En general, el bocadillo es patrimonio nacional y el mayor exponente de la comida rápida en nuestro país. Incluso para celebrar su grandeza, asociaciones gastronómicas proponen que el Día del Bocadillo sea declarado fiesta nacional, con derecho a jornada libre y bocata gratis para todos, ¡viva¡
Bocadillos, bocatas, sándwiches, emparedados wraps, tacos, crepes, y más entrepans. Para esmorzar, incluso para comer y los que se preparan en casa de «sobaquillo» para llevar a la excursión escolar, juntarse con los colegas, almorzar, berenar o cualquier otro momento. Este invento gastronómico rápido, fácil y suculento lo aman nuestros corazones y nuestros estómagos.
Olvídate de los brunch preferidos y las ensaladas de quínoa saludables, porque el auténtico campeón del hambre en España sigue siendo el bocadillo y los bocadillos veganos son considerados delicias gourmet de los chefs.
Buscar el origen del bocadillo nos puede remontar al origen mismo del pan, su popularidad tuvo lugar en la revolución industrial, momento en el que el gremio trabajador, sale a trabajar a las fábricas y lleva su comida dentro del pan. El bocadillo en España se asoció tradicionalmente con la gente humilde, jornaleros y trabajadores, que no tenían tiempo de parar a comer de otra manera.
Pero en realidad su uso fue extendido por el ejército. Desde el siglo XV los bocadillos, un chusco de pan y algo de fiambre, queso, tomate o cebolla, eran bastante comunes en algunas campañas, y dieron origen a la palabra «chusquero».
La guerra contra las tropas napoleónicas está detrás también del «pepito de ternera», que se hizo popular entre los diputados de las Cortes de Cádiz, los padres de la Constitución de 1812, popularmente conocida como «la Pepa». Cuentan que necesitaban un refrigerio con alto valor calórico para aguantar durante las largas sesiones parlamentarias, pero fácil y rápido de comer. Sin embargo, hay quien dice que nació en una taberna de Madrid, en la que el hijo del dueño se llamaba Pepito. Sea como fuere, es uno de los bocadillos más clásicos de la gastronomía española.
Otra variedad muy popular es el serranito. Lleva jamón serrano, al que se le añade pimiento verde y un filete de lomo de cerdo o de pollo. También son muy populares en nuestro país el bocadillo de panceta y el de calamares, así como los de caballa con pimiento en el sur de España.
En cuanto al sandwich —emparedado— tiene su primer registro en Inglaterra.
El sandwich cumplió 267 años el 13 de mayo de 2024 cuando John Montagu IV, conde de Sandwich, ordenó que le sirvieran la carne entre dos rebanadas de pan.
Cuenta la historia que le gustaba jugar a las cartas. Tras una partida de más de 24 horas, el noble pidió a sus criados que le proporcionaran distintos alimentos. Tomó pan y carne, así creó un alimento fácil de preparar y con el que podía seguir su juego sin más distracciones, y que luego sus amigos pidieron «lo mismo que Sandwich», según recoge la Asociación del Sandwich Británico.
El sandwich rápidamente encontró cabida en el gusto de los europeos, mientras que en Francia e Italia se consumía con el tradicional pan hecho en casa, los ingleses adoptaron un pan de miga que hacían con un molde, así nació lo que hoy conocemos como pan de molde.
About the Wrap, el origen del nombre proviene del verbo inglés to wrap, que significa envolver. ¡Es eso mismo! Los wraps son sándwiches envueltos o enrollados en bollos muy finos. Surgieron en Estados Unidos, más precisamente en California, en la década de los 90, como una adaptación de un plato típico mexicano, el taco.
Los wraps han abanderado los menús de la cocina moderna y saludable, sobre todo, en los restaurantes de comida rápida. Es un término que hace referencia a los «bocadillos enrollables», similares a los burritos.
Otra modalidad con un origen relativamente reciente es la baguette, la palabra hace referencia a la forma alargada o de palo de este pan. Fue a mediados del s. XIX cuando se empezaron a popularizar en Francia, aunque su origen no está claro y existen muchas teorías sobre él. Una baguette estrictamente francesa debe de estar compuesta solo por cinco ingredientes: agua, harina de trigo, levadura, masa madre y sal. En caso de llevar algún ingrediente más, el panadero debe cambiar el nombre de la receta.
Pero no todo son «serranitos» ni «pepitos», también existen deliciosos y creativos sandwiches, bocadillos , baguettes y wraps vegetales. Y son más comunes de lo que te imaginas, la oferta es increíble, aunque te advierto, tienes que ser específico si el restaurante o cafetería a donde vas no es totalmente vegano, pues en España se le llama bocadillo vegetal al que lleva atún, mahonesa y tomate.
Hoy voy a hacer un recorrido por los más dirty de la ciudad.
Coronats es una panadería artesana, y quien lo diría, un lugar pequeño con poco surtido. Todo lo que hacen está de gloria, y aquí te puedes comer el bocadillo más inverosímil —todo lo dirty que nos gusta cuando se trata de comer un bocata—, ya que comes entre pan con salsas, lechugas, untables, encurtidos, crujientes y cuando lo muerdes se te escurre la salsita por un lado. Cuando se trata de un bocadillo vegano, el de hummus es un clásico, y cada lugar le pone su toque personal. Aquí lo preparan con tomates secos confitados, rúcula, aguacate, cebolla encurtida picante, y alguna salsa indescifrable que lo hace único y adictivo. La encuentras en C/ Corona 32.
Y seguimos con los bocadillos de hummus, esta vez te llevo a Casa Raíz, una cafetería hipster en pleno Russafa, C/ Pintor Salvador Abril 34. El lugar es acogedor y poético, la pastelería es de autor y de vicio pero el bocadillo de hummus también. Es integral de masa madre, con berenjena asada, tomate seco y semillas de sésamo.

Bocadillo vegano en Casa Raíz
Yecla 33 en C/ Yecla 33, no es exclusivamente vegano, pero es el paraíso para los veganos. Lo que yo os diga, si nos comemos un wrap o un bocata que sea suculento y guarro. El wrap de seitán de preparación casera, con mermelada de tomate, lechuga, ensalada pico de gallo, queso vegano y veganesa es un homenaje al vicio. Cuando te lo comes sientes que te lo mereces. Y en este mismo orden tienen un burrito a lo puro mexicano, seitan, arroz, frijoles, guacamole, pico de gallo. Este wrap es una comida completa.
Hundred, en pleno centro de Valencia, C/ San Vicente Martir 44. Ganó el premio a la mejor hamburguesa de España, y sí, ya sé que hoy no vamos de hamburguesas, pero total es entre pan y esta merece la pena que la conozcas, es de quínoa, verduras, garbanzos , chedar vegan claro está, guacamole, lechugas y cebolla relish. La ofrecen normal y superior.
Para veganos que no quieren renunciar a la tortilla de patatas con ajo aceite entre pan, Café Madrigal en la C/ Puerto Rico 41, se lleva la palma.
Alma Libre en la C/ Roteros 16 se especializa en wraps, tienes de seitan marinado, tomates, cebolla morada, olivas verdes y salsa de yogur vegano.Yo adoro el relleno de garbanzos marroquí, tomate, col lombarda, pepino y veganesa de albahaca, para chuparse los dedos. Y para los más atrevidos tenéis el de Jackfruit ahumado, queso vegano, col lombarda y guindilla.

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Los bocadillos de pescado, bacon, queso, salami, chivito 100% vegano también sin gluten y con todo tipo de salsas, formatos wraps, sandwiches los encuentras en Khambu, C/ Quart, 41 especializados en comida vegana rápida.
En la cafetería del Herbolario Navarro, C/ San Vicente 63, todos los sandwiches son ecológicos, con panes sin gluten, de espelta o kamut. Los hay de tofu con verduras, de salami vegetal y queso vegano aderezados con una deliciosa salsa vegana.
Frente al mar, en el Passeig Marítim de la Patacona 11 encuentras el restaurante La más bonita. El seitán se coloca al número uno junto con el hummus en preferencia para los sandwiches veganos. Aquí lo preparan con seitán y cebolla frita, lechuga, tomate, salsa club con patata Alemana.
Holbox tiene una oferta de sándwiches veganos y vegetarianos para relamerse. El aguacate, hummus, yogurt con frutos secos, Zaatar y germinados es un viaje al Oriente Próximo. El triple tomate con salmorejo, tomates confitados y aliño de tomate seco, parece la genialidad del tomate.
Un taco vegano, doble de proteína y sin gluten, lo puedes disfrutar en Federal Café en C/ de l'Ambaixador Vich 15. Tortilla de maíz rellena de tofu y fríjoles con aguacate, pico de gallo y lechugas.
El mundo de las crepes en Valencia se llama Creperie Bretonne Annaick en la C/ Bordadores 6. Tiene las crepes vegetarianas por las que los franceses deliran. La Maraichere con queso Enmental, tomate, albahaca y olivas negras. Te recomiendo especialmente la de puerros a la plancha con seitán bio que siempre vuelve y juega, calabacín pipas de calabaza, pasas y shoyou. Es de esos bocados que te abren la gula, siempre quieres repetir.
No solo de pan vive el hombre, pero que bueno está.
(Nota) No envuelvas tu bocata en papel aluminio, es un metal pesado altamente contaminante.