VALÈNCIA. La multinacional Ford anunciaba en junio del pasado año que Almussafes era la planta escogida para la fabricación de su nueva generación de coches eléctricos tras ganar la pugna a la alemana de Saarlouis. Una adjudicación que garantizaba la supervivencia de la fábrica con nueva carga de trabajo, ya que en los últimos años ha dejado de fabricar tres de los cinco modelos que ensamblaba y próximamente concluirá el ciclo de vida del cuarto. Sin embargo, diez meses después, todavía se desconoce qué tip"o de vehículos se producirán ni la inversión prevista.
Lo cierto es que en un principio se barajó 2026 como fecha para que el primer eléctrico saliera de las instalaciones valencianas, pero ese calendario ha ido cambiando. Ahora, la multinacional apunta "al final de esta década" como horizonte para empezar la producción, lo que implica retrasar a 2029 ó 2030 el inicio del nuevo pedido.
Así consta en la memoria de sostenibilidad de Ford presentada hace solos unos días por la compañía. En el documento, la firma del óvalo recuerda que Almussafes fue la planta elegida para sus nuevos eléctricos, pero reconoce que todavía no se ha definido el catálogo. "A la espera de la aprobación del producto, la planta de Valencia podría producir vehículos eléctricos y conectados revolucionarios a partir de finales de esta década", señala Ford.
Asimismo, destaca que esta nueva flota con ADN valenciano les "ayudará a construir un negocio rentable en Europa, asegurar empleo de alto valor y aumentar la oferta de Ford de vehículos eléctricos premium, de alto rendimiento y totalmente conectados" para satisfacer la demanda.
Un retraso en sus planes que era evidente tras renunciar a los 106,3 millones de euros del Perte del vehículo eléctrico que el Gobierno de España le había preasignado, precisamente ante la imposibilidad de cumplir con los plazos fijados por Bruselas que sitúan en 2026 la ejecución de los fondos europeos.
"Recientemente revisamos nuestras previsiones para Europa, que introducen un retraso en nuestros planes de producción para España, lo que significa que no podemos aprovechar el programa de financiación Perte", explicaban desde la compañía, que, eso sí, dejaba claro que sus planes de electrificación para la planta valenciana seguían adelante, como se constata ahora en su memoria.
Una decisión que era consecuencia de la falta de concreción interna de la inversión y los modelos que se van a fabricar en tierras valencianas. En cualquier caso, cabe recordar que el Gobierno ultima una segunda convocatoria de ayudas del Perte en la que se van a ampliar los plazos y flexibilizar aspectos como los porcentajes de avales que tendrán que presentar las empresas para facilitar su tramitación y adjudicación.
Unas modificaciones que, en gran medida, buscan sumar a más compañías, entre ellas a Ford, con quien el Gobierno ha estado trabajando para que en esta nueva ocasión entre en el programa. "Estamos trabajando con Ford para que en la segunda convocatoria podamos acomodar los tiempos a lo que ellos necesitan para esta inversión tan necesaria en la fábrica (de Almussafes)", admitía hace meses la ya exministra de Industria, Reyes Maroto.
De hecho, hace unas semanas el presidente y consejero delegado de Ford Iberia, Jesús Alonso, admitía que en el seno de la empresa no tienen definidos los modelos se producirán en la factoría todavía están por. "A Almussafes vienen las siguientes versiones eléctricas, pero será más adelante", enfatizó tras presentar el nuevo Explorer eléctrico que se fabricará en Colonia (Alemania).
El directivo tampoco quiso avanzar si serán o no de gran tamaño, aunque desde Ford ya se ha apuntado que serán "vehículos de primer nivel" e, incluso, se ha deslizado la posibilidad de que uno de ellos pueda ser la nueva versión del Mustang Mach-E. Y más teniendo en cuenta que la plataforma que acogerá la planta será la GE2, cuya primera versión la GE1 se utiliza para el Mustang eléctrico. Por tanto, todo apunta que serán modelos de un volumen grande.
Y, mientras sigue el secretismo y la incógnita, la industria auxiliar valenciana sigue en vilo a la espera de conocer los volúmenes de trabajo previstos por Ford. "La carga de trabajo que llegue determinará los efectos sobre el resto de la cadena de valor de la automoción valenciana, especialmente para las empresas que dependen directamente de los pedidos de la multinacional", admiten desde el Clúster de la Automoción y la Movilidad de la Comunitat Valenciana (Avia). De este forma, señalan que la carga "redundarán de una manera u otra en las plantillas de las empresas auxiliares".
También Almussafes ha vivido estos días sus horas más complicadas. Este lunes se despedía de la producción de los modelos S-Max y Galaxy, con la fabricación de las últimas 25 unidades de dos vehículos que llegaron en 2015 y que suponían cerca del 6% de la producción anual. Una salida programada, que ha dejado a la factoría únicamente con la fabricación del Kuga y parte de la furgoneta Transit, por lo que la actividad descenderá. Hace solo unos años que ensamblaba hasta cinco modelos diferentes.
Y esta bajada de la actividad ha provocado un primer ajuste en la factoría en forma de ERE, que afectará a 1.124 trabajadores, 20 menos de los previstos y el 20% de su plantilla actual. Y es que la adjudicación de los eléctricos no ha salvado a la planta de los recortes, ya que todavía quedan años hasta que lleguen y cuando lo hagan también se precisará menor masa laboral, ya que la electrificación requiere de un 30% menos de mano de obra que la combustión.
Por tanto, este golpe no ha pillado por sorpresa a los trabajadores, que ya preveían este escenario. Los mismos directivos también habían confirmado en varias ocasiones que la electrificación obligaba a un "redimensionamiento" en la fábrica.
Este martes se cerraba el acuerdo del ERE entre la dirección de Ford España y UGT, sindicato mayoritario, que incluye planes de prejubilaciones desde los 53 años y un programa de salidas incentivadas en el que la empresa ha elevado las cuantías de las indemnizaciones propuestas.
Al respecto, el clúster Avia ponía en valor la "generosidad" de ambas partes para alcanzar una solución consensuada y generar "la menor perturbación" ante el adelgazamiento de la plantilla. Asimismo, el president de la Generalitat, Ximo Puig, valoraba el acuerdo como una muestra del diálogo social que impera en la planta, y afirmaba que la factoría valenciana tiene "un gran futuro por delante" y el Gobierno valenciano "siempre estará a su lado" para que siga siendo referente.
Por su parte, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, consideraba "posible" que el ERE esté "justificado por razones de flexibilidad", si bien apuntaba que cada vez se dan "menos casos" de este tipo en el país. Además, Escrivá instaba a reflexionar sobre que "cada vez más se pone de manifiesto" que los "trabajadores 'sénior' no son sustitutivos de los trabajadores más jóvenes, como se pensaba antes, sino que son más complementarios".