También fue una 'gran noche' para Dídac Ballester y Lavernia & Cienfuegos
VALENCIA. Los diseñadores de la Comunitat Valenciana se reunieron este miércoles en Las Naves para celebrarse. No pocos piensan que la reunión de este año llega ‘tras la tormenta’; una crisis que convierte en irreconocible el mismo entorno profesional hace cinco años. Otros creen estar en mitad de la resituación de clientes próximos y lejanos. Todos, bien avenidos –aunque más críticos que felices con este corporativismo a micro cerrado-, conscientes de que el nivel de los premiados sería perfectamente vigente en unos galardones homónimos a escela nacional o europea.
La Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana escogió en esta ocasión a Antoni Arola, Eduardo del Fraile y Óscar Pérez como jurado. Su decisión, que inevitablemente no pudo estar exenta de discrepancias, dejó sin premio a los trabajos tipográficos o no concedió un galardón de plata al ‘mobiliario’, pese a la producción y el peso del sector a nivel industrial. De hecho, por número de galardones y por el propio espacio que en la gala ocuparon unos y otros, los gráficos parecieron ser –otra vez- los verdaderos protagonistas de la noche. Y el protagonista de protagonistas fue Ibán Ramón, ganador de seis de estos premios: oro en naming, diseño editorial folletos, carteles y autopromoción; plata en diseño editorial libros y diseño editorial diverso.
“Son muchos, pero hay dos que me han hecho ilusión: el premio oro de carteles (’50 años de Cartelera Turia’) y el de folleto porque es para una falla. Me hace ilusión porque es importante para la ciudad poner en valor a estas fallas que se dejan querer por el diseño”, destacaba el diseñador a Valencia Plaza tras recoger sus premios. El diseñador tenía el mismo número de nominaciones que en la última ocasión, por eso aceptaba “el valor de las 16 candidaturas. Los premios de ser y de ser oro a ser plata es algo muy subjetivo”.
El diseñador, que de motu proprio publicó a escasas fechas de las pasadas elecciones una tribuna libre sobre el diseño y las instituciones, reconoció que las mismas están generando “una nueva actitud cuyos resultados se verán a medio plazo”. La actitud de las instituciones en lo que se refirió a la gala fue la de una presencia esencial para la ADCV: acudió el conseller del ramo Vicent Marzà, el concejal de fiestas Pere Fuset y el director del IVAM, Pedro G. Cortés. Ellos mismos entregaron algunos de estos premios, de los que Ibán Ramón compartió tres con Dídac Ballester (naming, diseño editorial libros y diseño editorial diverso), además de sumar el de Oro por su logotipo ‘Escudo Carmel’ para la Orden de los Carmelitas Descalzos. Una sociedad, por cierto, la de Ramón y Ballester, que hace unos meses decidió emprender su camino definitivamente independiente.
Esa sinergia generó buena parte de los proyectos ganadores de la gala, pero también la del estudio Lavernia & Cienfuegos. Con cuatro galardones, como Dídac Ballester, triunfaron en las categorías de diseño editorial diverso, producto packaging y espacios, logrando la plata en gráfica packaging. Hasta cinco estudios se repartieron en muy distintas categorías de gráfico dos de los premios: Estudio Menta (diseño editorial libros y publicaciones corporativas/catálogos), Nectar Estudio (plataformas móviles y web corporativa), Nueve Estudio (gráfica packaging e identidad corporativa), Yinsen (identidad corporativa y carteles) y Mr. Simon (diseño de producto y publicaciones corporativas/catálogos).
No menos destacado, aplaudido y reconocido fue el momento en el que Pepe Canya recibió –en manos de su hija- el premio a la mejor imagen coordinada por ‘Un espacio de cultura, Rambleta’. El ya mencionado oro de mobiliario, al que competían excelentes propuestas de la cosecha de 2014, fue a parar para la butaca de Tíscar Design llamada ‘Eco’, mientras que Melani Lleonart, Nacho Timón, Sergio Rodríguez e Isidro Ferrer logran los ‘oros’ en Instalaciones, Iluminación y Motion Graphics; Inma Bermúdez logró la plata en iluminación por la genial ‘Follow Me’, saltándose el protocolo al recogerlo y poniendo en valor a los clientes como parte generadora de la creatividad.
Ibán Ramón, premonitorio o no, ahora encargado por concurso de elaborar el cartel para las Fallas 2016, fue también el diseñador editorial del propio libro que recoge los Premios ADCV de este año. Un libro que en todas sus categorías tiene una potencia por proyectos muy elevada, sobre todo si se tiene en cuenta el momento de reubicación de los profesionales en este último lustro. El catálogo repite nombres –unos pocos- en categorías y nominaciones. Apenas un par de decenas de empresas acaparan la presencia de este caballo de batalla para las industrias en su comercialización.
Visiblemente satisfechos por la convocatoria, por la presencia de las autoridades y por haber contado con un jurado de altura, los representantes actuales de la ADCV no dejaban de señalar el alto nivel de los proyectos nominados. “Ha sido muy difícil para el jurado, nos consta. Tanto que han trabajado como una piña para poder elegir entre proyectos con un nivel que basta ver en el libro”, apuntaba Rafa Armero, presidente de la ADCV, a Valencia Plaza. Estos son algunos de los más destacados entre los premiados (pasador a la derecha de la imagen):
El nuevo presidente de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana reflexiona sobre la profesión, la relación con la Fundació del Disseny y las instituciones públicas