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Handshake: fotolibros desde abajo pero sin miedo

El proyecto de Rubén Montesinos y Jaime Sebastián cumple un año lanzando dos referencias nuevas y haciendo una minigira por ferias de libros europeas

15/05/2019 - 

VALÈNCIA. Aunque editan fotolibros, no tenían una foto oficial más allá de una que se hicieron en un fotomatón de Berlín. Rubén Montesinos y Jaime Sebastián reciben a Culturplaza en su estudio de Ruzafa y la fotogenia del lugar y de su proyecto, retrasas un poco el inicio de la entrevista. No pasa nada. Hacer las cosas conscientes no significa siempre saber todo lo que puede ocurrir, o al menos esa es la sensación que se desprende durante toda la conversación con ellos, en la que les toca hacer balance de 365 de su proyecto: Handshake, una suerte de colectivo editorial que edita fotolibros de manera independiente y que está generando un interés significativo con su trabajo, centrado en promocionar fotógrafos y fotógrafas independientes con un sentido estético y discursivo muy ligado a lo urbano y lo joven.

El proyecto de Montesinos y Sebastián nació hace poco más de un año, poniéndose por primera vez en la pomada en la feria de autoedición Libros Mutantes de Madrid, una de las más destacadas de toda España. Aunque llevaban meses preparando algunas ediciones, su estreno quisieron reservarlo para un evento al que han vuelto hace apenas unas semanas con varias referencias nuevas bajo el brazo y la tranquilidad de saber que Handshake ha superado expectativas, si es que acaso se puede decir eso cuando no se cuenta con ellas. Se les nota sinceros cuando dicen que no tenían objetivos claros pensados para cumplir en un año, pero también afirman que "no se puede hacer más y llegar más allá de dónde hemos llegado en tan solo un año".

Fotos: ESTRELLA JOVER

Llevan editadas siete referencias, dos de las cuales se presentan en el aniversario que celebrarán este jueves en The Liminal. Todas comparten más de lo que parece en un universo que busca, por encima de todo, ser particular. Por ejemplo, todas tienen un componente estético muy ligado a las narrativas de la generación de sus editores, que son del 92. Pero no solo el contenido, sino también la forma, busca ser mutable para hacer singular el producto, incluyendo además -de alguna manera- una interacción que hacen ellos como editores en la propia obra. En Seventy-nine Polaroids, Héctor Pozuelo hace una selección de retratos hechos desde 2015 hasta 2019. Ciñéndose hasta el extremo a su producto, han decidido no numerar las páginas sino las propias polaroids y esconder el índice en el interior de la portada y la contraportada. En Drag a Line Between These Points, Rubén Montesinos traza dos narrativas paralelas: la de una colección de fotos retratando EE.UU. y algunas constantes fotogénicas del país, y otra dimensión en la que las fotos se convierten un viaje a partir de unos puntos que señalan, de manera abstracta. el lugar donde se tomaron, formando un país difícilmente reconocible -y sin embargo, reconocible-, a partir de un puñado coordenadas.

Estos dos son últimas referencias, pero se podría hablar con pausa de las otras cinco que se han editado. "Hemos buscado nosotros a los artistas y también nos han buscado, estamos constantemente pensando en cuál será nuestro próximo libro, siempre intentando generar sinergias con aquellos proyectos que nos gustan", explican.

Valencia como base, pero no como pilar

Montesinos y Sebastián son hijos (artísticamente hablando) de muchas. Por ejemplo, de Tenderete, la gran cita de la autoedición valenciana que ha parido algunos de los colectivos y obras con más proyección más allá de nuestras fronteras, y de las que en Handshake aprendieron la importancia de participar en las ferias y la libertad de la autoedición. Por ejemplo, de la ciudad en la que no se han parado ni un momento, y de la que no quieren dar referentes porque abarcan demasiado. Por ejemplo, de la tradición de diseño editorial que tiene la ciudad, y que han mamado en sus estudios, teniendo como profesores y profesoras algunos de los referentes del sector en España. Por ejemplo.

Sin embargo, este arraigo a la ciudad no busca tanto convertirse en una cualidad introspectiva sino reflectiva en el ámbito internacional: "Estamos localizados y deslocalizados a la vez: trabajamos en València, hacemos presentaciones y eventos en València, hay artistas valencianos implicados en el proyecto, pero nuestra intención es mirar más allá de las escenas. Nuestro público es internacional y buscamos internacionalizar el talento emergente. Nos interesa el trabajo de aquí y el de fuera, no estamos centrados únicamente en València". Esta es una constante generacional en muchos colectivos de su generación: tomar de aquí para mirar allí.

Sin miedo se trabaja mejor

Handshake no ha parado de dar alegrías a Rubén Montesinos y Jaime Sebastián porque, hasta ahora, solo se han encontrado puertas abiertas y sinergias muy constructivas. ¿Por qué pensar que esto ha de cambiar? La plataforma que han montado realmente busca ser el portfolio de su trabajo como diseñadores gráficos especializados en el mundo editorial: "esta profesión es complicada y necesitamos una carta de presentación para que la gente que nos pueda dar trabajo. Es un vehículo para llegar al mercado laboral". Bendita carta de presentación.

Tal vez la fórmula secreta de Handshake (o una de ellas) sea justamente la genuidad que respira el proyecto y que nace de la falta de pretensiones y de las ambiciones vacías. Quieren dar salida a fotolibros que les gusten de una manera especial, buscando más aprender que hacer planes, sin tener en el horizonte hacer del proyecto su profesión principal pero trabajando de manera profesional. Vuelven con las pilas cargadas y habiendo tomado nota de las mejores editoriales de su minigira europea que les ha llevado a Gante, Berlín, y -proximamente- Viena, la feria de fanzines más importante del mundo. 

- Ya que no habéis hecho expectativas en vuestro primer año, permitidme pediros que os las plantéeis para este segundo...
- Seguimos sin tener un objetivo, pero somos un culo inquieto... Nos apetece seguir solidificando el proyecto, creando más redes de colaboración y tal vez empezar a externalizar ciertos procesos de la creación.

- ¿No tenéis miedo a que, de alguna manera, si crecéis tan rápido, se os escape algo de la manera en la que hacéis las cosas?
- Nuestros referentes no son las grandes editoriales de arte. Se puede ser fuerte e independiente, y para eso basta con hacer propuestas interesantes. De todas formas, no hay problema en adquirir cierto tamaño, no se trata del cuánto sino del cómo.

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