VALÈNCIA. “Nosotros gestionamos emociones”. Con esta declaración de intenciones empezaba una de las intervenciones del primer encuentro público organizado por AVALEM (Asociación Valenciana de Educadores de Museos y Patrimonio), una reunión informal con un objetivo muy claro, responder a la pregunta: qué es un mediador cultural. En ella participaron distintos asociados, algunos de ellos trabajadores del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el Museu de Belles Arts de València o el Museu d’Etnologia, un encuentro que sirvió para reivindicar su labor como facilitadores de la cultura, más allá de las falsas ideas que giran en torno a su labor, y con el que erigirse como, más que formadores, profesionales que empoderan a través de la cultura.
Bajo la premisa de que “la cultura es patrimonio de todos”, destacaron su labor de ‘traductores’ para que los proyectos culturales lleguen a distintos perfiles, una generación de actividades que es vital para la comunicación y comprensión de las distintas exposiciones y también para mantener la vida más allá del día de la inauguración. “Parece que importa más lo que hay en las instituciones que las personas”, expresaron durante el encuentro. Lo cierto es que la falta de apoyo y los vaivenes del sector público, a quienes hay que convencer cada cuatro años de la importancia de una actividad poco valorada en su propio espacio, no son poco problemáticos a la hora de definir un plan a largo plazo.
Y parece que es precisamente el largo plazo lo que falla en esta cuestión, la visión de futuro. Sembrar para recoger. Por eso quizá, preguntados por la urgencia que toca a todos los profesionales de la mediación -sea en museos públicos, privados o centros culturales- todos apuntaron casi al unísono a la necesidad potenciar la visibilización de una labor a veces relegada a la segunda fila. Aunque bien es cierto que cada contenedor cultural está más o menos avanzado en esta cuestión dependiendo de sus propias circunstancias e inquietudes, la propia asociación viene trabajando desde hace meses en una campaña para fijar un mínimo de presupuesto en educación por cada exposición realizada.
A por Alicante
Fue junto con la Asociación de Mediadores Culturales de Madrid (AMECUM) y el grupo Pedagogías Invisibles que el pasado mes de junio unieron fuerzas para celebrar el I Encuentro Profesional de Mediación Cultural de la Comunitat Valenciana, que tuvo lugar en Las Naves y que pronto contará con una segunda edición. “Queremos hacer otro en Alicante, más contundente”, explicaron sus asociados, un nuevo encuentro profesional que se prevé tenga lugar en septiembre y que dará continuidad al fructífero primer congreso, en el que se redactó un código de de buenas prácticas para museos e instituciones culturales y como hoja de ruta para los profesionales del sector.
En este documento ya hablaron de la necesidad de visibilizar su labor y la importancia de defender que ni las prácticas ni el voluntariado cultural en ningún caso deben sustituir puestos de trabajo, entre otros puntos recogidos en el texto que se derivó de esa jornada de trabajo. Del mismo modo se trabajó en la campaña impulsada desde la asociación que pretende reivindicar el porcentaje destinado a educación en los presupuestos de los museos, un objetivo fijado en el 20% del presupuesto destinado a una exposición.