/02/2016 - 

VALENCIA. Huérfano. El Palau dels Valeriola, ubicado en la calle del Mar, lleva años pidiendo una rehabilitación integral que lo salve de la ruina. Ni las recomendaciones del Síndic de Greuges ni las constantes denuncias por parte de asociaciones vecinales y culturales han logrado frenar el deterioro del histórico inmueble, que en sus tres siglos de historia ha sido residencia de la alta burguesía valenciana, redacción periodística y local de ocio en los años 80. 

El último proyecto que planteaba rescatarlo del olvido, el de la compañía High Tech que en 2009 proyectó un hotel, quedó en agua de borrajas a causa de la crisis económica y redujo los trabajos previstos a una consolidación estructural. Finalmente ha sido Hortensia Herrero, vicepresidenta de Mercadona, quien ha decidido comprarlo. La operación, especifica su equipo, es “una iniciativa personal” de la empresaria y está desvinculada de la fundación que preside. Su uso también está en el aire aunque, una vez finalice la operación – liderada por el estudio de 'ERRE arquitectura'-, se estudiará su posible uso para fines socioculturales.

¿El museo de la colección Hortensia Herrero?

Aunque la solución final está “todavía por concretar”, agentes de arte, fuentes vinculadas a galerías de la ciudad y personajes en torno a los círculos artísticos dan por segura la posibilidad de que el edificio se convierta en un museo que acoja parte de la colección de arte privada de Herrero. Si no en su totalidad, si en una residencia permanente para la compra que durante los últimos años ha ido acumulando la empresaria y activa mecenas de la ciudad.

La variable y una comunicación en firme por parte de la nueva propietaria no parece ser la prioridad. Habrá que esperar a que se ejecuten unos trabajos que se esperaban como agua de mayo por el citado estado de deterioro de la edificación, con unos 2.500 metros cuadrados consolidados. A ellos se dedicará priomordialmente su atención, tras los avisos anteriormente mencionados.

Las alertas del Síndic, en saco roto

“Consideramos oportuno recomendar al Excelentísimo Ayuntamiento de Valencia que adopte todas las medidas que sean necesarias para lograr la rehabilitación del Palau dels Valeriola”. Con fecha de 29 de octubre de 2015, el documento daba respuesta así a las denuncias de las asociación Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural. Su presidente, César Guardeño, alertaba de su “preocupante” estado, destacando la ruina absoluta del cuerpo y la cúpula del oratorio así como la parte posterior del palacio recayente a la calle del Fossar, vía que lo separa del cementerio de la Iglesia de San Juan del Hospital, declarado Bien de Interés Cultural y que sitúa al Palau dentro del entorno de protección.

Esta es la más reciente, pero no la única alerta del Síndic. La asociación decidió reabrir el expediente al comprobar que las actuaciones llevadas a cabo tras su primera denuncia habían resultado un parche frente a la rehabilitación integral que demandaban. Es en la parte trasera del inmueble, tras una fachada cubierta por una lona, que se escondía la ‘sorpresa’. El Palau dels Valeriola agonizaba ante sus propios ojos. 

Una historia convulsa

El apellido que da nombre al inmueble proviene del noble Jerónimo Valeriola, que murió degollado en el entresuelo de la casa, siendo de 1610 los primeros documentos que hacen referencia al inmueble. La polémica por el estado del mismo no son novedad, pues existen informes de 1753 que se refieren a un pleito entre los frailes de San Juan y Joaquín Valeriola por las obras sobre un muro que recaía en el antiguo cementerio.   

El palacete fue también casa para la producción del diario de papel Las Provincias, lugar al que se trasladaron los talleres y la redacción del periódico desde el año 1893 hasta 1931. La propia familia Doménech vivía en el primer piso del inmueble, estando reservado el sótano para la producción del diario. Su último y fallido uso fue el intento de reconversión en hotel, un proyecto que fue desestimado por problemas económicos y, con él, la rehabilitación total prevista por la empresa interesada.

Hortensia Herrero ha comprado la propiedad tras décadas en posesión de une herencia político militar, según ha podido saber este diario. Esa propiedad privada sostuvo en un brete el futuro del edificio ya que el Ayuntamiento de Valencia forzó su uso a las instalaciones culturales o sociales, mientras que los propietarios no pretendían mayor inversión -radicados y establecidos en Madrid- que la que pudiera generar un rédito directo por alquiler o venta.

Así sucedió durante los años en los que el Grupo Las Ánimas explotó el inmueble, pero cuyo desalojo por incumplimiento de normativas llevó a un largo periodo de pausa y actividad para este icono patrimonial. Hasta el año 2008 no se desbloqueó su uso, en un proyecto redactado por el equipo técnico Bipolaire. "El uso hotelero estaba expresamente prohibido", apunta Miguel Arráiz, redactor técnico del proyecto. "Suponía modificar todo el planteamiento de la zona y un estudio de detalle que permitió el cambio de uso, al límite de sus posibilidades".

Arraiz describe como durante los últimos cinco años la lluvia y el edificio a la intemperie, como se ve en las imágenes, ha provocado que "cada vez que entrábamos a actuar descubriéramos un trozo de forjado en el suelo". El frustrado proyecto de adecuación para la llegada del hotel boutique no se consiguió, pero la familia propietaria trazó un plan para evitar su derrumbe con 1,5 millones de euros de inversión. De aquellos se invirtieron, finalmente, sólo 400.000 euros, aunque "fueron suficientes para salvaguardar la estructura y las urgencias", apunta el arquitecto.

Aquel match ball se ha prolongado desde 2011 hasta la llegada de Hortensia Herrero. El proyecto tiene su máximo valor patrimonial, según las fuentes consultadas, en los arcoslios. Estas estructuras y su rehabiltiación se tendrán que coordinar con el Plan Director que maneja la recuperación de San Juan del Hospital, siendo parte de la antigua judería de Valencia, de su cementerio, con una serie de decoraciones y arcos bajos de piedra de gran valor


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