Horta de Ximo: cultivo agroecológico con tracción animal

¿Quién eres?
Soy Ximo Herrero Boil, agricultor de la Ribera del Xúquer. Cultivo fruta y verdura, solo de temporada y con certificación ecológica. Más allá de las especies o variedades que cultivo, con algunas singularidades autóctonas, algunas de las cosas que pueden distinguir mi cultivo es el uso de la tracción animal y que parte del producto crezca dentro del Parque Natural de la Albufera.

¿Dónde cultivas, exactamente?
Los cítricos y frutales, en la Ribera Alta: Guadasuar, Alcira y Algemesí; hortalizas y verduras, en la Ribera Baja: Cullera y Sueca, aunque me gusta concretar que en el caso de Sueca donde cultivamos es en el Mareny de Vilxes, que es donde tengo el punto de venta y contacto más habitual (todos los sábados y durante toda la la temporada de verano, todos los días).

¿Qué vendes?
Por destacar algunas en la Ribera Alta hacemos kaki, albaricoques, ciruelos y, como te decía, cítricos y frutales, en general. En la Ribera Baja, ajos tiernos, ajos secos, cebolla, patata, puerro, pimiento, tomate, berenjena, habas, kale...

¿Solo ecológico y de temporada?
Si, pero no solo eso. Hago cultivo agroecológico, con tracción animal y en busca de la soberanía alimentaria y energética. No trabajo bajo plásticos y el plástico negro que utilizo para el suelo es mínimo. Además, es biodegradable y es para algunas pequeñas plantaciones específicas. 

¿Cómo surgió la idea de hacer un cultivo agroecológico de tracción animal?
En busca de una huella ecológica menor y de tratar de reaprender de nuestros abuelos, empecé a asistir a algunos cursos de la Conselleria de Agricultura. Estuvimos haciendo cursos en Genovés, en Alboraia, en Meliana e incluso fui a Portugal. Y cuando estuve seguro, di el paso. Fue una decisión atrevida e incluso podríamos decir que romántica.

¿Por qué tu día a día es muy diferente al de un agricultor que utiliza solo maquinaria industrial?
Es tan distinto que te diría que cuando me despierto y pienso en desayunar, sé que antes tengo que ir a darle de desayunar al animal. Y a la hora de cenar, igual. El contacto con el animal es constante y va mucho más allá del trabajo. Hay que cuidarlo, ejercitarlo, sacarlo... 

¿Y el proceso de arranque, cómo fue?
Compré el animal en Francia. Luego tuvo que pasar tiempo en casa de un experto que lo amaestró. Y, ni mucho menos, cuando llegó al campo estaba listo para trabajar. Quedaba mucho camino conmigo. Una vez el animal se ha hecho a ti y tú a él, todo es muchísimo más fácil y mejor que con la maquinaria que utilizaba antes. El proceso no niego que se hizo largo, pero ahora ya no me arrepiento.

¿Cuántas personas trabajan contigo?
Habitualmente, somos cuatro. Ahora, con la cantidad de pedidos por la situación de confinamiento, tenemos a una persona más.

¿Además de la compra a través de tu web y de WhatsApp, en qué mercados podemos encontrarte?
Los miércoles en el mercado ecológico de Alcira, los sábados en el mercado del autocine de Dénia y el de Xaló, durante todo el verano en el Mercat El Cabàs de Moraira y en el Mercat del Riurau de Jesús Pobre. 

Y en el campo.
Los sábados estamos en el punto de venta de nuestro propio campo, en el Mareny de Vilxes de 9h a 13h30. En el mismo sitio, en julio y agosto estamos todos los días con el mismo horario y los viernes de 18h a 21h.

Para quien no te conozca, ¿cómo definirías tu modo de vida en torno a la agricultura?
Trabajamos la tierra de esta manera porque creemos en un mundo más justo entre nosotros y más justo con la naturaleza, que es inevitablemente más verde. Más limpio y más verde. Por otro lado, lo que supongo que más define esta serie de elecciones vitales tiene que ver con respetar el legado de nuestros antepasados. Aprender lo que nos habían legado, recogerlo y ponerlo en práctica. La tecnología más actual no puede interrumpir nuestra forma de interpretar la agricultura, que es una tecnología también que durante siglos ha hecho no menos avances que funcionan. Ahora que en cualquier ámbito está tan de moda la idea del ensayo-error, hemos de recuperar el conocimiento de tantos siglos de de ensayo-error para cultivar y respetar a la vez la tierra. Si durante tantos siglos esa convivencia ha sido fuente de salud y de vida cuando no teníamos tantas otras cosas, será por algo.